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domingo, 2 de octubre de 2016

LOS ZAPATOS DE JOSÉ.

Pedro y José habían pasado la tarde jugando tenis y como siempre, José había alternado cada jugada con quejas de todo y de todos, especialmente de su mujer.
-¡ No tienes idea de lo pesada que puede llegar a ser!- rezongaba- Siempre de mal humor, todo el tiempo haciéndome reproches...¡ No me dan ganas de volver a mi casa!
- Pero, José ¿ no tendrás tú un poco de culpa también en las desaveniencias?   Nunca te veo salir con  Isabel. Te quedas bebiendo en el Club hasta que llega la noche... Si fueras más gentil con ella, si le demostraras tu cariño...
-¡ Es que ya ni sé si la quiero!   Siento que perdí la ilusión...Todo lo mío le desagrada. ¡ Es probable que ella también haya dejado de amarme hace tiempo!
-  No te enojes, pero pienso que eres tú el que está fallando en esta relación. Yo conozco a Isabel y me consta que es dulce y encantadora.
-¡ Ja, ja!   No sabes de lo que estás hablando. No puedes ponerte en mi lugar.. .¡Solo si estuvieras en mis zapatos podrías entender lo que me pasa !
Terminaron de jugar y fueron al vestuario a cambiarse.  José estaba tan furioso que se dejó puestas las zapatillas y salió, olvidando sus zapatos en el casillero.
Pedro los miró un rato y se acordó de lo que su amigo le había dicho:
-¡ Tendrías que estar en mis zapatos para comprenderme!
En un impulso extraño , se los puso y automáticamente sus pies lo condujeron a la casa de José, sin que él pudiera dominarlos.
Cuando iba llegando, la puerta se abrió y apareció Isabel con cara afligida:
-¿ Otra vez vienes bebido?
Pedro comprendió que, a los ojos de Isabel, él era José. Al calzarse sus zapatos,  literalmente " se había puesto en su lugar."
Decidió seguir la corriente.
- ¡ No, Isabel!  Todo lo contrario...Me vine temprano para estar contigo. Quiero que nos tomemos una bebida, tranquilos los dos, para que conversemos.
Ella lo miró atónita, pero un resplandor de alegría apareció en sus ojos.
-¿Lo dices en serio?  Hace tanto tiempo que no conversamos...
Pedro entró y preparó unos cócteles. Luego se sentaron en el jardín y miraron rodar la luna por el cielo, como una moneda de plata.
-Sé que he sido poco comprensiva contigo, José- suspiró Isabel- He sido dura y te he criticado mucho, pero es que veo como te alejas de mí  y eso me hace sentir humillada y triste...
-¡No, Isabel!  ¡No me alejo de tí !  Sigo enamorado como el primer día en que nos vimos. Es preciso que los dos pongamos algo de nuestra parte para salvar esta relación.
Al ver la sonrisa de ella, confiada y feliz, Pedro sintió que ya había ayudado lo suficiente a su amigo y que era hora de devolverle los zapatos...
-¡ Se me quedaron los lentes en el Club!- mintió, tanteando sus bolsillos- Voy y vuelvo en seguida, mi amor.
Al entrar al Club, miró en dirección al bar y vio a José en una mesa, bebiendo con cara de amargado.
Pasó rápidamente en dirección a los camarines y devolvió los zapatos a su casillero. Se calzó los propios y salió sin que nadie lo viera.
Al rato, José entró y se los puso.  Mientras caminaba en dirección a su casa pensaba en el mal recibimiento que seguramente iba a darle Isabel.
-¡ Si al menos una vez me recibiera con amor !- exclamó, apesadumbrado- Sé que la quiero todavía y que estaría dispuesto a cambiar si ella fuera más cariñosa conmigo...
Abrió la puerta e Isabel se arrojó en sus brazos:
-¡ Mi vida! ¡ Qué alegría me da verte!  Sé que te habías ido hace poco rato, pero ya empezaba a echarte de menos...  
José la miró incrédulo, porque le constaba que había pasado toda la tarde y una parte de la noche lejos de su casa.

Pero decidió saborear el beso que ella le estaba dando, sin hacerle preguntas.


9 comentarios:

  1. Vaya, nunca pensé ponerse en los zapatos de otra persona terminara en beso.
    Tan ciega estba Isabel que no notó la diferencia?
    Intrigante este relato.
    Un abrazo.
    Ambar

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    Respuestas
    1. Bueno, este cuento se refiere a la vieja frase " Si estuvieras en mis zapatos"...
      Al ponerse los zapatos de José, Pedro advierte que realmente " SE HA PUESTO EN SU LUGAR"
      Obvio, es una fantasía, pero la gente dice siempre: Si te pusieras en mis zapatos o si estuvieras en mi lugar.

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  2. Amiga escritora,tu imaginación y tus vivencias te ayudan a poder escribir esas historias o fabulas.
    Creo que escribir para ti es un camino a seguir

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  3. Nuevamente tus comentarios a esa fotografia parece una editorial,tu imaginación sigue volando mucho más alta que mis fantasias
    Un fuerte abrazo

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  4. Razón llevas ...en ese ponerse en el lugar del otro
    eso es la empatía...que tanto cuesta , pero que al menos en esta historia le sirvió a otro para tomar decisiones adecuadas.

    un abrazo.

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  5. Amiga escritora,en esa fotografia,esa fotografia,son hojas y flores otoñales.

    Un fuerte abrazo

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  6. Tu buén humor,me ayuda a crear más fantasias

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  7. Nuevamente er sa poesia es el mejor regalo para la fotografia

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  8. Tengo la gran suerte de vivir muy cerca de la costa Atlantica,y de poder disfrurar de ella
    Un fuerte abrazo

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