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lunes, 10 de junio de 2013

NORA Y BETTY REFLEXIONAN SOBRE EL AMOR.

Betty despertó deprimida. Se sentía como aplastada por una lápida.
¿Qué me pasa? se preguntó. ¿Es que me morí sin darme cuenta y he estado haciendo el loco en este último tiempo?
Pero no. Estaba bien viva. Incluso sentía mal gusto en la boca y sospechó que podría tener mal aliento.
¿Qué me pasa? se volvió a preguntar. Se sentía floja y pesada, como si no pudiera manejar su cuerpo.
¿Será que, como ese personaje de Kafka, he amanecido convertida en cucaracha?
Se arrastró con precaución fuera de la cama y se asomó al borde del espejo, como quién tira un guijarro a un estanque.
¡Y ahí estaba ella, Betty, con bolsas debajo de los ojos y el pelo erizado, como por el espanto de haber visto un zombie.
-¡Vaya! ¡Menos mal! Soy yo... - exclamó, agradecida- No me veré muy linda, pero no hay nada que no se pueda remediar con un estuche de maquillaje.
De todos modos, se sentía melancólica.
 Algo faltaba en su vida y no sabía qué. O mejor dicho, lo sabía, pero no quería meditar en ello.
A media mañana llegó Nora, roja y sudorosa, porque había estado trotando.
Betty la recibió desanimada.
-¡Estoy blanda como tallarín recocido!- le informó, sin preámbulos.
-¿Qué te pasa, Betty?   ¡No me digas que te enamoraste otra vez!
-¿Cómo que otra vez?
-¡Sí, pues!  Si hace solo un mes andabas enamorada del profesor de tango y no se te podía hablar sin que soltaras el llanto...
-¡Calumnias!- exclamó Betty, ruborizándose.
Nora la miró, indignada.
-¿No será tiempo ya de que madures?
-¡Claro!  Te resulta fácil hablar, porque tienes pareja... En cambio yo estoy sola. Igual que una boya flotando en un mar encabritado.
Y los ojos se le llenaron de lágrimas, como si alguien a su lado estuviera picando cebolla.
Nora se compadeció y la abrazó. ¡Después de todo, era su mejor amiga!
-Pero, Betty- le reprochó- Harto contenta te vi yo cuando rompiste con Alfredo. ¡A la semana ya andabas entusiasmada con otro!
-¿Y qué tiene de malo?  Quise recuperar el tiempo perdido y enamorarme de nuevo, antes de que se apolillara el corazón.
-¡Claro!  Y actuaste como si el Amor estuviera de oferta. "Lleve dos y pague uno".
-Es cierto....Y pronto descubrí que las ofertas eran falsificadas o tenían defectos de fábrica.
Betty suspiró melancólica y clavó los ojos en la ventana, como si esperara ver entrar volando una nueva ilusión.
-¡No te desanimes!  ¡Una chica como tú no podría quedarse sola mucho tiempo!
-¿Una "chica" dices?  ¡Ay, Nora!  A mí, lo único que me queda "chica" es la esperanza.
-¡Tonterías, amiga!  Lo que tienes que hacer es dejar de hacer lo que estabas haciendo. No, no es un trabalengua...Quiero decir, que no busques el amor con tanta impaciencia. Cuando dejes de buscarlo, él vendrá a buscarte a ti. 
 ¡Así es como funcionan los asuntos del corazón!

1 comentario:

  1. Muy buen consejo, amiga Lilly.
    Pero no siempre funciona así en la realidad, de lo que sí, estoy segura es que el que es para una no se lo quita nadie, ya que el casamiento y la mosrtaja del cielo baja, aunque pensándolo bien creo que es más complicado que todo eso.
    Un abrazo.
    Ambar

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