Había dos jardines separados por un muro.
En uno de ellos, reinaba la Primavera.
Su dueño era un joven, que paseaba entre arbustos verdes y prados sembrados de margaritas.
Las mariposas volaban de flor en flor y al atardecer, un ruiseñor lo deleitaba con sus trinos.
Un día se asomó por sobre el muro y miró el jardín vecino.
Vio que en él reinaba el Otoño. Los árboles estaban casi desnudos y una tenue neblina los envolvía.
Bajo uno de ellos, había una mujer, sentada sobre una alfombra de hojas secas.
El joven cortó una rosa de su jardín y se la tendió por sobre el muro.
Ella miró a su alrededor y vio que no tenía nada con qué retribuirle. Al fin, tomó una hoja amarilla que aún temblaba en una rama y se la entregó.
Entonces se enamoraron.
En el jardín del joven, el Verano sucedió a la Primavera.
Los árboles se cargaron de frutos maduros y olorosos. El cortó uno y se lo tendió a la mujer por sobre el muro.
En el jardín de ella, había llegado el Invierno. Ni una hoja quedaba en los árboles desnudos.
Recogió entonces un puñado de nieve y lo apretó contra el pecho de él.
-Ahora, olvídame-le dijo.
El joven sintió que el frío de la nieve llegaba hasta su corazón y se preguntó:
-¿Cómo alguna vez pude amarla?
Vio que a su jardín había entrado una hermosa muchacha, con los brazos cargados de frutas y de flores.
Le dio la espalda al muro y avanzó hacia ella, sonriendo.
En el jardín vecino, la mujer rompió la capa de escarcha que cubría la fuente.
Se miró en el agua y vio su pelo encanecido y los surcos que rodeaban su boca.
Suspiró por su amor imposible, pero no derramó ni una lágrima, porque a su edad ya había llorado lo suficiente.
La vida que conduce a todos más allá de la primavera y es lógico dejar la primavera para las flores y los otoños para los bellos atardeceres.
ResponderEliminarNo obstante siempre he creído o al menos suspirado por la teoría del perpetuo retorno.
Muy hermosa tu historia.
Besos.
Pudo Amarla y no supo que la distancia se emparejaba en cuanto a él le llegara el Otoño.
ResponderEliminarNo siempre se vive en Primavera.
manolo
Asi es la vida...
ResponderEliminartodo renace y se funde en la vida...
lo que es la esencia del ser
pasando las etapas de la existencia
y comprendiendo al fin que todo es transitorio
saludos...
Asi es la vida Lilly, una etapa detrás de otra, la serpiente que se muerde la cola o la rueda de la vida, donde todo es un principio y un final, con nuevo amanecer en cada tiempo.
ResponderEliminarMuy bella y cierta historia.
Un abrazo.
Ambar