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domingo, 3 de mayo de 2015

CINTAS DE COLORES.

Hortensia amarraba las semanas en paquetitos y los apilaba uno sobre otro.  La mayoría, atados con cintas grises, porque no había pasado nada.  Si en alguna semana la llamaba alguien por teléfono, abriendo una brecha en su soledad,lo ataba con cinta verde. Y esa semana en que , el Miércoles, la llamó el hombre que tanto había amado, le puso una cinta rosada. Roja no, porque había sido algo casual.  Habría encontrado su número en una agenda vieja y la habría llamado en un impulso que seguramente no volvería a repetirse.
Y así pasaba el tiempo, amarrando las semanas en paquetitos. Sentada en la orilla de la vida, como al borde de un muelle, mirando pasar los barcos a lo lejos y mirando el agua, a ver si llegaba alguna botella con mensaje.
Quizás en la orilla opuesta, en otro muelle, había alguien que también miraba el agua. Pero eso, ella no podía saberlo.
Hasta que hubo una semana que sí la amarró con cinta roja.
Fue la de ese Viernes mágico en que él apareció en su vida.
En la casa que quedaba justo en frente de la de Hortensia, la viuda de Don Jovino Alfaro puso una pensión para personas solas.
Primero llegaron dos universitarios desgarbados y con un sello de hambre crónica. Luego una ancianita llorosa, a quien fue a dejar una sobrina que nunca más regresó.
Hasta ese Viernes de prodigio en que se detuvo un taxi en la puerta de la pensión y se bajó un hombre con una maleta.
No era viejo, pero tampoco joven. No era buenmozo, pero tampoco feo.
En las ventanas, varios visillos se descorrieron expectantes y un igual número de pechos exhaló un suspiro.
Hortensia no suspiró, porque en ese momento no se dio cuenta de que el tiempo se había detenido ni que su vida había dado un vuelco.
Con los días lo supo, porque su corazón empezó a jugarle malas pasadas cuando lo veía aparecer.
Se le desbocaba como caballo chúcaro y luego se detenía durante unos segundos, como diciéndole hasta aquí llegamos, Hortensia, despídete de la vida.
Luego reanudaba su andar a tranco lento, y seguramente  se burlaba de haberle dado un susto.
¿ Qué era todo eso?
Sencillamente que el Amor, ese chiquillo atolondrado e irresponsable, se le había metido en el pecho, ocasionando el total estropicio de su serenidad.
Empezó a salir tempranito a barrer la vereda, para verlo salir a su trabajo.
Barría con tal ahinco, que una nube de polvo se formaba a su alrededor y él la miraba de reojo, sorprendido por tanto afán.
Otro día salió con un jarrito de agua y roció la vereda antes de ponerse a barrer.  Entonces él pudo verla nitidamente por primera vez y le lanzó un buenos días con voz de barítono.
A Hortensia se le aflojaron las rodillas y le respondió con un murmullo, ruborizada hasta las orejas.
Nunca hubo nada más que aquellos saludos matinales.
A las preguntas disimuladas de las vecinas, la viuda de don Jovino Alfaro contestaba con monosílabos egoístas.  Al parecer, no quería competencia en las atenciones del viudo.
Porque era viudo, eso sí.
-¿ Se dan cuenta de lo asombroso que es el destino?   Los dos viudos.....-suspiraba ella y sus cuatro papadas se estremecían de emoción.
Pero parece que el destino andaba distraído o haciendo travesuras por otra parte, porque no hubo novedades para ningún corazón en aquella cuadra...
Al cabo de unos meses, el viudo salió con su maleta y se subió a un radio taxi que lo esperaba en la puerta.
Fue el jueves de una semana cualquiera y Hortensia la amarró con una cinta negra. Porque ese día se había muerto su amor, tal como había vivido, inadvertido y sin esperanzas.
Pasaron varias mañanas en que no salió a barrer la vereda.
Luego volvió a su rutina de hacer paquetitos con cintas grises y a apilarlos uno sobre otro, en el armario del olvido.  



2 comentarios:

  1. Eso sucede cuando las personas no se juegan la vida por intentar ser felices. No se puede dejar que la vida haga todo el trabajo. El destino coloca las piezas,el resto lo deben hacer los interesados.
    Abrazos querida Lily

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  2. vaya me quedé perpleja
    y a veces uno pone tanto ahínco que de nada vale...
    no se cual cosa en definitiva vale la pena ...

    mejor hago paquetes grises ...:))

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