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sábado, 14 de diciembre de 2013

UN REGALO NAVIDEÑO.

Josefina estaba perdidamente enamorada de Diego.
O al menos, eso era lo que ella creía, a sus diecisiete años, cuando el amor es un noventa por ciento de imaginación y un diez por ciento de ilusión.
Tan frágil como un vilano de cardo y tan efímero como el pestañeo de una estrella.
Si le hubiéramos hecho semejante comentario a Josefina, habría reaccionado indignada:
-¡Falso!  ¡Siempre lo amaré!  ¡Mi amor por él durará lo que dure mi vida!
Así es que mirando las cosas desde su punto de vista, diremos que Josefina estaba perdidamente enamorada de Diego.
Antes de conocerlo personalmente, ya le había fascinado su aire intelectual. Tras los vidrios de sus lentes a lo Harry Potter, sus ojos le parecieron dos pedacitos de terciopelo marrón, capaces de mirar con singular dulzura...
Era serio y bien educado. ¡Tan distinto a los otros chicos que Josefina conocía!
Y lo mejor era que jugaba ajedrez.
Josefina también, pero eso era un secreto que ocultaba celosamente. Le parecía que se burlarían de ella, que la llamarían sabelotodo y matea, en momentos en que la cualidad más brillante y bien considerada entre las niñas era la frivolidad.
Su papá era su instructor y aunque se dejaba ganar con tierna benevolencia, a Josefina no le cabía duda de que estaba progresando en forma espectacular.
Cuando vio a Diego con un tablero bajo el brazo, supo que sería su gran amor y que nunca le confesaría que también jugaba. Porque existía el peligro de que jugara mejor que él y eso acabaría con todas sus posibilidades.
Al fin, se lo presentaron en una fiesta en casa de Maritza, una niña del colegio.
Se hicieron muy amigas y al poco tiempo, Josefina se atrevió a contarle que amaba a Diego. También le confesó su otro gran secreto, que era su pasión por el ajedrez.
Maritza le prometió absoluta lealtad. Jamás miraría a Diego con otros ojos que no fueran los de una amiga y en cuanto a sus secretos, los guardaría como una tumba.
Siguieron viendo al muchacho con regularidad.
Aunque él les mostraba simpatía a las dos por igual, aveces Josefina lo sorprendía mirando a Maritza con especial interés y temió que estuviera enamorándose de ella.
-¡Cómo se te ocurre!-la tranquilizó Maritza- ¡Si este tipo es un misógino!  ¡Lo único que le interesa es el ajedrez!  Además, si eso fuera cierto, que no lo es, ya sabes que no le haría caso. ¡Te lo prometí y yo jamás traicionaría a mi mejor amiga!
 Se acercaba la Navidad y Josefina ardía en deseos de regalarle algo a su amado.
Pero ¿qué?  Todo le parecía vulgar y poca cosa. Además había un escollo bien importante. ¡El dinero!
La escasa mesada que le daba su papá alcanzaría apenas para el regalo de sus padres y de los abuelitos. Seguro que no le sobraría ni un peso...
Y ella quería regalarle algo especial y único. Tan único como era Diego en su corazón.
Tendida en su cama, reflexionaba, cuando sus ojos tropezaron con una pieza de ajedrez que había sobre su cómoda. Era una reina tallada en jade, muy linda, que quedaba de un antiguo juego de su papá, ya incompleto por sucesivas pérdidas.
Para ella era valiosa, pero para él no significaría nada...A menos de que ella inventara algo que realzara su valor. Una historia romántica y extraordinaria en la cual la reina de jade jugara un  papel importante.
La envolvió y unos días antes de Navidad, se presentó en casa de Diego.
-Te traigo un regalo muy especial- le dijo- A simple vista, parece insignificante, pero ha estado en mi familia por generaciones. Has de saber que esta pieza de ajedrez la llevaba mi tatarabuelo apretada en su puño, la noche que lo rescataron del naufragio del Titanic.
Diego la miró impresionado.
-Pero ¡no debes renunciar a ella!- exclamó.
-Sí, Diego. Quiero que tú la tengas. ¿Quién sino tú, que amas tanto ese juego, podría ser el indicado para conservarla?
-¡Nunca me desprenderé de ella!- le juró él- ¡Es el más estupendo regalo que he recibido en mi vida!
Le dio un rápido beso en los labios y Josefina salió de ahí flotando en una nube de color de rosa.
La víspera de Navidad, apareció Maritza en su casa. Le traía un regalo.
Alargándole el paquete, le dijo con emoción:
-Te traigo algo que a primera vista parece insignificante, pero quiero que sepas que es una reliquia que ha estado en mi familia por generaciones. Esta reina de ajedrez la llevaba mi tatarabuelo apretada en su mano, la noche que lo salvaron del naufragio del Titánic...¡Tú eres mi mejor amiga, así es que mereces tenerla!
Josefina desenvolvió la pieza que tan bien conocía y a medida que escuchaba la historia que ella misma había inventado, se le iba apretando el estómago al comprender lo que había detrás de todo eso.
Le agradeció el regalo y a continuación le preguntó con fingida indiferencia:
-¿Has visto a Diego últimamente?
-¡Ah! Sí...- respondió Maritza, con igual desinterés.
-Te llevaría algún regalo, supongo...
-Pss, sí... Una libro. Pero ya lo había leído. ¡Qué fomedad!



3 comentarios:

  1. Hola Lilly.
    El que quiero no me dan y el que dan no lo quiero, y total, que a esas edades jóvenes se ponen las ilusiones a ciegas y demasiado altas, en un momento pueden torcerse los caminos de la vida.
    FELIZ NAVIDAD.
    Feliz Navidad, ahora y siempre, a Ti,
    Pequeña Particular de Energía Universal del Cosmos
    A Ti, que en este preciso instante me lees
    Te Amo, por ser hebra del hilo que teje el tapiz de la vida
    Soy porque somos, porque somos soy
    Amar y ser Amado, es la misión del Alma
    Amarte y saber que me Amas...
    Es suficiente.
    Ambar

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  2. Que gran desilusión, pobre niña. Pero al menos se dio cuenta que ese hombre y esa amiga no le convenían. Hermoso cuento Lili.

    mariarosa

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  3. Estimada
    Decir que desde los tiempos incontados , el cosmo nació en una explosión de amor
    expandiéndose y haciéndose materia infinita
    y desde siglos fuimos traídos nosotros , pedazos de esa creación
    reunidos en amor para darnos la vida
    y aún seguimos vibrando en ese cariño y esa música y seguimos siendo
    y después de cada día al atardecer se reencuentra en nuestro corazón
    la chispa de esa estrella
    que se quedó por siempre en alegría y esperanza...

    ¡¡FELIZ NAVIDAD!!

    **********************************
    Epoca de revisiones en la vida
    sin duda este año fue fuerte en ese sentido
    y pasando brechas...al fin sanando de esa carga pesada
    florecer con alegria
    besos!

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