Bienvenidos a Mi Blog

Les doy la bienvenida a mi blog y les solicito encarecidamente que me dejen sus comentarios a mis entradas, pues su opinión es de gran valor para mí.



miércoles, 28 de septiembre de 2011

INCIDENTES NOCTURNOS.

Hacía días que me rondaba por la mente la idea de un cuento. Tenía los personajes: Rafael y Marcela. Sería una historia de amor fallido con algo de misterio.
Dicen que la frase inicial y la final de un cuento son las más importantes. Lo demás es relleno. Pero ¿Qué comienzo le daría? Después de mucho pensar, lo empecé así:
"Me preparaba a calentar un poco de leche para tomar antes de acostarme, cuando sonó el timbre con insistencia. Era bastante tarde, así es que con cierta cautela abrí la puerta sin quitar la cadena.
"En el umbral había un joven de rostro demacrado, con los ojos enrojecidos por el insomnio.
-¿Está aquí Marcela?-preguntó con angustia.
"-Perdón, creo que se equivoca. No conozco a nadie con ese nombre.
"-No, no le creo. Sé que ella está aquí. No trate de negarlo.
"Me dio rabia que dudara de mis palabras y quise cerrar la puerta.
"-No, por favor-suplicó, interponiendo su mano en el marco. -Sé que ella vive aquí. La vi entrar a este edificio hace unas  semanas.
"Era tan evidente su angustia y lo vi tan sincero que le franqueé la entrada.
"Era un joven flaco de cabello rubio que se le pegaba a la frente sudorosa. Llevaba unos lentes de marco negro.
"Lo conduje por todo el departamento para que él mismo se cerciorara de que no mentía.
"-Vivo solo aquí y no conozco a Marcela.
"Se dejó caer en un sillón y se cubrió la cara con las manos. "
Hasta aquí dejé el cuento por esa noche. Vagamente había imaginado una relación imposible, una muchacha que mentía para escapar, pero aún no tenía claros los detalles.
Me fui a dormir y al otro día reinicié la trama con la aparición de Marcela.
"Llegó de improviso una tarde. Cuando volvía del trabajo me la encontré sentada en los escalones, frente a mi departamento.
"Al verme meter la llave en la cerradura, se paró y me dijo:
"-Perdón, yo soy Marcela.
"-No se extrañe que no me alegre de conocerla-le respondí sarcástico-Por su culpa pasé un mal rato hace dos noches.
"Bajó la cabeza y no me contestó.
"-Me imagino que sabe que la andan buscando. ¿Podría explicarme para qué dio esta dirección?
"Perdone, lo hice sin pensar. Ni siquiera estaba segura de que existiera. Dije lo primero que se me ocurrió.
"-Y ¿por qué mintió, si puede saberse?
"Rompió a llorar desesperadamente y varias puertas se abrieron en el pasillo.
"Opté por hacerla entrar y darle agua.
"Se calmó un poco y me dijo:
-"Rafael me busca, pero no debe encontrarme. Le mentí para huir de él.
"-¿Y por qué no mejor le dijo que no lo quiere?
"-Pero si lo quiero. Lo quiero más que a nada en la vida, pero las cosas no pueden darse entre nosotros.
"Volvió a llorar, cubriéndose la cara con las manos. Entonces noté una marca blanca en el dedo anular de su mano izquierda.
. "-El no sabe que usted es casada ¿verdad?
"Se sobresaltó y miró su mano donde faltaba la argolla.
"No, no lo sabe. Lo conocí hace unos meses, en una tarde de lluvia. El me ofreció su paraguas al salir de la Estación del Metro. Nos tomamos un café y así empezó todo, sin darnos cuenta. Yo llevaba guantes ese día y después empecé a sacarme la argolla cuando nos encontrábamos.
"-Marcela-le dije-Usted sin querer me involucró en su vida y ahora va a tener que aceptar mi concejo. Llámelo y dígale la verdad. Lo hará sufrir una sola vez y la misma violencia del golpe cauterizará su herida. Peor es dejarlo en la incertidumbre y no darle la oportunidad de que la olvide.
"Asintió en silencio y se levantó para irse. Aún corrían lágrimas por su rostro, pero se notaba más serena.
"Se alejó por el pasillo sin mirarme. Confié en que no volvería a encontrarme con ninguno de los dos y que ese sería el final  del lamentable incidente. "
Así terminé mi cuento. Al día siguiente le haría las últimas correcciones para mandarlo al Concurso de la Revista.
Nunca había obtenido ni siquiera mención honrosa, pero año tras año persistía en el intento y sabía que al final tendría éxito, porque la literatura era la vocación de mi vida.
Había ido a la cocina a prepararme un poco de leche antes de dormir, cuando sonó el timbre insistentemente. .
Abrí la puerta con cautela y en el umbral vi a un joven de rostro pálido, con las facciones contraídas por la angustia. Sin ningún preámbulo, me preguntó:
-¿Está aquí Marcela?

1 comentario:

  1. Ficción y realidad entremezcladas en un relato ameno y sorpresivo.

    ResponderEliminar