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domingo, 17 de noviembre de 2013

REFLEXIONES.

Cuando Roberto pasó frente a ellos, caminando ensimismado, Luis exclamó, mirándolo:
-¡Pobre!
-¿Por qué? ¿Le pasa algo?- preguntó Raúl.
-No, es que pienso que todos los mortales, por el solo hecho de vivir, merecemos que nos compadezcan.
-¡Vaya, hombre, que estás desanimado!
-Es que la vida es muy difícil...Es una lucha constante para ganarle al sufrimiento. ¡Las alegrías son tan cortas y el dolor se prolonga tanto!
Aunque por un momento Raúl estuvo dispuesto a contradecirlo, llamándolo pesimista y amargado, terminó por hallarle la razón. Juntos estuvieron de acuerdo en que la vida era un problema algebraico insoluble en que la gran incógnita, la X , solo se descifraba en el momento de morir, cuando ya nadie estaba en condiciones de comunicarse con los vivos para participarles  de su hallazgo.
Después que hubieron terminado una segunda ronda de cerveza, ambos se dirigieron a sus respectivas tragedias personales.
En realidad, Raúl había hablado así más que todo para seguirle la corriente a su amigo. En el fondo, estaba bastante satisfecho con la suerte que le había tocado.
Había triunfado en su negocio de importaciones y la mujer que quería estaba a punto de darle "el sí". O al menos, era eso lo que sus ojos le decían.
En resumen, prefería vivir en lugar de perder el tiempo preguntándose qué es la Vida...
En cambio Luis, se fue por las calles abrazado con la Melancolía y en la soledad de su departamento, le fue infiel con la Depresión.
Si vida le parecía negra como un negativo fotográfico. De esos que se veían antes, cuando  aún los celulares no se habían adueñado de las imágenes ni la gente le sacaba fotos hasta a los huevos fritos que se iba a comer.
Se sentó en un sillón y empezó a darle vueltas en su cabeza a su conversación con Raúl.
En realidad, conocía de sobra el motivo de su desánimo.
Aún no lograba recuperarse de su fracaso matrimonial.
Hubiera querido poder reconocerse culpable, para así arrepentirse.
O echarle la culpa a ella, para sentir rencor.
Pero los dos o ninguno, habían sido los responsables. Las cosas no salieron como esperaban y eso había sido todo.
En realidad , nunca las cosas resultan como uno quisiera.
No es mala suerte. Es la Vida, nada más.
Ahora, ella tenía otra pareja y le habían contado que se veía feliz.
Al principio sintió celos y rabia. Pero, después se alegró. Al menos uno de los dos había hecho un esfuerzo por recuperarse.
 En cambio, él seguía solo y deprimido, sin poder salir a flote en ese mar que lo ahogaba.
¡Si viera una pajita flotando, me agarraría a ella para no hundirme!-pensó.
Y entonces, se acordó de Paulina. Esa chica que había conocido en una fiesta a la que lo arrastraron sus amigos y con quién había salido un par de veces.
Ella le había demostrado que le gustaba. Incluso había visto en sus ojos, una chispita de ternura. Pero dejó de llamarla y prefirió seguir masticando su fracaso.
-¡Qué tonto fui!- se lamentó- ¿ Será tiempo todavía?
Uno tiene la obligación de ser feliz, o de intentarlo al menos.
Tomó el celular y discó su número.
-¡Aló, Paulina!  Habla Luis. No sé si te acuerdas de mí....


4 comentarios:

  1. Bueno aqui me dejas Lilly, esperando esa respuesta, que le habrá responodido?, conseguira ser feliz con Paulina?.
    Un abrazo.
    Ambar

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  2. Buena manera de recomenzar ...si es que eso es algo bueno a una vida
    pero primero hay que pasar por la aceptación real que la vida es así y que hay miles de posibilidades o no las hay de tener otra persona a tu lado...lo importante tal vez es darse cuenta que aquello se acabó y nunca más regresará...

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  3. Me voy a ir en la profunda, si dejamos que la felicidad personal dependa de otro llegará el momento en que sufriremos sin remedio. Nadie llenará el 100% de nuestras expectativas. Para captar la felicidad hay que trabajar el desapego ser capaz mas de "dar" que estar siempre a la espera de "recibir". Pobre Luis si no cambia su perspectiva volvera a sufrir con Paulina. Me gusta que escudriñes el Alma humana de la alegría al dolor.

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