Bienvenidos a Mi Blog

Les doy la bienvenida a mi blog y les solicito encarecidamente que me dejen sus comentarios a mis entradas, pues su opinión es de gran valor para mí.



jueves, 3 de febrero de 2011

UN CUENTO.

Salí de mi casa y como Hánsel, fui echando miguitas de pan en el camino por si quería volver.
Pero vinieron unos pájaros hambrientos que se comieron no sólo las miguitas sino que el camino también.
Desde lejos vi a mis padres salir de la casa. Se tomaron de la mano y se internaron en una niebla gris que los borró por completo.
Los pájaros picotearon entonces los cimientos de la casa hasta que se derrumbó y sólo quedó un puñado de escombros. Pero ¿Qué importaba si ya mis padres se habían ido?
Y así me interné en la espesura. A mi lado pasaba mucha gente que también estaba perdida. Escuchaba sus voces y a veces conversábamos. Dijo alguien que al final del bosque había una casita de chocolate. Algunos se adelantaban para llegar y no volvíamos a verlos. Quizás, como en el cuento, la bruja de la casita los había atrapado.
Pero un día se abrió un claro en el bosque y entonces la vi. No era una bruja sino una hermosa mujer con un vestido color jacinto. Su pelo era negro y su cara tan pálida como la luz del amanecer.
Estaba sentada en la puerta de su casa, hilando en una rueca. Y el hilo era gris y sedoso como la materia de que están hechos los sueños.
-Estoy hilando para tejer tu mortaja-Me dijo con dulzura.
Podrás envolverte en ella y descansar. Aquí se duerme sin sobresaltos y los sueños son tan hermosos que no querrás despertar.


1 comentario:

  1. ¡Vaya frase impactante la de la mortaja...! Aunque, claro, ¿qué esperar de un relato tan triste?

    ResponderEliminar