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domingo, 16 de julio de 2017

LEYENDO A KAFKA.

Roberto hizo un alto en la lectura de los procesos que le habían asignado para que los revisara y pensó que se aprovechaban de él porque era joven y estaba haciendo recién su práctica en abogacía.
Siempre su escritorio estaba repleto de carpetas y papeles, mientras los otros abogados ya recibidos ventilaban su ocio junto a la máquina de café.
Llevaba meses en el Estudio y su profesión ya le parecía árida y cansadora.
Se imaginaba un caso sensacional en el que tomaría parte como defensor y se haría famoso.  Pero eran sueños nada más y sospechaba que su carrera sería oscura y sin emociones.
Desganado, sacó un libro del estante para hojearlo mientras se relajaba. Era un tomo muy pesado. Parecía de Leyes, pero sorprendido vio que eran  "Las obras completas de Franz Kafka" .
Empezó a leer sin gran entusiasmo , pero lo interrumpió el sonido estridente de la campanilla.  Todos se habían ido ya, así es que fue a abrir, pensando que sería alguno de los abogados que había olvidado algo.
Pero, en el umbral había un joven flaco y demacrado, que lo urgió a que lo dejara pasar, porque tenía que hablarle del trance angustioso en que se encontraba.
Se dejó caer en un sillón frente al escritorio y se presentó como Joseph K.
Roberto lo miró sorprendido, porque estaba seguro de haber leído ese nombre en el libro que sostenía en sus manos. Le pareció una coincidencia por demás extraña...
Y habría creído que era una broma si no hubiera visto lo pálido que estaba el hombre y la angustia que mostraba su mirada.
-¡ Explíqueme qué le pasa!- lo urgió a empezar su relato.
-¡ Estoy en un grave problema!  Ayer se presentaron unos funcionarios en mi casa y entraron a mi dormitorio cuando recién me despertaba. Se identificaron como agentes de la Ley y me dijeron que estoy en calidad de acusado...
-Pero ¿ de qué?
-Eso es lo que no sé. Guardaron silencio ante mis preguntas y me dijeron que estoy en libertad provicional mientras se desarolla El Proceso.
-Y usted quiere que yo lo asesore...
El joven asintió con la cabeza y lo miró dudoso, como si no se hiciera muchas ilusiones sobre su capacidad profesional.
Roberto se sintió molesto y le habló con acrimonia:
-Para poder actuar, necesito sus datos. Su domicilio por favor...
-¡ El Castillo, por supuesto!- le respondió con impaciencia, como si fuera un hecho tan evidente que la pregunta estuviera de más. Y le señaló una mole gris que se perfilaba tras la ventana.
-¿ Y qué trabajo desempeña ahí?- le preguntó Roberto mientras pensaba que nunca antes había visto ese edificio.
-Todavía no lo sé. Me contrataron como agrimensor, pero llevo varios días luchando por hablar con el dueño. Quiero que me aclare cuales son mis obligaciones...Aun no consigo ubicarlo.
A Roberto le parecía cada vez más insólita la situación de su cliente y el joven, por su parte, se revolvía en el asiento, cada vez más angustiado.  Se tiraba los mechones de pelo como si quisiera arrancárselos y era evidente que se hallaba al borde de la desesperación.
-¡ He llegado a creer que no valgo nada!- gimió- ¡ Es tal mi enseguridad en mi mismo  y en todo, que temo despertar un día convertido en cucaracha!
Y mientras hablaba, su rostro empezó a oscurecerse y su cuerpo a deformarse, adquiriendo el aspecto de un enorme insecto.
Aterrado, Roberto lanzó un grito y despertó.  El libro se había caído al suelo con estrépito.
Lo recogió y luego lo apartó lejos, con disgusto.
¡ Vaya lectura que había elegido para relajarse!



7 comentarios:

  1. Buenos días, Lily... qué entretenidos son siempre tus relatos. Un beso grande desde España calurosa

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  2. En verdad un cuento extraño, raro un extravió mental de Roberto de inicio a fin. Como recién recibido de abogado no sabe donde está parado y el fantasma que aparece no sabe cual es su situación y decide transformarse en cucaracha. Me pareció cómico y me reí algo. Siento que es una travesura tuya, o es una parodia de metamorfosis de F.K. Un abrazo.

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  3. Querido Luis, este cuento solo puede ser entendido por los lectores de Kafka. Se fusionan en él tres novelas: El proceso, que trata de un hombre que es enjuiciado y condenado sin saber cual es su culpa, El castillo que trata de un agrimensor que nunca puede desarrollar su labor en un castillo en el que nunca se tiene acceso a la autoridad y La metamorfosis, donde Gregorio Samsa se trasforma en cucaracha. Como ves, no es una travesura sino un cuento en clave.

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  4. Desde luego que sí, si quieres relajarte mejor escuchar música suave y leer algo ameno.
    Con Kafka hay misterio, intriga y terror, nada relajante.
    Preciosa Lilly, voy a repasar lo perdido, porque ando un poco lenta.
    Un abrzo.
    Ambar

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  5. Amiga escritora,este último relato,posee,cultura y saviduria.
    Poco a poco te estás superando

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  6. Lily, como dice Juan, con cada relato te vas superando a ti misma. Felicito tu ingenio. Un regalo para los lectores de Kafka.
    Un gran abrazo para ti.

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  7. Me gusta eso de imaginarse tantas cosas que a uno la sorprende a medida que avanza la historia
    no se mucho del cuento de Kafka, pero a ti este te ha quedado genial...

    estes muy bien!

    ****************
    No he venido antes pues anduve fuera de casa y lejos de las redes.

    abrazos.

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