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miércoles, 18 de junio de 2014

UN CUENTO DEL MUNDIAL

Rosalía se apoltronó en el sillón, con un suspiro de satisfacción. ¡Había esperado tanto para que
repitieran Casablanca en el canal de cine clásico!
Cada vez que la pasaban, la veía de nuevo. Con el teléfono desconectado y la caja de pañuelos desechables a mano, para poder llorar a gusto sin que nadie la interrumpiera.
Pero, sorpresivamente se abrió la puerta de calle y entró Arturo, con un ridículo gorro tricolor y tocando una corneta.
Sin mirarla siquiera, le quitó el control remoto de las manos y cambió al canal del futbol.
-¡Ah!  ¡Justo a tiempo!- gritó, dejándose caer en el sillón- ¡Los equipos están recién entrando a la cancha!
-Pero ¿cómo?- balbuceó Rosalía con un hilo de voz- ¿Qué no ibas a ver el partido en la oficina?
El jefe nos dio la tarde libre...Por fin ese vampiro chupasangre tuvo un gesto humano...
Cuando Rosalía se iba al dormitorio, arrastrando los pies, Arturo le pidió:
-Tráeme las papas fritas y la cerveza que compré ayer, ¡sé buenita!
Ella obedeció en silencio y después se tiro a llorar a la cama, con la cabeza metida debajo de la almohada.
Desde el living le llegaba un silencio tenso y angustiado. Aún no había goles que celebrar. La corneta de Arturo permanecía muda y en el resto del edificio, los otros fanáticos que estaban pegados a los televisores, parecían estar asistiendo a un velatorio.
-¡Me alegro!- dijo Rosalía, con rencor, y se metió a la boca el pañuelo empapado de lágrimas.
-¡Como si no hubiera otras cosas más importantes que esa dichosa pelotita!...desde que empezó el Mundial ni siquiera me mira.... Mis deseos no cuentan para nada...Estoy cansada de darle en el gusto y de atenderlo, como si fuera un pachá. ¡. A él, y a sus amigotes, que no sé cómo no están hoy aquí, los muy bolseros !
Calculó que habían pasado ya cuarenta y cinco minutos. Seguro que ya estarían en el entre tiempo....
Escuchó a Arturo entrar al baño y corrió a cambiar de canal.
Alcanzó a ver a Ingrid Bergman, con sus grandes ojos nostálgicos, escuchando a Sam tocar en el piano "As time go by"
Arturo volvió de improviso y al ver que ella había cambiado el canal, le dio una bofetada.
Rosalía, frenética, tomó las tijeras que estaban sobre la mesa y saltando como una gata, se las enteró en el cuello.
El dio un grito y se desplomó sobre la alfombra . Desesperado, se apretaba la herida con una mano, pero la sangre brotaba a borbotones por entre sus dedos.
Durante un instante, sus piernas se agitaron espasmódicamente, mientras un ronquido brotaba de su garganta.
Al fin, se quedó quieto como un muerto. Tal vez porque lo estaba...
Rosalía lo miró con calma mientras una exquisita sensación de bienestar la inundaba.
-¡Es lo que siempre había querido hacer!- suspiró.
En ese momento, escuchó gritos eufóricos venir de otros departamentos. Miró la pantalla y comprobó que el equipo chileno había metido un gol.
-¡ Y se lo perdió, el pobre!....¡Qué lástima!
Con tardía compasión, miró el cadáver que yacía tras el sillón. En el frenesí de la agonía se le había salido un zapato y Rosalía comprobó que llevaba calcetines rojos, como una forma de apoyar a la Selección.
Tomó el control remoto y cambió al canal de cine clásico.








5 comentarios:

  1. Y ese sería el comienzo de una amistad. Con......

    Menos mal que no me gusta el Futbol espectáculo.

    manolo

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  2. vaya amiga
    se ve que tienes aversión al futbol...por decir de alguna manera
    pero supongo es producto de la mirada extrema por la que pasan tantas mujeres en este país y en otros...la violencia engendra mas violencia eso es mas verdad que lo que pueda decir aqui...
    como sea , ami me gusta el futbol ...jiji aunque me da igual a estas alturas ...y lo miro de cuando en vez
    saludos!!

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  3. Claro que cuando escribiste el cuento todavía no estaba la mordida de Luis Suarez(Uruguayo). Tu cuento refleja la violencia que se produce con la pasión del foot-ball. Todas las pasiones generan violencias. Bien por Rosalía, logró libertad emocional, pero seguramente ira a la cárcel donde también juegan foot-ball.¡¡No tiene salvación!! ¿Ó si? Cordialmente

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  4. Lilly, aquí en tus letras explotas contra el egoísmo humano en todos sus niveles, político, deporte, religión, social y familiar.
    La situación en la que el compañero de convivencia ve, sus gustos y demás como prioridades y no le importa pisotear todo a su alrededor, muy fuertes estas letras, pero cuantas veces el vencido, ofendido y agredido, se siente de igual manera, con ganas de liberarse de esas cadenas de opresión.
    Sigo repasando aunque no comente en todos.
    Un abrazo.
    Ambar

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