Bienvenidos a Mi Blog

Les doy la bienvenida a mi blog y les solicito encarecidamente que me dejen sus comentarios a mis entradas, pues su opinión es de gran valor para mí.



domingo, 23 de agosto de 2015

LA HISTORIA DE JUAN.

Hacía muchos años que ya no existían los faros habitados. Todos funcionaban en forma automática. Erguidos en aislados promontorios, eran como gigantescos cíclopes, sordos y mudos, con el rayo de su único ojo incandescente, cortando las tinieblas que envolvían el mar.
Pero entonces se supo que en el extremo más austral del continente, un antiguo faro de piedra corroída por la sal y los vientos, sería reemplazado por una moderna torre de hierro.  Y que sería habitada.
A Juan lo eligieron para cumplir la tarea de guiar a los barcos hacia un puerto seguro.
¡ Qué orgullo sintió!  ¡ Y qué satisfacción de saberse amo y señor de la bastedad del océano!
La soledad le gustaba.
Amaba subir a lo más alto de la torre a contemplar como el sol arrancaba destellos de oro de las olas y sentir sobre su cabeza el girar bullicioso de las gaviotas.
Al caer la noche, encendía el potente foco. Y era como un brazo luminoso que se extendía sobre el mar, para apartar a los barcos de los arrecifes mortales.
Sin embargo, con el tiempo, la soledad empezó a abrumarlo.
Veía pasar a lo lejos los enormes transatlánticos, llenos de luces y de música, abarrotados de seres indiferentes al esfuerzo que los ponía a salvo.  O las naves pesqueras, que cumplían su tarea, ignorando al hombre que las protegía desde lejos.
¿ Sabía alguien de su existencia?
A veces, en lo alto de la torre, agitaba la mano hacia los barcos que pasaban, con la vana ilusión de que alguien lo viera y respondiera a su saludo.
¡ Pero era imposible!  Sus gritos se perdían en el estruendo de las olas y su figura solitaria era invisible desde la distancia.
-¡ Mírenme!   ¡ Este soy yo!  ¡ Soy Juan! ¡ Gracias a mí llegarán a puerto seguro!  Yo soy el dueño de su destino. ¿ Lo sabían?
La silueta oscura de los barcos parecía ir dibujando la línea del horizonte y luego desaparecía, sin que nadie  a bordo sospechara la angustia de su soledad.
Hasta que una noche, decidió apagar el faro.
Sería la única forma de darse a conocer. Si la luz lo borraba y lo volvía anónimo, la oscuridad le traería la atención de los que pasaban lejos.
¡Por fin entenderían que era Juan quien velaba por ellos!  Que sin él, chocarían contra las rocas y se los tragaría el mar.
A media noche naufragó una nave centelleante de luces.
En medio de las tinieblas, Juan creyó escuchar el horrendo crujido del casco al partirse contra las rocas.  En medio del fragor de las olas, le llegaba a ratos el ulular de las sirenas de auxilio y los gritos desesperados de los que se ahogaban.
Toda la noche lucharon los sobrevivientes por mantenerse a flote sobre el mar embravecido.
Pero el frío del agua les iba endureciendo los músculos y uno a uno, agotados, se entregaban al abismo.
Uno solo logró nadar hasta la orilla.
Amanecía y una pálida luz rosada envolvía al mundo, ingenua y dulce como una niña que lo ignora todo.
A la playa empezaban a llegar algunos despojos de la nave destrozada.
Juan corrió hasta el borde del agua, al encuentro del náufrago.
Loco de alegría, le apretó con fuerza la mano entumecida.

-¡ Qué alegría de verlo, amigo !  ¡ Usted no me conoce!   ¡Yo soy Juan, el que maneja el faro! 



4 comentarios:

  1. Precioso y conmovedor relato.
    Yo soy manolo, uno de tus muchos seguidores, que disfruta leyéndote.

    manolo
    .

    ResponderEliminar
  2. no es buena una soledad sin sola...

    al fin el hombre provocó una tragedia...o mas bien pudo evitarla...
    es algo extraño eso...poner sus emociones ante lo que sientan o necesiten los demás...

    estes bien!

    ResponderEliminar
  3. no es buena una soledad sin sola...

    al fin el hombre provocó una tragedia...o mas bien pudo evitarla...
    es algo extraño eso...poner sus emociones ante lo que sientan o necesiten los demás...

    estes bien!

    ResponderEliminar
  4. no es buena una soledad sin sola...

    al fin el hombre provocó una tragedia...o mas bien pudo evitarla...
    es algo extraño eso...poner sus emociones ante lo que sientan o necesiten los demás...

    estes bien!

    ResponderEliminar