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domingo, 1 de noviembre de 2020

EL ESPEJO DE SORAYA.

Los que creen que las brujas son viejas y feas, es porque no conocieron a Soraya.

Era hermosa y parecía haber nacido con banda sonora incluída, porque caminaba como bailando. Para colmo, rubia natural. El color de su pelo era igual al de su piel. Se diría que era dueña de un sol propio que la bronceaba todo el año, incluso bajo la lluvia.

Llegó un día a la Empresa donde yo trabajaba y entre los hombres se produjo un inusitado revuelo. Mejor dicho, un estado de celo escandaloso, como de gatos en época de aparear.

Pero si ella se fijaba en alguien, era solo  para llevarlo a la desesperación con sus desaires.

Y lo que es peor, se hacía amiga de las niñas que tenían un novio buenmozo, con la única intención de quitárselo.

Mi amiga Anita fue la primera.

Cayó a la cama con gripe y Soraya ¡ tan buena ella! empezó a ir a verla todas las tardes al salir de la oficina. Hacía tiempo leyéndole algún libro, hasta que el novio llegaba...

De más está decir que el ingenuo se enamoró como un demente y apenas esperó que Anita se mejorara para deshacer el compromiso. 

A Soraya sí que le compró un anillo...( Con Anita nunca había llegado a formalizar)  Pero cuando se lo quiso poner en el dedo, Soraya se le rió en la cara y le volvió la espalda con desdén.

Cuando le tocó el turno al novio de Lidia, la chica más querida de la Sección, pensé que había llegado el momento de pararle los piés a la vampireza.

Algo me decía que su atractivo no era natural, que tenía algo de magia negra. Y decidí hacerme su amiga para descubrir cual era el conjuro maligno del que se valía para enloquecer a los hombres.

Yo no tenía novio que pudiera quitarme, así es que costó un poco que se interesara en mí. Pero me sirvió el hecho de que la mayoría de sus compañeras de sección  habían empezado a hacerle la ley del hielo y a aparterse de ella cuando llegaba.

Conseguí que una tarde me invitara a su casa. Fui entusiasmada, con la esperanza de descubrir por fin cual era la fuente de sus malas artes.

Me dejó sola en el salón y entró a su dormitorio a cambiarse ropa.  Desde ahí, me llegó nítida su voz que preguntaba:

-Espejito, Espejito ¿ quién es la más hermosa?

Por la puerta entreabierta ví  un estallido de luces de colores y luego escuché una voz profunda que le respondía:

-Tú eres la más linda, Soraya. No hay nadie que pueda contra tí.

¡ Así era la cosa!   Ese espejo de cuentos de hadas era el que le reforzaba el ego y le daba ese poder de enloquecer a los hombres. Con la cooperación de ellos mismos, que eran tan superficiales, que se encandilaban con sus atributos físicos sin tomar en cuenta la perfidia de su corazón.

Al saber cual era su punto débil, me fui más tranquila y esa misma noche ideé un plan.

A la mañana siguiente hablé con Sonia, la chica que iba a asear mi departamento, una vez por semana. Me dijo que tenía un día libre, así es que  la puse en contacto con Soraya y ella la citó entusiasmada por las maravillas que le conté.

Me costó convencer a Sonia de que su misión era romper el espejo.

-Pero, señorita Lily...¡ Romper un espejo trae siete años de mala suerte!

-No, Sonia, porque ese espejo le pertenece a una bruja malvada. Será una buena acción que te traerá suerte. Además, te daré una gratificación.

Quedó de ir un Martes a casa de Soraya, llevando un martillo oculto en su cartera.

Esa noche me llamó, entre asustada y feliz.

-¡ Lo hice, señorita Lily!  ¡ Lo rompí!  Hubo truenos y relámpagos y casi me desmayé... Pero, me armé de valor y lo molí bien con el martillo. ¡ No quedó ni un pedacito en el que la bruja se pueda mirar!

Soraya faltó dos semanas a la oficina. Le dieron licencia por depresión...

Cuando volvió, ya no era la misma. Seguía siendo linda, es cierto, pero aquel encanto suyugante, aquel resplandor de Vía Láctea, habían desaparecido...

Ahora solo era " una rubia del montón".

Hasta se veía de menor estatura, como si hubiera perdido unos cuantos centímetros.

 Era su ego que se había encogido y nunca más lo pudo recuperar.




2 comentarios:

  1. Tu imaginación te ayuda continuar escribiendo

    Saludos de viejo Juan

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  2. Bueno, como se dice de las que hay ...hay ...y da para todo

    abrazos.

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