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domingo, 26 de octubre de 2014

FIESTA DE HALLOWEEN.

Josefina se puso a bailar con un esqueleto que acababa de conocer en la puerta de la discoteca.
La sorprendía el realismo de su disfraz.
Llevaba una máscara de calavera que le cubría toda la cabeza y a cada rato se le caía un ojo inyectado en sangre y le quedaba colgando sobre el pómulo.  Sin perder el ritmo, se lo acomodaba otra vez en la órbita y seguía bailando como si nada.
Otra cosa era el ruido de huesos. Josefina no se explicaba como había logrado el truco de que al moverse le sonaran como castañuelas.
-Oye- le dijo - tu disfraz es genial.
-Es que no es disfraz- le respondió  él- Llevo un par de años muerto y aproveché esta noche para venir a menear el esqueleto- y se rió de su propio chiste.
Josefina decidió seguirle la broma y le preguntó:
- ¿Y cómo fue que moriste?
-De puro tonto no más. Me puse a jugar a la ruleta rusa con unos amigos y a mí me tocó la bala. ¿ Ves?- y le mostró un agujero que la máscara tenía en la sien.
- La bala me atravesó la cabeza de lado a lado y quedé ciego. Pero no me importó, porque estaba muerto y de inmediato empecé a ver con los ojos del espíritu.
Al decir esto, volvió a acomodarse en la órbita el globo ocular que le colgaba de un filamento.
Josefina estaba muda de admiración, pero picada, no quiso ser menos:
- ¡Bueno!  Pero tú no puedes negar que también mi disfraz es realista...
-¿Y de qué estás disfrazada tú?- le preguntó el esqueleto mirando con detenimiento su vestido manchado de sangre y el hacha que pendía de su cinturón.
- ¡ Me extraña tu ignorancia!  Soy la famosa asesina "Josefina la rompe- pescuezos". Esa que decapitó a sus padres porque no le quisieron dar plata para que se hiciera un tatuaje.
- ¡ Ja! ¡Ja!  ¡Está buena!  No conocía esa historia...
-No- dijo Josefina- Si no es historia. Antes de venir para acá " me eché"  a mis dos viejos.  Mi mamá tenía la costumbre de responderme lo mismo a todo lo que le decía. Cuando a los diecisiete años le informé que me casaba, me contestó :
-¡Mi hijita, no exageres!
- Cuando luego descubrí que mi marido tenía una esposa anterior, volví a mi casa y le dije: -Mamá, me buscan por bígama.
Y ella me respondió:  ¡Mi hijita ,no exageres!
-Hace un rato, cuando me vio al lado de mi viejo con el hacha en la mano, se preparaba a decírmelo, pero no tuvo tiempo...Alcanzó a decir : Mi hijita, no...Y se quedó sin habla y sin pescuezo. ¡Jaja!
Y Josefina celebró su propia broma.
El esqueleto la miraba fascinado y tuvo que reconocer que su historia era bastante truculenta y tan buena como la que él le había contado.
Siguieron bailando felices y embobados uno con el otro, hasta el amanecer.
Estaban empezando a enamorarse cuando la policía irrumpió en la discoteca.
Josefina no hizo amago de escapar. Al contrario, muy cooperadora, les entregó el hacha y estiró sus manos ensangrentadas para que le pusieran las esposas.
La subieron al carro celular y cuando ya partían, se les acercó el esqueleto y le dijo a uno de los gendarmes:
-Por favor, podrían dejarme en mi casa, si es que les queda en el camino...
-¿Y se puede saber a donde vive?
-¡En el cementerio, pues!  ¿ En qué otra parte iba a ser ?  

4 comentarios:

  1. Uyyy Lily ja ja..bueno, se nos acerca Halloween y todo este tipo de relatos se leen demasiado...
    Abrazos compatriota.

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  2. Vaya con usted jovencita.
    Esto si que es un relato propio para estas fechas, dicho sea de paso, a mi no me gustan gran cosas estos festejos tan macabros, pero parece que cada vez están más de moda.
    Un abrazo
    Ambar

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  3. buen relato
    aunque lo macabro a mi me hace ñuu ...
    y en la realidad ya sabemos muchos se valen de estas fiestas u otras para cometer sus locuras..

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