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miércoles, 22 de junio de 2011

UNA NOCHE MUY LARGA.

(Tarea de taller).
-¡Tú no tienes perdón de Dios!-le gritó ella llorando.
-¡Entonces que me perdone el Diablo!-le contestó él y salió dando un portazo.
Caminó con paso rápido, respirando a bocanadas el aire frío de la noche, aún enardecido por la violenta discusión.
Quería alejarse luego de ahí, del llanto de ella, librarse de la mezcla de rabia y de vergüenza que le nublaba la razón.
Cruzó la calle sin mirar. Escuchó un frenazo y sintió un golpe que por un instante lo aturdió. Se encontró caído a un costado de la vereda. Escuchó gritos, pero se levantó rápidamente y siguió caminando. Alcanzó a ver el rostro espantado del chofer del auto, que balbuceaba algo con voz alterada. No le hizo caso y se alejó casi corriendo. No sentía ningún dolor. Había sido sólo un roce y además reconocía que la culpa fue suya.
Al menos, el incidente lo había ayudado a serenarse, logrando distraerlo del recuerdo de la desagradable escena. Por  de pronto, ya no seguían resonando en sus oídos los sollozos de ella ni el llanto del niño que se abrazaba a sus piernas.
Al doblar la esquina chocó de frente con un hombre alto vestido con un traje oscuro. Sintió que lo aferraba de un brazo y le decía:
-Detente, amigo. Ya estoy aquí. ¿No es que me buscabas?
-Está loco. ¿Yo buscarlo? ¿Pero quién es usted?
-Soy el Demonio, por supuesto. ¿Acaso no me buscabas para que te perdone?
Se quedó paralizado de espanto, mirando el rostro pálido de ojos quemantes como carbones encendidos y la boca sensual curvada en una sonrisa irónica.
Miró hacia atrás y vio un grupo de personas rodeando un cuerpo inerte. El chofer del auto lloraba aferrado al  volante:
-No lo ví, no lo ví... repetía angustiado.
La sirena de la ambulancia se acercaba, rompiendo la noche en pedazos con su ronco aullido.
-Muy tarde, como siempre-dijo alguien y se alejó del grupo.
Sintió la mano del demonio que como una garra se aferraba a su brazo.
-Lo siento, amigo. Cuando me echaron del Paraíso, no me facultaron para perdonar. Y en el caso tuyo, para serte franco sería bien difícil. . . De todos modos, como me llamaste, aquí estoy. Veo que soy el único amigo que te va quedando. Te invito a un trago. La noche recién empieza, y bueno, para ti creo que será muy larga.

2 comentarios:

  1. Ingenioso, pero con menos méritos que otros.

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  2. Sería interesante que el Demonio existiera de verdad, tal y como nos lo han vendido, como ese ser que después de muerto uno, castiga a quienes se portaron mal en vida. Pienso que habría más justicia que la que los humanos imparten en este planeta.

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