Bienvenidos a Mi Blog

Les doy la bienvenida a mi blog y les solicito encarecidamente que me dejen sus comentarios a mis entradas, pues su opinión es de gran valor para mí.



jueves, 8 de agosto de 2013

NORA HACE PLANES.

Todos los días, Nora se miraba al espejo y decía:
¡Este día lo voy a dedicar a hacerme feliz!  ¡Voy a hacer solamente  cosas que me gusten!
Pero, nunca podía.
Hasta que una noche, exclamó:
¡Basta de postergaciones!  ¡Será mañana!
Primero iría a una Galería de Arte, donde hacía tiempo exponían las obras de Van Gohg.
Al medio día, se atiborraría de comida chatarra en un local de comida rápida. ¡Al diablo el colesterol, la grasitud en la piel y el kilo de más en la cintura!
En la tarde iría al cine y luego a una librería, a comprar esa novela que tanto deseaba.
(Tenía que apurarse, porque se había enterado de que la tendencia actual era reemplazar las librerías por Farmacias... )
Sabía que el libro era caro, pero ¿acaso no sería la reina de su propio día?  Y está claro que la realeza no tiene problemas de presupuesto. 
Amaneció contenta y, cuando se peinaba frente al espejo, sonó el teléfono.
Era Betty.
Apenas se le reconocía la voz. Estaba casi afónica y su nariz congestionada la hacía estornudar con la perfección del que lleva días ejercitándose...
-¡Nora!- gimió- Perdona que te moleste. Estoy en cama y necesito que me compres algunas cositas...¿Podrías pasarte por aquí, camino del supermercado?
La mañana se fue volando en hacerle las compras, sacar al perro, dar su leche al gato y prepararle a Betty un té con limón...
-¿ Y el almuerzo? ¡Cómo te las vas a arreglar?
-No te preocupes, yo me levanto más tarde a prepararme algo...
Nora la miró con lástima.
La nariz le goteaba como un pilón descompuesto y sus ojos eran apenas unas ranuritas de luz entre sus párpados hinchados.
-Con esos ojos achinados te pareces al Líder de Corea del Norte. ¡Lo único que falta es que tengas un misil nuclear escondido debajo de la cama!
Betty trató de reírse, más que todo por cortesía, pero solo emitió un bufido de gato con catarro.
-¡No te levantas por ningún motivo!- dijo Nora, con decisión.
Fue a la cocina y preparó una sopa de sobre y unas tostadas. Ambas almorzaron en el dormitorio, mientras en la mente de Nora se desvanecía la imagen de la hamburguesa gigante y la porción de papas fritas que había soñado saborear...
Dejó a Betty durmiendo y partió a salvar lo que quedaba de "su día".
En la estación del Metro vio sentada a una viejecita, llorando.
Era tan diminuta, que primero la tomó por una bolsa de trapos que alguien había dejado abandonada.
-¿Qué le pasa, señora?
-¡Ay, mi señorita linda! Es que me escapé del Hogar. Quería ir a Buin a ver a la Domitila, pero cuando llegué allá, me encontré con que la casa se había caído con el terremoto y la Domitila había pasado a mejor vida. Ahora quiero volver al Hogar, antes de que me pillen, pero no sé para qué lado tomar el Metro.
Nora averiguó que se trataba del Hogar San Enrique, once estaciones más allá.
Cuando llegaron, Nora le dijo a la cuidadora que era sobrina de la anciana y así quedó disimulado el intento de fuga...
En el patio había profusión de globos y bajo un toldo de colores, estaba una mesa engalanada para una fiesta.
Celebraban el cumpleaños de otra viejita.
Las voluntarias de una Fundación lo habían preparado todo e invitaron a Nora que las acompañaran.
-¡De aquí nos vamos a otro Hogar!- le informó una- ¡Hay un viejito de cumpleaños en el Hogar Las Torcazas!
Se pasaron la tarde cantando  e improvisando juegos.
Empezó a caer la noche y Nora se encontraba muy lejos de su casa.
¿Qué dirán cuando lleguen y no me encuentren?  ¿Creerán que fui abducida por un ovni? 
Se rió al pensar que ese era el día que había planeado dedicarse a sí misma. Se había esfumado sin que lo notara.
Pero se dio cuenta de que a pesar de todo estaba contenta.
 Mucho más que si hubiera logrado cumplir su itinerario de Felicidad privada y egoísta.




3 comentarios:

  1. Lilly pasé un ratico a ver este lindo cuento de Nora y Betty

    ResponderEliminar
  2. Ay! estimada
    a veces conviene ser egoísta...por puro gusto personal
    aunque claro haciendo cosas por otro igual se tiene restos o más que restos de felicidad...

    ResponderEliminar
  3. Me alegra ver ese compañerismo entre Nora y Betty. La ayuda desinteresada es la mejor de todas.
    A Nora se le estropearon sus planes personales pero el hecho de ayudar a otros ya le habrá dejado también su ración de alegría. Y bueno, esos planes que tenía, seguro que los hizo al día siguiente.
    Están bien esas "píldoras" humorísticas que vas dejando por el relato.
    Mucha salud para ti.

    ResponderEliminar