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lunes, 25 de marzo de 2013

BETTY QUIERE SER ACTRIZ.

Betty, después de amanecerse pegada al televisor, viendo la entrega de los premios Oscar, llegó a la conclusión de que el Arte Dramático era lo suyo.
"Nunca es tarde para darle una oportunidad a un talento innato"- se dijo y sin vacilar, fue a inscribirse a un curso de Técnicas Teatrales, que impartían en la Municipalidad.
-Quizás hay en mí una nueva Sara Bernhardt, pugnando por manifestarse- le confidenció a Nora y se sintió muy ofendida cuando su amiga se rió.
-¡Ya verás como tienes que tragarte tus burlas!- la amenazó con altivez.
Y se puso a desfilar por el living con un montón de libros sobre la cabeza, para "mejorar la postura".
Pero, se le cayó uno y Nora, recogiéndolo, se puso a leerlo, sin hacerle caso.
 Era "Las cincuenta sombras de Gray", así es que no paró de leer en toda la tarde.
Ni las risas burlonas ni la indiferencia de su amiga, lograron enfriar el ardor dramático de Betty.
Le duró solo hasta la primera clase, cuando supo que el semestre completo estaría dedicado únicamente a vocalización y movimientos armónicos.
Ella había comprado "Edipo Rey" y ya se veía en el  papel de Yocasta, ahorcándose con su propia trenza en una cornisa del palacio.
Claro que llevar a la práctica semejante hazaña le parecía en extremo dudoso...
Tuvo que conformarse, porque le informaron que la única posibilidad de poder llegar a estudiar "verdadero" Teatro, era pasando primero por ese curso preparatorio.
Cuando terminaba la clase, se iba a parar con ojos hambrientos frente a la sala donde impartían Arte Dramático.
El profesor era Justo Monardes, actor consagrado.
Betty suspiraba sin recato al verlo, embelesada por su bigote oscuro y su porte señorial.
 Por una imperceptible rendija de la puerta, miraba y escuchaba, embargada por la más innoble de las envidias.
Bien pronto vio que habían empezado a ensayar "El jardín de los cerezos" de Chejov.
Betty pegaba la oreja a la rendija y de tanto escuchar, empezó a aprenderse de memoria los parlamentos.
 Los repetía en su cama, por las noches y sentía que tenía condiciones de sobra para interpretar cualquiera de esos fascinantes papeles.
Mientras, en el curso de los principiantes, no salían de la impostación de voz, la expresión corporal y otros ejercicios de morondanga.
Se habló, eso sí, que al final del semestre, en la representación que se ofrecería en el Salón de Actos, ellos también tendrían la oportunidad de lucirse.
-Será una especie de sketch, algo corto y simpático, antes del número principal - dijo la profesora, sin entrar en mayores detalles.
Pero Betty imaginó que ella se luciría entre todas, por muy corta que fuera su intervención.
Justo Monardes, al verla, exclamaría, atusándose su sensual bigote:
-¿Pero, qué hace esta mujer tan bella y talentosa, una actriz innata, perdiéndose entre principiantes?
En ese preciso momento, una de las divas se caería del escenario y se quebraría una pierna...
Se correría la voz de que Betty se sabía de memoria todos los parlamentos de la obra....Y lo demás era fácil de predecir.
 ¡Un triunfo sin precedentes!  Algo inédito en la historia del Arte dramático...
Pero, nada de eso ocurrió.
Los alumnos de Técnicas Teatrales aparecieron frente al público, al principio de la función.
La profesora le había entregado a cada uno una especie de cono de cartón amarillo, para que se lo pusieran en la nariz, ajustándolo con un elástico.
Simulaba el pico de un ave...
Atravesaron el escenario un par de veces, cantando "Los pollitos dicen" y aleteando con suma gracia.
Esa era la idea que tenía la profesora de "Algo corto y simpático".
Arrancaron risas y aplausos y luego de algunas vueltas frente al público, para disfrutar su éxito, desaparecieron tras los bastidores.  
Se dio paso entonces  a "El jardín de los cerezos" y sin lugar a dudas, fue un acontecimiento.. Demás está decir que Betty no se quedó a verlo.
Se marchó a su casa, tan humillada, que se acostó con treinta y ocho grados de fiebre y una súbita tortícolis.
Durante dos días se negó a levantarse.
De nadas sirvieron las cariñosas súplicas de Nora. ( Que a todo esto, ya iba en el tercer tomo de "Las cincuenta sombras de Gray"....)

4 comentarios:

  1. Dice María Elena: Me alegra saber que ya vas a llegar a las 10.000 visitas. ¡Imagínate una avenida completa de tu ciudad y llénala de gente! Te sentirás orgulosa de saber que tienes un forma de escribir que atrapa, por lo dulce, serena , cultural y agradable de leer. que hace que s iempre vuelvan a tí.

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