Bienvenidos a Mi Blog

Les doy la bienvenida a mi blog y les solicito encarecidamente que me dejen sus comentarios a mis entradas, pues su opinión es de gran valor para mí.



lunes, 19 de diciembre de 2011

SUEÑO DE NAVIDAD.

Clarita se acostó pensando en una Navidad con nieve, como en las películas. Pero ¡hacía tanto calor!
A través de la ventana veía brillar las estrellas en un cielo despejado y ni un soplo de brisa aliviaba la pesadez del aire.
A media noche despertó tiritando, envuelta en la frazada y no supo si era el frío el que la había despertado o unos golpecitos misteriosos en el vidrio de la ventana.
Se levantó y vio a un hombre de nieve con brazos hechos de ramas, una  de las cuales había tocado el cristal.  
Asombrada le preguntó:
-¿Qué haces aquí? ¿No vas a derretirte?
El le contestó riendo:
-¿No sientes acaso el frío?
La niña se envolvió más en la frazada y miró hacia afuera. Un vasto campo cubierto de nieve rodeaba la casa.
-¡No puede ser!-exclamó-¿Dónde está la calle?
-Lo ignoro-respondió el hombre -Tu casa llegó volando por los aires y aterrizó aquí, en el lindero del bosque.
-¡Eso es imposible!
-Tienes razón. Sólo es un sueño que estás teniendo. Pero, mientras dure ¿no lo quieres disfrutar?
-¡Claro! Pero si salgo tendré mucho frío. Este camisón es de los que uso en el Verano.
-¡Oh! No te preocupes. Yo te prestaré mi bufanda.
Y el hombre desenrolló de su cuello una larga chalina a listas rojas y verdes que fue envolviendo a Clarita hasta cubrirla por completo.
-Ahora ¡vamos!
La niña se cogió del brazo de su nuevo amigo y de un salto atravesó el alféizar.
Se encontraron caminando por la vastedad del campo, hacia un bosque de pinos que se veía a lo lejos. Estaban cubiertos de nieve y se veían majestuosos como reyes gigantescos envueltos en capas de armiño.
El hombre de nieve tenía una graciosa nariz de zanahoria y llevaba un sombrero de copa.
Se lo quitó haciendo una reverencia y se presentó:
-Me llamo Oskar ¿y tú?
-Yo, Clara-contestó la niña, riendo-Y ¿a dónde vamos ahora, Oskar?
-Bueno, este sueño es tuyo. Dime tú a dónde quieres ir.
Clarita se quedó pensativa y luego dijo:
-Me gustaría ir a ver a Santa Klaus.
-Pero ¿tú crees en él?
-Bueno, ya tengo once años-suspiró Clarita con tristeza-Antes creía y en el colegio se burlaban de mí. Pero ahora pienso ¡ qué lindo sería si existiera. . !.
-¡Vamos a verlo entonces!
-Pero ¿no tendríamos que viajar al Polo Norte?
-No-rió Oskar-No tan lejos. Desde que jubiló ya no sigue viviendo en ese clima tan inhóspito.
-¿Dices que jubiló?
-¡Cierto! Los niños de a poco dejaron de creer en él, así es que decidió retirarse. Ahora vive en la casa que se divisa allí, entre los pinos.
Pronto se encontraron frente a una cabaña de ventanas iluminadas. Les abrió la puerta una anciana pequeñita que vestía de rojo. En silencio les franqueó la entrada.
Junto al fuego de la chimenea estaba sentado Santa Klaus, en bata y zapatillas, tomando té con limón.
-Está con gripe-se lamentó la viejecita-Además, todo el día lo ha molestado el reumatismo.
-¡Santa Klaus!-exclamó Clarita y se acercó corriendo a abrazarlo-¡Cuánto siento haber dejado de creer en ti!
-No te aflijas, pequeña. Algún día tenía que jubilar. Ya estoy cansado y también mis renos han ido envejeciendo conmigo. . . .
De pronto, la niña notó que los contornos de las cosas empezaban a borrarse y asustada, miró al hombre de nieve.
-Es tu sueño, que se está terminando. Pronto despertarás o entrarás en un sueño distinto. ¡Es preciso que vuelvas a tu cama!.
Clarita se cogió de su cuello y juntos volaron por sobre el campo nevado que empezaba a esfumarse. La cabaña y el bosque ya habían desaparecido. .
La niña entró rápidamente por la ventana y se metió en su cama, arrebujándose con la frazada. Oskar golpeó el vidrio suavemente y le hizo un gesto de adiós. Fue lo último que vio, antes de volver a dormirse.
A la mañana siguiente la despertó el sol que entraba a raudales hasta su cama.
Arrojó lejos las sábanas y corrió a ver los regalos que sus padres le habían dejado bajo el árbol.  .
De su sueño no recordaba nada y nunca, tampoco, lo volvió a recordar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario