(Surrealismo. Tarea de Taller)
Me ha escrito un amigo que vive a orillas del mar.
Acerqué su carta a mi oído y escuché el ruido de las olas al chocar contra los arrecifes.
Al irme a acostar, la guardé bajo la almohada y toda la noche soñé que era una gaviota.
¡También me llegó carta de mi amigo el ornitólogo!
La puse junto a mi oído, esperando escuchar el canto de los pájaros, pero me dio un feroz picotazo en la oreja.
Después salió volando por la ventana y no ha regresado, por más que le puse miguitas de pan en el alféizar.
Le pediré al cartero que la próxima vez me la traiga enjaulada.
Si me escribe mi amigo el domador de leones, no sé qué podría pasar...Es preferible que me llame por teléfono.
Me gusta el salirse de lo lineal que concebimos la vida y volar con el pensamiento creando mundos nuevos desorbitados, a lo mejor el picotazo que te dio el pájaro virtual en la oreja la tengas un poco enrojecida, y si te escribe el domador te puede pasar lo de la caperucita roja. Todo es un misterio tanto que nadie sabe como se produjo los seres vivos. Me gustó. Un abrazote amiga
ResponderEliminarMuy ingeniosa imaginación la tuya, mejor que no te escriba, que venga a verte en persona y slitario, sin león.
ResponderEliminarLa Natividad de la llama Sagrada del Amor Divino
Llene tu alma, corazón y hogar en la tierra
En estas fechas especiales, y cada instante de tu vida.
Feliz Navidad, ahora y siempre, a Ti y los tuyos.
Un abrazo.
Ambar
Lilllian genial
ResponderEliminarUn deseo muy egoísta:
¡Ojalá nunca recibas carta de un extraterrestre!:
Podría abducirte y alejarte para siempre de quienes somos tus agradecidos y fieles seguidores...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar