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lunes, 24 de agosto de 2015

HISTORIA DE UNA ESTRELLA.

Primer premio concurso cuento infantil. Municipalidad de Providencia.


Un ángel recibió la orden de bajar a la tierra. Debía buscar a una mujer que vivía sola en medio de un bosque.
La luz del amanecer doraba las copas de los árboles cuando descendió volando hasta la cabaña.
Entró silenciosamente, pero al acercarse al lecho, quedó indeciso, sin saber qué hacer. Entre los brazos de la mujer había una niña.
Seguramente había nacido durante la noche y se aferraba al pecho de su madre, buscando su calor.
No había otras viviendas en la cercanía. Nadie acudiría si lloraba. ¿Cómo llevarse a la madre, abandonando a la criatura?
Pero, la orden era esa. No mencionaba a la niña y lo único que le quedaba era obedecer.
Sabía que, miles de años atrás, un ángel llamado Lucifer se había atrevido a desafiar a Dios y ese había sido el principio de todas las desgracias que ocurrían en la tierra.
En ese instante, la mujer abrió sus ojos y le suplicó que no abandonara a la niña. Luego sus labios enmudecieron y se entregó confiada a la muerte, sin exhalar un suspiro.
El ángel abandonó todos sus escrúpulos. Acomodando a la criatura entre sus alas, tomó a la madre en sus brazos y emprendió el vuelo hacia las alturas.
Cuando iban atravesando las nubes doradas que envuelven el Paraíso, la mujer preguntó por su hija y el ángel se llevó un dedo a los labios y le sonrió para tranquilizarla.
Luego, en secreto, buscó una nube rosada que había sobrado del crepúsculo y con ella hizo una cuna para la niña.
Así, la madre podía ir a mecerla durante el día y el ángel acudía en las noches a cantarle para que se durmiera.
Nadie sabía de su desobediencia, pero como había seguido un impulso piadoso de su corazón, confiaba en que la suerte lo ayudara a no ser descubierto.
Sin embargo, una tarde a  San Pedro se le ocurrió salir  a dar una vuelta por el cielo para estirar las piernas y le pidió al ángel que lo acompañara.   Quería que le llevara el manto, por si soplaba brisa.
El ángel iba muy inquieto y en vano sugería rumbos que los alejaran del lugar donde escondía a la niña.
Pero, San Pedro vio desde lejos la nube rosada que le servía de cuna. Por encima del borde sobresalía algo dorado que brillaba. Era un mechón de cabellos rubios...
-¿Qué es eso que resplandece allá? -preguntó San Pedro.
-¡Oh! ¡No es nada!- respondió el ángel- Es sólo un rayo de sol que se quedó enredado en esa nube. Más tarde iré a soltarlo.
San Pedro, a esas alturas de su vejez ya veía un poco borroso y había olvidado llevar sus lentes, así es que no hizo más preguntas sobre el asunto.
El ángel se había puesto rojo de vergüenza por haber tenido que mentir y pensó que si San Pedro lo advertía, le echaría la culpa a los arreboles del crepúsculo.  Pero afortunadamente para él, su rubor pasó desapercibido.
Días después, San Pedro lo llamó de nuevo para que lo acompañara en su paseo.
A pesar de los desvíos que intentaba el ángel, otra vez pasaron cerca de la cuna y en las sombras del anochecer, el cabello de la niña resplandecía como una lámpara.
-¿Qué es eso que brilla a lo lejos?- preguntó el anciano.
-¡Oh!  ¡Nada importante!- balbuceó el ángel-  Es una luciérnaga traviesa que anda perdida. Mañana la devuelvo a su jardín.
Pero, en su fuero interno, se dio cuenta de que no podía continuar mintiendo.
Esa noche buscó a la madre y le explicó su dilema.
-Creo que no podré seguir ocultando nuestro secreto mucho tiempo más. Es necesario que tu niña se transforme en una estrella. Es la única manera de que pueda seguir aquí.
- Está bien- le respondió la mujer, agradecida- De todos modos no la voy a perder, porque cada noche podré mirarla cuando se encienda la luz del firmamento.
Con ese arreglo, se hizo la paz en el Cielo.
 Y en la tierra, los astrónomos se abrazaban eufóricos.  ¡Habían descubierto una nueva estrella de la que no tenían noticias!


6 comentarios:

  1. Lo siento, pero hoy no están mis hojos, para esta letra tan pequeña.
    Y ya me hubiese gustado leerte.

    manolo.
    .

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  2. Bien merecido el premio querida Lily. Un relato tierno, delicado, dulce, muy en tu línea de gran sensibilidad.
    Abrazos todos para ti y ¡Felicitaciones!.

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  3. Un cuento tierno un sentimiento solidario del Ángel lo hace desobedecer la orden celestial. Un cuento dentro de la cultura religiosa donde la desobediencia es severamente castigada, me gustó la actitud del ángel al privilegiar la vida por sobre la orden. Felicitaciones amiga

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  4. muy lindo relato
    lleno de esperanzas buenas
    y mejores valores...

    hermosa explicación para una supernova...

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  5. muy lindo relato
    lleno de esperanzas buenas
    y mejores valores...

    hermosa explicación para una supernova...

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  6. gracias, amiguitos por colmar mi corazón de alegría con sus lindas palabras.

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