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domingo, 15 de julio de 2018

LA MAGIA DE UN CUADRO.

Cuando Marcos rompió con Graciela, no quiso llevarse aquel cuadro.
Al verlo salir con su maleta, ella le recordó débilmente:
-¡ Se te queda la pintura!
El la miró fríamente y le contestó:
-¡ Quédate con ella!  Después de todo, la pinté para ti.
Graciela pensó que se la dejaba simplemente porque la hallaba fea.
Representaba un paisaje marino. Un promontorio de rocas se adentraba en el mar y en la cima había un faro. Algunas gaviotas revoloteaban en un cielo gris.
A Graciela le gustaba y lo colgó en la pared. Después de todo, era lo único que le quedaba de Marcos...
Una mañana, notó un charco de agua en la alfombra, bajo el cuadro. Pensó que había sido su gato y lo amonestó severamente. El la miró herido y le hizo un mohín de desprecio, castigándola con su indiferencia.
Al otro día, el charco era más grande y esta vez comprobó que el agua había fluido desde el borde del cuadro, como si el mar se estuviera rebalsando.
Tenía tantas preocupaciones sobre su trabajo y su vida en general, que lo pasó de largo. No tenía tiempo para reflexionar sobre el misterio.
Esa noche se desveló.  Pasadas las doce, escuchó un batir de olas y vio claramente a una gaviota salirse de la pintura y revolotear por su habitación.
- ¡Bah, qué raro!- exclamó Graciela- Después de todo estoy durmiendo...
Sin embargo, al otro día encontró  una pluma blanca caída sobre la alfombra.
A la noche siguiente, decidió no dormirse por ningún motivo. Se sentó muy derecha en la cama después de haber consumido medio litro de café.
Le pesaban los párpados y ya empezaba a cabecear, cuando le llegó nítido el rumor del mar y una bocanada de aire frío terminó de despertarla.
Se levantó y se paró frente a la pintura. Vio que en lo alto del faro había un hombre que le hacía señas.
Adelantó un pie desnudo y se encontró pisando sobre arena. De un salto se puso a trepar por las rocas del promontorio. No tenía miedo. La magia de esa hora la había atrapado y todo le parecía natural.
Con curiosidad, miró hacia atrás y se observó a sí misma en la cama, durmiendo plácidamente.
Siguió trepando por las rocas y llegó al faro. La puerta estaba abierta y una escalera de caracol conducía a la cúspide.  En lo alto vio al hombre que sonreía y le tendía la mano, para ayudarla a subir.
-¡ Ven!- la urgió- ¡ Desde arriba se ve un paisaje estupendo!
Era cierto. Una preciosa playa de arena blanco se extendía hasta perderse de vista y en la línea del horizonte, en la que un barco pesquero permanecía inmóvil.
-¡ Mira tú hacia allá!- le dijo Mariela- ¿ Ves mi cama y a mí misma durmiendo?  Se nota que todo esto no es más que un sueño.
-Te equivocas- le respondió él- Soy tan real como tú. Solo que mi mundo es paralelo al tuyo y para entrar en él sólo debes soltarte y dejarte ir, como si flotaras sobre las olas.
Mariela lo miró y vio que sus ojos eran verdes como el mar y que su pelo estaba descolorido por el sol. El le sonrió en silencio y le señaló una bandada de gaviotas que se había posado sobre el agua.
Desde lejos les llegó el sonido de una campanilla.
 -¡ Es mi despertador! exclamó Mariela, pesarosa  -  Me tengo que ir   ¡Pero tú, por favor no te vayas... ¡ ¡Volveré apenas pueda!
- Mi mundo es éste- contestó él sonriendo-¿ A donde más podría ir?
Esa tarde, al volver de su trabajo, la detuvo el conserje.
-Señorita Mariela, vio su amigo Marcos a buscar un cuadro que se le había quedado. Le dejó las llaves y un mensaje.
Mariela leyó las breves líneas, consternada : " Me llevo el cuadro porque lo necesito para completar mi exposición. Después te lo devuelvo".
Días después de la inauguración, se decidió a ir a ver  la muestra que se exhibía  en una conocida galería.
Vio que había bastante gente y comprendió que Marcos había tenido éxito. 
En un lugar destacado estaba el cuadro con el faro. Lucía un cartel que decía " vendido".
-¡ Perdona, Mariela!- le dijo Marcos, que se paseaba envanecido entre sus admiradores- ¡ No creí que se vendiera!  Pero, te pintaré otro igual, no te preocupes...

Por supuesto, jamás lo hizo...Y Mariela terminó por olvidar el breve sueño que le había brindado la magia de aquel cuadro.


4 comentarios:

  1. Vaya
    eso es muy misterioso
    ...a veces tanta soledad o sensación de abandono
    que nuestro inconsciente nos remonta esos lugares paralelos donde podríamos alcanzar algo de esa felicidad}
    con el otro , que aquí a luces es imposible

    besos.

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  2. Amiga escritora,el viejo fotógrafo,sigue con atención tus cuentos,admiro tus fantasias literarias y a esa capacidad tuya de hilvadarla
    Un fuerte abrazo

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  3. Hola, qué tal..
    He encontrado tu blog por casualidad y me alegro.
    Un placer seguirte.
    Un abrazo 🌹🌹🌹

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  4. Estimada a propósito de mi poema sobre el beso de manzana , te digo que creo que cualquiera se siente muy feliz recibir un besote, sabor de manzana...
    la manzana ha sido y será a morir mi fruta preferida

    mi mejor regalo diario, comer una manzana
    y si es del amor
    del hermoso recuerdo que se bate en la memoria
    de los son los míos y así los tuyos...
    de lo que si vale la pena retrotraer a tu vida
    para hacerte saber que has sido feliz
    y que has sabido bien amar.

    mi aprecio de siempre.
    Magdalena.

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