Bienvenidos a Mi Blog

Les doy la bienvenida a mi blog y les solicito encarecidamente que me dejen sus comentarios a mis entradas, pues su opinión es de gran valor para mí.



miércoles, 13 de febrero de 2013

DIA DE AMOR Y ROSAS.

-Ese San Valentín nos hizo un flaco favor con su costumbre de andar por ahí matrimoniando soldados romanos a espaldas de su comandante...
-¿Por qué lo dices, Betty?
-Por lo mismo que lo dirías tú si fueras más sincera.
-No te entiendo.
-Sí. Me entiendes muy bien. Mañana es catorce de Febrero, el día de ese dichoso santo, y no tenemos a nadie que nos mande ni una triste flor sobrante de algún sepelio...Y lo peor es que esto se ha vuelto una cosa de competitividad entre mujeres, más que todo. Las que tienen pareja andan sacando pecho y mirándonos de reojo, con una sonrisita irónica, a las que estamos solas. O sea, que de Día del Amor, tiene bien poco. Es más bien el Día de Sacarle Pica a las amigas...
-No, pues, Betty. No exageres tampoco. Si Amor todavía queda bastante en este mundo corrompido...Sólo que a nosotras nos pasó por el lado y nos miró por sobre el hombro, como si ya estuviéramos obsoletas.
-¿Obsoleta, yo?  ¡Ni pensarlo!
Y Betty se pavoneó frente al espejo, esponjando su melena, que se acababa de ondular.
Poco le duró el arranque de auto estima, porque se tiró en un sillón y suspiró con nostalgia:
-¿Te acuerdas, Nora?  ¿Te acuerdas cuando éste era un día de amor y rosas, para nosotras dos?  Tú tenías a Juan y yo, a Roberto...Y ahora, ¡quizás por donde andará ese par de atorrantes, celebrando San Valentín con alguna fresca que podría ser su hija!
-Bueno. Pero, aclárame una cosa:  ¿Lo tuyo es orgullo herido o es que todavía lo echas de menos?
-¿Echarlo de menos?  ¡No! Estoy mejor sin él. ¿Qué sacaba con tener al lado a un hombre que me miraba con un solo ojo, porque el otro se le arrancaba siempre detrás de unas caderas que pasaban?
-Entonces, pues, Betty. ¿Acaso es obligatorio tener pareja en este día?  ¿Seguimos dependiendo de los hombres, igual que hace más de un siglo, cuando no teníamos ni derecho a voto?  ¡Bastante hemos luchado por nuestra igualdad, para andar ahora tristes y cariacontecidas, porque ningún macho se ha dignado invitarnos a pasar el Día de San Valentín con él!
-¿Por qué no nos ponemos nuestro mejor vestido y vamos a tomarnos un trago, para celebrar?  No el Día del Amor, sino el Día del Amor Propio, que es lo que debemos tener. Para andar por la vida con la cabeza en alto y conscientes de nuestro propio valer, que depende de nosotras mismas y no de que tengamos un hombre al lado. ¿No te parece?

4 comentarios:

  1. Este cuento parece una reivindicación feminista, con un tono amargo sobre el día de San Valentín. Parece que las protagonistas dieron con hombres que les fueron infieles. Y aunque esos hombres tienen su parte de culpa, hay algo que parece que nunca se resalta: esos hombres son infieles con otras mujeres, a las que no importa que ellos tengan pareja. Con lo cual, la verdadera enemiga de la mujer bien podría ser... otra mujer.
    Saludos y que tengas buen día.

    ResponderEliminar
  2. Hola AMIGA LILIAN

    que bien se refleja un significado muy profundo del día del amor y la amistad . mas que nada por reflejar el amor hacia nosotros mismos...

    leyendo otros blog amigos en otros portal donde publico encontré este tema del amor y te lo dejo aquí porque me parece muy atingente a lo que señalas...

    Amar a un ser humano...

    Amar a un ser humano es aceptar la oportunidad de conocerlo verdaderamente y disfrutar de la aventura de explorar y descubrir lo que guarda más allá de sus máscaras y sus defensas; contemplar con ternura sus más profundos sentimientos, sus temores, sus carencias, sus esperanzas y alegrías, su dolor y sus anhelos; es comprender que detrás de su careta y su coraza, se encuentra un corazón sensible y solitario, hambriento de una mano amiga, sediento de una sonrisa sincera en la que pueda sentirse en casa; es reconocer, con respetuosa compasión, que la desarmonía y el caos en los que a veces vive son el producto de su ignorancia y su inconsciencia, y darte cuenta de que si genera desdichas es porque aún no ha aprendido a sembrar alegrías, ...(sigue)

    ResponderEliminar
  3. ...lo corte pues no me permite publicarlo completo...

    ...y en ocasiones se siente tan vacío y carente de sentido, que no puede confiar ni siquiera en sí mismo; es descubrir y honrar, por encima de cualquier apariencia, su verdadera identidad, y apreciar honestamente su infinita grandeza como una expresión única e irrepetible de la vida.
    Amar a un ser humano es brindarle la oportunidad de ser escuchado con profunda atención, interés y respeto; aceptar su experiencia sin pretender modificarla sino comprenderla; ofrecerle un espacio en el que pueda descubrirse sin miedo a ser calificado, en el que sienta la confianza de abrirse sin ser forzado a revelar aquello que considera privado; es reconocer y mostrar que tiene el derecho inalienable de elegir su propio camino, aunque éste no coincida con el tuyo; es permitirle descubrir su verdad interior por sí mismo, a su manera: apreciarlo sin condiciones, sin juzgarlo ni reprobarlo, sin pedirle que se amolde a tus ideales, sin exigirle que actúe de acuerdo con tus expectativas; es valorarlo por ser quien es, no por como tú desearías que fuera; es confiar en su capacidad de aprender de sus errores y de levantarse de sus caídas más fuerte y más maduro, y comunicarle tu fe y confianza en su poder como ser humano.
    Amar a un ser humano es atreverte a mostrarte indefenso, sin poses ni caretas, revelando tu verdad desnuda, honesta y transparente; es descubrir frente al otro tus propios sentimientos, tus áreas vulnerables; permitirle que conozca al ser que verdaderamente eres, sin adoptar actitudes prefabricadas para causar una impresión favorable; es exponer tus deseos y necesidades, sin esperar que se haga responsable de saciarlas; es expresar tus ideas sin pretender convencerlo de que son correctas; es disfrutar del privilegio de ser tú mismo@ frente al otro, sin pedirle reconocimiento alguno, y en esta forma, irte encontrando a ti mismo en facetas siempre nuevas y distintas; es ser veraz, y sin miedo ni vergüenza, decirle con la mirada cristalina, "este soy, en este momento de mi vida, y esto que soy con gusto y libremente, contigo lo comparto... si tú quieres recibirlo".
    Amar a un ser humano es disfrutar de la fortuna de poder comprometerte voluntariamente y responder en forma activa a su necesidad de desarrollo personal; es creer en él cuando duda de sí mismo, contagiarle tu vitalidad y tu entusiasmo cuando está por darse por vencido, apoyarlo cuando flaquea, animarlo cuando titubea, tomarlo de las manos con firmeza cuando se siente débil, confiar en él cuando algo lo agobia y acariciarlo con dulzura cuando algo lo entristece, sin dejarte arrastrar por su desdicha; es compartir en el presente por el simple gusto de estar juntos, sin ataduras ni obligaciones impuestas, por la espontánea decisión de responderle libremente.
    Amar a un ser humano es ser suficientemente humilde como para recibir su ternura y su cariño sin representar el papel del que nada necesita; es aceptar con gusto lo que te brinda sin exigir que te dé lo que no puede o no desea; es agradecerle a la vida el prodigio de su existencia y sentir en su presencia una auténtica bendición en tu sendero; es disfrutar de la experiencia sabiendo que cada día es una aventura incierta y el mañana, una incógnita perenne; es vivir cada instante como si fuese el último que puedes compartir con el otro, de tal manera que cada reencuentro sea tan intenso y tan profundo como si fuese la primera vez que lo tomas de la mano, haciendo que lo cotidiano sea siempre una creación distinta y milagrosa.

    ResponderEliminar
  4. ....Amar a un ser humano es atreverte a expresar el cariño espontáneamente a través de tu mirada, de tus gestos y sonrisas; de la caricia firme y delicada, de tu abrazo vigoroso, de tus besos, con palabras francas y sencillas; es hacerle saber y sentir cuánto lo valoras por ser quien es, cuánto aprecias sus riquezas interiores, aún aquellas que él mismo desconoce; es ver su potencial latente y colaborar para que florezca la semilla que se encuentra dormida en su interior; es hacerle sentir que su desarrollo personal te importa honestamente, que cuenta contigo; es permitirle descubrir sus capacidades creativas y alentar su posibilidad de dar todo el fruto que podría; es desvelar ante sus ojos el tesoro que lleva dentro y cooperar de mutuo acuerdo para hacer de esta vida una experiencia más rica y más llena de sentido.
    Amar a un ser humano es también atreverte a establecer tus propios límites y mantenerlos firmemente; es respetarte a ti mismo y no permitir que el otro transgreda aquellos que consideras tus derechos personales; es tener tanta confianza en ti mismo y en el otro, que sin temor a que la relación se perjudique, te sientas en libertad de expresar tu enojo sin ofender al ser querido, y puedas manifestar lo que te molesta e incómoda sin intentar herirlo o lastimarlo. Es reconocer y respetar sus limitaciones y verlo con aprecio sin idealizarlo; es compartir y disfrutar de los acuerdos y aceptar los desacuerdos, y si llegase un día en el que evidentemente los caminos divergieran sin remedio, amar es ser capaz de despedirte en paz y en armonía, de tal manera que ambos se recuerden con gratitud por los tesoros compartidos.
    Amar a un ser humano es ir más allá de su individualidad como persona; es percibirlo y valorarlo como una muestra de la humanidad entera, como una manifestación palpable de esa esencia trascendente e intangible llamada "ser humano", de la cual tú formas parte; es reconocer, a través de él/ ella, el milagro indescriptible de la naturaleza humana, que es tu propia naturaleza, con toda su grandeza y sus limitaciones; apreciar tanto las facetas luminosas y radiantes de la humanidad, como sus lados oscuros y sombríos; amar a un ser humano, en realidad, es amar al ser humano en su totalidad; es amar la auténtica naturaleza humana, tal como es, y por tanto, es amarte a ti mismo y sentirte orgulloso de ser una nota en la sinfonía de este mundo.


    Eric De La Parra y María del Carmen Madero
    del libro Actitudes sabias

    ResponderEliminar