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domingo, 28 de enero de 2018

TROPIEZOS DE AMOR.

Julieta guardaba humillantes recuerdos de su romance con Julio.
El era de esos tipos de los cuales las mujeres se enamoran a primera vista.
Alto, rubio y apuesto como un príncipe vikingo.
Pero de temperamento frío como el hielo de los fiordos...
Mientras duró su relación, Julieta se sintió fea y poco atrayente. Cada día, al mirarse al espejo se preguntaba cómo un hombre tan guapo podía haberse fijado en ella.
Fue un castigo innecesario para su ego , que ya venía maltrecho de anteriores escarceos de amor.
Se lo pasó sufriendo y celándolo como una pantera, aunque el pobre no miraba a ninguna otra mujer.
No porque fuera un tipo fiel por naturaleza, sino porque había alguien a quién amaba más que a nada en el mundo. El mismo.
 Julieta comprendió que no tenía chance ante semejante rival y se apartó sigilosa. Quizás él no se dio cuenta hasta un tiempo después. No era fácil distraerlo de su adoración.
Ella lo enterró sin ceremonia fúnebre en su cementerio privado y  decidió no volver a enamorarse.
Hasta que se encontró con Genaro.
Era bajito, algo rechoncho y usaba lentes de cristales gruesos como lupas.  Imposible prendarse de su físico.
Julieta se sintió aliviada. Creyó que estaba a salvo.
Ignoraba que enamorarse de un hombre feo también encierra riesgos. 
Primero, no podría alegar después que se desilusionó cuando lo miró desde más cerca.
A una cuadra de distancia ya era feo, así es que quedó establecido de antemano que no se enamoraba de su cara sino de su corazón. Y eso requería sentimientos más profundos...
Y había otro riesgo imprevisto, del cual se vino a enterar después...
Todo había empezado cuando a Julieta se le ocurrió tomar un curso vespertino de Inglés. No fue del todo un capricho, pues sabía que necesitaba el idioma para postular a un empleo mejor. Y ella no había salido nunca del this is the pencil, open the door...
El primer día se encontró con Genaro a boca de jarro. Iba saliendo de una sala de nivel superior y Julieta lamentó haber quedado en un curso más bajo.
Hablaron unas palabras...Ella era experta en hacerse la despistada y le preguntó un par de torpezas de recién llegada...Pero luego de contestarle, él se alejó sin volver a mirarla.
Ella quedó flechada y decidió llegar más temprano a la clase siguiente, para verlo salir.
Había amanecido resfriada y sentía su cabeza llena de estopa húmeda. Pero, pensó el rechonchito indiferente bien valía la pena de agarrarse una pulmonía, con tal de derribar sus murallas.
Y ahí estaba él...No había crecido ni un centímetro desde la semana anterior y lucía la misma pinta de globo a medio desinflar. Pero, esta vez la miró interesado.
Y su romance empezó a progresar sin grandes inconvenientes. Hasta que surgió el más inesperado.  Genaro era un conquistador.
Precisamente porque era feo. Porque cada mañana, al levantarse, el espejo le lanzaba un lapidario:
-¡ Lo siento, compadre!  No tienes ninguna opción.  
Genaro había decidido contradecir al espejo y torcerle la mano al Destino...Iba a  tratar de conquistar a cuanta mujer se le pusiera por delante.  Y lo más notable  fue que su propósito le resultaba con bastante frecuencia.
Como un mago que saca un conejo de su chistera, parecía extraer de lo más profundo de su ser un encanto insospechado.
Julieta descubrió que amar a un tipo feo era más arriesgado que prendarse de uno guapo. En su romance con Julio, la rival había sido su egolatría. Con Genaro, eran todas las mujeres de la ciudad...Y del país, si de le daba por viajar al muy canalla...
Y ella, que había creído sentirse cómoda y relajada, se sintió frenética de celos.
Luchó un tiempo hasta que su corazón se quedó sin combustible.  Es decir, perdió toda la sangre y terminó  seco como un pedazo de charqui.
Y por un largo tiempo no se volvió a enamorar...Hasta que llegó la Primavera y echó por tierra todos sus propósitos.    


5 comentarios:

  1. Me encanto. Muchas veces nos quedamos pon la percha, pero vemos que esta vacia. Vaya que el guapo solo era guapo
    un abrazo

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  2. La verdadera belleza se puede encontrar en los sentimientos no,en las bellezas corporal.

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  3. Como todo en la vida
    hay que seguir luchando , no queda otra...
    todo al fin está en uno mismo
    quizás ella se da cuenta o intuye
    que el mejor amor está en ella misma
    y que lo que venga de fuera solo lo hará resplandecer un poco mas...

    besos.

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  4. Que buen relato!
    Es que la primavera hace que los corazones se energizen como las flores.
    Besos.

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