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jueves, 3 de febrero de 2011

¿CONOCES A BONNARD?. Cuento

Todas las tardes Juliana iba al parque con el niño.
Había empezado la primavera y una grata frescura se respiraba bajo los árboles.
Pronto notó que en el banco contiguo, siempre el mismo, se sentaba una joven rubia, la mayoría de las veces hojeando un libro de pintura.
El tema les interesaba a ambas y pronto entablaron conversación.
La joven se llamaba Paula y trabajaba en una librería de arte, cercana al Museo.
Todos los días conversaban en su hora de colación y a veces ella llevaba un libro nuevo recién llegado al Local, para que lo vieran.
Si algún día faltaba, Juliana la echaba de menos y volvía antes a su casa. El niño sonreía en el cochecito, con las mejillas rojas por el aire fresco. Pero, ella se sentía desasosegada y triste, ante la ausencia de su amiga.
Sobre todo ahora que Favio trabajaba hasta más tarde y en el departamento la esperaban largas horas de soledad.
Afortunadamente tenía el libro de Bonnard que él le había regalado. Siempre le había gustado ese pintor poco conocido, pero que había sabido llevar tan bien a la tela, la delicada luminosidad de los Impresionistas. Repasaba las reproducciones con deleite, mientras el niño dormía. Pero. . . . ¡Qué tarde llegaba Fabio últimamente
En una semana, Paula faltó varios días al parque y cuando volvió parecía triste.
-Paula ¿Qué tienes ¿Estuviste enferma?
Al principio no quería hablar, pero después le confesó que tenía un problema.
-Estoy enamorada, Juliana. Y él es casado.
Pero ¿Cómo pasó eso? ¿Te mintió al principio?
No, siempre lo supe, pero ahora ya no puedo dejarlo. El va todas las tardes a buscarme. Dice que lo espere un poco, que se va a separar. Que si no fuera por el niño. . .
-Y ¿Dónde lo conociste?
Fue en el local. Un día llegó pidiendo un libro para regalarle a su esposa. De un pintor poco conocido, pero que a ella le gusta mucho. Quizás tú lo conoces. Se llama Bonnard.



5 comentarios:

  1. Carlos Morales Encina20 de febrero de 2011, 7:48

    Broche de oro al final del suspenso. Este cuento debería figurar en una antología.

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  2. Maria Cristina Leyton1 de abril de 2011, 6:57

    Al leerlos los encontré muy interesantes como cuentos, dan ganas de saber que pasa con los protagonistas.
    Encontré que tienes un profundo conocimientos de los sentimientos humanos, pasiones, recuerdos de la infancia, por eso los describes muy bien, despiertas interés en el lector para seguir lleyendo y ver que ocurre hasta el fin de las narraciones.

    Desde el punto de vista sicológico me llama la atención en la trama dos primeros cuentos, son mujeres una joven y la otra mayor, que sufren a causa el marido, no cumplen las espectátivas de sus maridos, `por esos las abandonan, el primero lo hace con la joven, engañandola y el segundo lo hace completamente y vuelve cuando está viejo porque la necesita para que lo cuide.
    Asi es la vida, el hombre es inmaduro toda la vida? Son pocos entonces los maduros?.
    El cuento de los niños es terrórifíco, porque se los comió la bruja.

    Conclusión: Todos terminan mal, porqué no pueden tener otro final y ser felices todos.
    Cristicona.

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  3. Muy bueno, me gustó. Logras crear una atmósfera y el termino está muy bueno.

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  4. Querida Lillian, te sigo atento, curioso y siento una gran admiración por tu trabajo. Algunos de tus cuentos son geniales, como "cambio de hora". Matilda que es amiga mia me escribió diciendo que: "Hay que estar muy tristes para escribir tan bien...".

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  5. El amor y los parques hacen extraños vínculos...

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