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domingo, 19 de febrero de 2023

NOCHE DE SAN VALENTÍN.

Era el anochecer del 14 de Febrero.  El edificio de departamentos lucía silencioso y semi vacío. Los más jóvenes habían salido a festejar y otros se hallaban de vacaciones, fuera de la ciudad. 

Marina bajó al jardín interior y se sentó en un banco.  Le daba un poco de vergüenza que alguien la viera ahí y adivinara que no tenía a nadie con quién celebrar en el Día de los enamorados. 

Ella, en realidad, había terminado por sentirse cómoda en su soledad. Incluso aliviada de no tener que preocuparse de nadie más que de sí misma. Pero, si lo dijera, nadie lo creería y la mirarían con lástima.

Decidió que en cuanto se encendieran las luces del jardín, subiría a su departamento a prepararse una modesta cena. Luego, seguro que en la TV pasarían alguna película romántica. Para aquellos, los solitarios, que aún se atrevían a soñar...

 Era un panorama agradable. Sin embargo, sintió que desde el fondo de su corazón, iba subiendo un agua oscura de melancolía. Como esas vertientes que brotan de lo profundo y terminan por inundarlo todo.

Reconoció que en el último tiempo, a la Vida se le había ocurrido la idea de pasar por su lado, ignorándola.  ¿ En qué momento las oportunidades empezaron a disminuir y empezaron a aumentar las decepciones?

Había oscurecido por completo, y aún el conserje no encendía las luces del jardín interior. Bajo el árbol de morera, en el otro extremo , vio titilar la brasa roja de un cigarrillo.

-¡ Vaya! Hay otra persona solitaria aquí- pensó Marina- ¿ Quién será?

Escuchó la tos prolongada de un hombre.  ¡ Ahí tienes!- exclamó en voz baja-Bronquitis crónica. ¿ No será hora de que dejes de fumar?

De golpe se encendieron las luces y ambos se miraron, sorprendidos.

-¡ Marina!  Eres Marina ¿ no?  ¿ Y qué haces aquí?

-Bueno, yo vivo aquí...

-¡ Yo también!  ¡ Qué coincidencia!  Me cambié hace dos meses.

Ella guardaba silencio, mirándolo intensamente. ¡ Cuantos años habían pasado y cuanto había deseado volver a encontrarlo! 

-Veo que ambos estamos solos esta noche-comentó él con ironía - ¡ Qué tremendo fracaso amoroso estamos hechos, los dos!

Y se rio con esa risa profunda que Marina tanto había amado.

-¡ Pero, no !- exclamó ella, de pronto, acicateada por el orgullo y el recuerdo humillante de su fracasada relación. ¡ Solo estoy haciendo tiempo mientras llegan a buscarme!

Miró su reloj y fingió alarma. 

-¡ Ya son casi las nueve y no he subido a cambiarme!  ¡ Mi novio se va a enojar!

Recogió su libro y sus llaves y se despidió apresuradamente.

-Otro día hablamos.... ¡ Feliz San Valentín! 




9 comentarios:

  1. Y encima tendrá wue apagar pronto la luz. El tiempo teórico de cambiarse de ropa, o Suu examor se dará cuenta de la falsedad. Y además si wuiere retomar tendra que inventarse otra mentira.
    Menudo el jardín en que se ha metido sin comerlo ni beberlo.
    Besoo Lillian

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    1. ¡ No importa! Todo vale para salvar el amor propio herido.

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  2. Oh, un pudo ser y no fue! Pero Marina hizo bien, a veces la soledad es más rica que una pobre compañía.
    Besos.

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    1. Sí, tienes razón. Hay que aprender a soltar lo que no sirve. Muchas veces una aguanta cosas por temor a la soledad. Además, su amor propio quedó a salvo con esta mentirita inocente.

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  3. Mejor para Marina. Ella tiene suficiente universo interior para dejarse atribular por temor a la soledad y complicarse la vida reeditando viejos fracasos... También existen y me gustan las historias románticas individuales.

    Abrazo hasta allá.

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    1. Gracias, Carlos. este cuento trata de convencer de que la soledad no es mala, cuando un amor fallido es peor.

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  4. Por vergüenza, timidez o amor propio, en muchas ocasiones somos incapaces de afrontar nuestra realidad y dejar que fluyan nuestros sentimientos.
    Menos mal que la verdad suele salir a relucir y como los dos viven en el mismo edificio... a mí me encantan los finales felices, por eso nunca pierdo la esperanza.
    Me ha encantado.
    Cariños.
    kasioles

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    1. Gracias, Kasioles. ¿ Quién puede predecir lo que vendrá? Quizás no pase nada. Pero, ella al menos, salvó su amor propio herido.

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  5. Saludos estimada, ella fue valiente, que no por angustia a sentirse solo acepte seguir una ruta desabrida y que ya intuye su fracaso... Más vale sola que mal acompañada, bien dicho.
    Que tengas un buen fin de semana, abrazo

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