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martes, 31 de diciembre de 2013

EL AÑO NUEVO DE NORA.

Nora no tenía ningún plan para esperar el Año Nuevo.
No la habían invitado a ninguna fiesta y el convite, algo desabrido, que le hizo su cuñada para que pasara la noche con ellos, le produjo tristeza y humillación.
-¡No puedo!  ¡Tengo un compromiso!- le aseguró y se le llegaron a acalambrar los músculos de la cara, de tanto sostener la sonrisa....
Sabía que no tener ningún panorama en Año Nuevo era muy mal visto. Un fracaso social que arrancaba comentarios hirientes:
-¡La pobre Nora!  ¡Pasó la noche de Año Nuevo sola!  ¿Supiste?
-¡No me digas! ¡Qué espanto!  Y yo, que todavía no logro sacarme del pelo el confeti del cotillón...
Así es que no se lo dijo a nadie y decidió esperar el nuevo año en un vagón del Metro, donde nadie la conociera y pudiera fingir que se dirigía a una fiesta espléndida.
Supo que el Metro funcionaría hasta las dos de la madrugada, así es que tendría tiempo se sobra para atravesar la ciudad, de punta a cabo, ida y vuelta...¡Quizás sería como una cábala para que en el nuevo año su vida "marchara sobre ruedas".
Iba muy poca gente en el vagón. La mayoría, cargados con paquetes de comestibles y botellas de champaña, ansiosos por llegar a su destino.
Poco a poco, se fueron bajando todos y sólo quedó un viejo solitario, en el cual Nora no había reparado.
Vio que llevaba una enorme maleta, que casi ocupaba todo el asiento. A su lado, él se veía flaco y extenuado y ella se preguntó cómo podría bajarse con tan pesado equipaje.
Decidió ofrecerle ayuda y se sentó frente a él.
Lo vio tan triste que pensó que lo habían echado de su casa y que eso explicaba la maleta...
-Lo noto desanimado- le dijo, para entablar conversación.
-¿Cómo no estarlo?  Quise hacerlo lo mejor posible, llegué con tantas ilusiones y me voy derrotado. No pude luchar contra el egoísmo y el desamor de la gente...
-¿Qué quiere decir?   ¿Quién es usted?
-Creí, Nora, que lo habrías adivinado.
Ella se sorprendió, porque en ningún momento le había mencionado su nombre, pero más se sobresaltó cuando el viejo añadió, cabizbajo:
-Creí que ya habías comprendido que soy el Año que se va...
Nora observó su ropa gastada, su rostro surcado de arrugas, que más parecían de amargura que de vejez.
El viejo continuó quejándose:
-Llegué liviano y alegre y me voy triste y cargado con los errores de los hombres. Los mismos a quienes escuché decir al verme llegar: ¡Feliz Año!  y prometerse unos a otros paz y amor..Los vi después provocar guerras y ruina, sembrar desesperanza y dolor...Nadie cumplió las promesas que hizo esa noche. Las olvidó al otro día, cuando ya se habían disipado los vapores del champán..
.El tren se detuvo en la última estación y el viejo se bajó, cargando su pesada maleta.
Iba encorvado y triste, tanto que a Nora se le llenaron los ojos de lágrimas.
Quiso decirle algo, pero el viejo se perdió en la sombra, sin mirar atrás.
Pensativa, Nora se cambió de andén, para tomar en tren en sentido contrario.
Miró su reloj y vio que eran justo las doce...
Se subió a un vagón y le pareció vacío. Pero no había notado que junto a ella se había subido un niño.
Iba solo, pero sonreía tranquilo. Parecía creer que toda la gente es buena y que solo felicidad podía esperarle a su llegada.
Nora adivinó que era el Nuevo Año.
Miró su carita alegre, su sonrisa confiada....y se le apretó el corazón.

2 comentarios:

  1. Precioso Relato de ese Fin de Año.
    Esperemos que ese optimismo del que estamos en su primer día, continúe asi en los siguientes 364 dias siguientes.

    Que este 2.014 sea para ti un Año lleno de Alegrías.

    manolo

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