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domingo, 18 de junio de 2017

LAS TRIBULACIONES DE ELADIO.

Eladio despertó en medio de la noche y escuchó voces en el salón.
¿ Quién podía haber venido a esa hora?
Se levantó en puntillas y  desde el pasillo miró el salón iluminado. Vio que estaban velando a alguien.
Un ataúd abierto estaba en medio del cuarto y había mucha gente sentada en los sillones, conversando sin prestarle atención.
Vio el rostro del cadáver y sorprendido, comprobó que era él mismo.
-¡ Bah!  ¿ Como pude morirme sin darme cuenta?
Pensándolo bien, seguramente se había muerto durmiendo...El sueño que todos acarician. Pero, había sido demasiado pronto...
¡ Voy a perder mi abono para la Copa Confederaciones!  -pensó atribulado.
Miró en el primer cajón de la cómoda y vio que el abono había desaparecido.
¡ Su sobrino Genaro!  ¿ Quién otro?
No había ni esperado que cerraran el ataúd para robárselo.  ¡ En fin!  ¿ Para qué afligirse si ya no podría usarlo?
Se dio cuenta de que la puerta del dormitorio estaba cerrada y que él la había atravesado como si fuera un pan de mantequilla.
Entró de lleno al salón y se acercó a su mujer, que lloraba. Tenía los ojos enrojecidos y gruesas lágrimas corrían por su cara.
¡ Pobrecita!  ¡ Cuanto me quería !- exclamó Eladio conmovido. Pero, al acercarse más, lo repelió un olor extraño. Vio que ella tenía un pedazo de cebolla escondido en el pañuelo y era eso lo que la hacía llorar.
Más allá vio a su hija Carolina, sentada en un sillón con la cabeza doblada sobre el pecho.
-¡ Ella sí que sufre de veras!- pensó Eladio. Quiso estampar un beso incorpóreo en su frente...y entonces comprobó que ella tenía el celular en las rodillas y rápidamente escribía un mensaje de texto.  Era eso lo que la mantenía agachada.
En la cocina había un grupo de sus amigos, tomando vino y contando chistes. Todos archi sabidos...Incluso eran los mismos que Eladio había contado en el velatorio de su cuñado, hacía unos meses...
Volvió al salón y vio que habían cerrado el ataúd y habían colocado encima una foto suya de cuando era joven.
Se sintió invadido por la nostalgia. Y pensó que después de todo, la Muerte era eso.
Nostalgia por todo lo perdido. Desde el sabor del café por las mañanas hasta el olor a sudor en el Metro, por las tardes...
La gente se había empezado a retirar entre suspiros. ¡ Mi sentido pésame!  ¡ Acompañándola en su dolor!
-¿ Por qué la gente será tan hipócrita?
Seguramente, sus verdaderos pensamientos eran:
¡ Ya estaba bueno que se muriera!  ¡ Estaba arruinando a su familia con ese tratamiento!
Alguno de sus amigos, el más libidinoso, miraría a su mujer con secreto deseo y anhelaría decirle:  ¡ Ahora puede pensar en rehacer su vida, Marujita!
La familia se retiró a dormir y Eladio se quedó solo, velando a su cadáver.
Al día siguiente fue el funeral y  se sorprendió de ver que el cortejo se dirigía al crematorio.
Su última voluntad de ser enterrado junto a sus padres no sería respetada.
-¿ Qué vamos a hacer con las cenizas?- oyó que susurraba su hija.
-Cuando vayamos a veranear, aprovechamos de llevarlas y las tiramos al mar.
-¡ Me carga el agua salada!-pensó Eladio, indignado- Y ahora me van a echar ahí para que alimente a los peces...¡ Ojalá que algún día se coman un pescado donde esté yo y se envenenen, por traidoras!
La ceremonia terminó y los concurrentes se dirigieron a sus autos. Eladio vio una limusina negra y adivinó que lo esperaba a él.
- ¡ Viene para llavarme al cielo!  ¡ Qué gentileza!
Se acomodó en los cojines sedosos y miró la nuca del chofer.
- Usted se llamará Gabriel o Miguel, como se llaman los ángeles, me imagino...
-Me llamo Kobal, para servirle- respondió él, quitándose la gorra y Eladio vio que dos cuernos lustrosos adornaban su frente.
-Póngase el cinturón, que vamos de bajada- recomendó el chofer.  Y la limusina empezó un descenso algo violento.
A Eladio le quedó bien claro a donde se dirigían, pero nada le sorprendía a esas alturas.

Había sido un día de puras decepciones.... 


3 comentarios:

  1. En todos tu relatos,esta presente la muerte,parece ser que esa cosa natural,tu la interpreta para hacer tus buenos cuentos

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  2. Este relato tiene el tinte que tiene. Una historia muy real y muy cierta. Es la realidad misma.Algunos lo soñamos, otros, lo experimentaremos en carne propia, pero es algo que siempre estará presente en la vida de los humanos.
    me gusto y lo contaste, tan bonito, que me parecio haberlo vivido.
    Un fuerte abrazo.

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  3. Bueno
    en esto yo espero irme hacia arriba...

    Pero ya sabemos para lograr lo que anhelamos
    debemos esforzarnos en hacer lo mejor con nosotros mismos
    y a los demás.

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