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viernes, 1 de julio de 2011

ALAS NEGRAS.

El Demonio estaba sorprendido y henchido de vanidad.
Había recibido la visita de un Angel que al bajar al Infierno se había chamuscado un poco las alas. Le traía un mensaje de Dios en el cual le pedía que subiera a hablar con él, pues tenía algo importante que decirle.
El Demonio se quedó muy sorprendido y a pesar de la curiosidad que sentía, decidió demorarse un poco en acudir al llamado. Humillar a Dios haciéndolo esperar  era algo demasiado exquisito como para desaprovecharlo. Bastante ignominia había sufrido él cuando fue expulsado del cielo como para no tomarse este pequeño desquite.
Calculó una media hora en la cual se entretuvo viendo por internet las últimas guerras que se desarrollaban en el mundo. Esto siempre lo ponía de excelente humor.
Luego se atusó el bigote, le dio lustre a sus pezuñas y partió a la inesperada cita.
Dios lo aguardaba sentado en su trono. No parecía haber notado su demora y su semblante se mostraba tan apesadumbrado que el Demonio se sorprendió.
-Tú me has llamado-le dijo-Espero conocer tu razón.
Dios lo miró con sus bellos ojos colmados de tristeza y de derrota.
-Te llamé para decirte que has ganado. Te dejo el campo libre. Yo me voy.
Los ángeles gimieron y se cubrieron el rostro con sus blancas alas.
El Demonio se sorprendió primero y luego un júbilo triunfal lo invadió. Con un rasgo de delicadeza inusitado en él, se tapó la boca con la mano para que Dios no viera su sonrisa.
-¡Cómo! ¿Abandonas la lucha así como así? ¿Dejas a mi cargo a los hombres a quienes creaste?
-Ellos ya no me necesitan. Tienen la tierra llena  de becerros de oro a quienes adorar.
-Sí, pero de vez en cuando todavía te nombran.
-Para jurar mi nombre en vano. No finjas que ignoras tu triunfo. Hace mucho tiempo que lo estás disfrutando.
El Demonio sonrió y se irguió en toda la majestad de su oscura belleza.
Pareció agigantarse. Relucieron sus ojos como ascuas y desplegó sus alas negras agitándolas con soberbia.
Los ángeles retrocedieron amedrentados y se escondieron tras las nubes.
Dios se levantó de su trono y cogiendo una jaula dorada en la que llevaba una paloma blanca, emprendió la marcha.
-Pero ¿cómo? ¿Te vas solo? Y tu hijo ¿dónde está?
-Yo nunca he tenido un hijo-respondió Dios dulcemente.
-¿Y Jesucristo?
-No, él no era mi hijo. Fue tan sólo un hombre bueno que predicó lo imposible. Poner la otra mejilla, amar al prójimo como a tí mismo. ¡Ah! Eso era impracticable entre los hombres. Tú ves como terminó. Fue una oveja entre lobos. ¿Cómo no lo vas a saber tú si fuiste el que susurró en el oído de Judas?
Después de estas palabras, Dios abrió la puerta de la jaula dorada y la paloma blanca emprendió el vuelo perdiéndose entre las nubes. El se envolvió en su manto como si tuviera frío y se alejó. Caminaba ligeramente encorvado como un anciano agobiado por los desengaños.
El Demonio se acercó con cierta cautela al trono vacío.
Palpó con deleite los mullidos cojines y sus largas uñas negras acariciaron con avaricia el oro del respaldo. Luego, al ver que nadie se acercaba a impedírselo, se sentó y se acomodó sonriendo triunfalmente. ¡Por fin ocupaba el sitial que le correspondía!
Los ángeles volaron espantados y el entrechocar de sus alas en fuga estremeció el cielo por breves instantes.
Después, todo fue sombra.

2 comentarios:

  1. Lo que tú dices es cierto, si se quiere mejorar, a veces hay que aceptar una crítica, pero siempre que sea constructiva. Por ejemplo,en el cuento que leiste, que por supuesto está muy bien escrito y la idea es original, dejas al diablo como ganador, lo que no es muy esperanzador, porque independientemente de creer o no, representa el mal. Cada cual tiene su temperamento, en mi caso, lo habría terminado un poco jocoso. El Diablo se sienta en el sillón de Dios, muy orgulloso y de repente se da cuenta que su cola se está poniendo blanca y el color ese empieza a subir por su pierna y lo hace dar un salto y retirarse asustado. Es solo un ejemplo de algo, la idea que tengo es que el cuento es como la vida, nada hay que dar por sentado y todo puede suceder, por eso los finales también son muy importantes.

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  2. Sorprendente fábula con trasfondo filosófico,pero creo que exageraste tu pesimismo al dejarle el campo libre al Demonio.

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