Yo quisiera ser roja y volverme una amapola
que crezca atravesada sobre tu corazón.
Escuchar tus latidos y entregarte los míos
para que así pudieras comprender mi emoción.
Y quisiera ser verde como el árbol que miras.
Ir soltando mis hojas hasta llenar tus manos.
Entrelazar mis tallos y coronar tus sienes,
poniendo Primavera sobre tu pelo cano.
Ser blanca como es blanca la nieve sobre el valle.
Ser un campo nevado donde crecen violetas.
Y tú me cruzarías con tu andar taciturno
perdido en tus ensueños como hacen los poetas.
Y si fuera amarilla como un campo de trigo
en mí descansarías del calor del Verano.
Amante mis espigas sobre tí doblaría
y de granos dorados colmaría tus manos.
Quisiera ser la noche. Azul me tornaría
y tú me mirarías encontrándome bella.
Azul mi rostro triste que tú contemplarías
y yo sobre tus ojos vertería una estrella.
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