Bienvenidos a Mi Blog

Les doy la bienvenida a mi blog y les solicito encarecidamente que me dejen sus comentarios a mis entradas, pues su opinión es de gran valor para mí.



domingo, 3 de mayo de 2020

O QUIZAS SIMPLEMENTE...

José había quedado sin trabajo por culpa de la Pandemia...Le dijeron que era un excelente empleado, que sentían perderlo, pero que la Empresa...Típicas palabras de consuelo que no le sirven para nada a un tipo inconsolable.
Llevaba un mes vagando por la ciudad semi vacía, buscando alguna oportunidad.
Y lo peor era que había dejado de ver a Ruby. Ella era la secretaria de la Gerencia y todos los días, al entrar, la veía sonriéndole desde su escritorio. Era verdad que le sonreía por igual a todos, pero José había creído notar que sus ojos respladecían más cuando lo miraba a él.
Nunca se había atrevido a invitarla a salir. ¡ Ganaba tan poco!  Sabía que tenía muchos admiradores con más posibilidades...Se había debatido, semana tras semana, entre las dudas y la ilusión...Y entonces, lo despidieron.
Así, sencillamente, como quien da vuelta la página de un libro. ¡ Pero era el libro de la vida de José!  Automáticamente, la página siguiente quedaba en blanco...O  en negro, porque era así como él veía su futuro de ahí en adelante.
Ese día era el cumpleaños de Ruby, lo recordaba bien...¡ Y no tenía plata ni  para comprarle una sola rosa!
Se le vino a la mente la canción de Leonardo Favio:   " Cuando venga mi amor, le diré tantas cosas o quizás simplemente, le regale una rosa".
 Y entonces, se le ocurrió una idea salvadora.
Se afeitó, se peinó con pulcritud y se lanzó a la calle.
Subió al primer bus que encontró y con humildad le pidió permiso al chofer para recorrer el pasillo.  Entonces, se puso a cantar con ganas.
Al principio, los pasajeros lo miraron con indiferencia, pero después pareció cautivarles su voz y su cara, arrebolada, mitad de verguenza y mitad de emoción.  Cuando terminó, le llovieron las monedas en su mano extendida.
Hizo lo mismo en el siguiente bus y cuando notó que ya tenía dinero suficiente, se dirigió a un puesto de flores.  Allí pidió una sola rosa, la más linda que tuvieran...La florista sonrió, como si adivinara y se la dio rodeada de flores de lavanda y envuelta en celofán.
Entró a la Empresa y desde la puerta divisó a Ruby. Sobre su escritorio había un inmenso canastillo de rosas rojas, regalo de algún admirador.
Iba a dar media vuelta, cuando ella lo divisó y su cara se iluminó de contento. Mientras José avanzaba hacia ella, vio que Ruby  iba empujando disimuladamente con el codo  el canastillo de flores hasta que cayó dentro del papelero.

 Entonces, sin hablar, le extendió la rosa y ella, también sin decir nada, la apretó contra su pecho.


2 comentarios:

  1. Amiga escritora,este relato me a echo recordar a mis años juveniles.

    ResponderEliminar
  2. Que bueno en, aún hay personas que regalan rosas, pero lo más grandioso es qie se regalan a si mismo en nombre del amor sin sentirse rebajado y su recompensa es la mayor.

    Así se humillo nuestro Señor , ppr eso se le ama con el ser entero.

    Estés bien querida amiga, bendiciones.

    ResponderEliminar