UNA NUEVA SOLEDAD.

Sí, ya sé que tengo la dirección de tu correo electrónico. Y sé también que prefieres esta forma impersonal de comunicarte.

A mí no me gusta.

Creo que te conocería mejor si viera tu letra en una esquela, si te pudiera imaginar mordiendo el lápiz o mirando por la ventana, mientras te devanas los sesos pensando en qué más decir. Porque es obvio que no sabes escribir una carta.

Ahora manejas los hilos de tus relaciones por medio de mails o mensajes de texto. Así, en media hora o menos, te sientes comunicada con tu  "millón de amigos" ( ¿Te acuerdas de la canción de Roberto Carlos?)

Quizás hasta sientes que te aproximas a esa meta, aunque la verdad es que no conoces a nadie. Fotografías en el Faceboock, opiniones en el Twiter, nombres de personas que tal vez ni siquiera se llaman así...

Pero nunca has estrechado una de esas manos, ni mirado unos de esos ojos. Nunca, cuando estuviste triste, recibiste el consuelo de una voz amiga en tu oído, mintiéndote dulcemente que todo va estar bien.

Te pedí que nos conociéramos y adujiste que estás muy ocupada. Que tendríamos que atravesar media ciudad para encontrarnos, que nunca vienes por estos barrios...

Me sentí decepcionada, no lo niego. Ya nos había visualizado a las dos frente a un café, mirándonos las caras.

Yo te imagino a ti bajita, morena , con un pelo oscuro donde algunas canas te empiezan a traicionar.

Y tú, a mí  ¿me inventaste unos ojos, una boca  que se ríe, cuando en mis correos electrónicos te agrego unos "ja ja", auto celebrándome alguna estúpida broma?

Un amigo te dio la dirección de mi blog y aterrizaste entre las páginas imaginarias de un libro de cuentos imaginario, que escribe una mujer imaginaria. (Como diría Nicanor Parra)

Y me escribiste dejándome elogios, los que te agradecí emocionada. ¡Son tan pocos los que me hacen saber que leyeron mis cuentos!

Es cierto que hay un blog de estadísticas que me entrega cifras. Pero ¿quiénes son? ¿Sonrieron? ¿Se conmovieron? ¿O dijeron:" Algo le pasa que ya no escribe como antes. Era mejor lo que ponía el año pasado"?

Se ha agregado una nueva Soledad a nuestro mundo.

Es un hada que vaga por el espacio cibernético. Su varita mágica va encendiendo y apagando estrellas, fabricando galaxias, tendiendo puentes con hilos luminosos, tan frágiles como telas de araña.

Es remota, es efímera y no tiene corazón.