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sábado, 25 de enero de 2014

INTRIGAS DE AMOR

Fue una tarde de Enero cuando vio a Esteban espérandola a la salida del trabajo.
Algo parecido al mor que ya creía muerto, hizo latir con fuerza su corazón. Pero rechazó ese sentimiento con rabia. ¡ No quería volver a ilusionarse!
-Paula, necesito hablar contigo. ¿Podríamos ir a un café?
 Habían pasado seis meses...¿Qué podía haber sucedido?  ¿Se habría dado cuenta de su error?
-¡No sé de qué podríamos hablar tú y yo, a éstas alturas...!
-Paula, necesito que me ayudes. Tú que fuiste tan amiga de Nelly....
-¡Tienes razón! Fue mi amiga hasta que me traicionaste con ella y me dejaste sin amor y sin amistad, de un solo golpe.
-Paula, creí que me habías perdonado. Bien sabes que fuiste tú, con tus celos, la que terminó por arrojarme a sus brazos.
-¡Mentira!. ¡Hacía tiempo que estabas loco por ella!. Sólo buscabas un pretexto para romper conmigo. Nunca olvidaré las noches de insomnio que pasé en el departamento vacío, esperando escuchar tus pasos...
-Paula, no volvamos a lo mismo. Todo eso ya pasó. Si acudo a ti es porque te sé generosa...¡Tú eres la única que puede ayudarme!
Paula se forzó a sí misma a calmarse. Quizás esta era la oportunidad de desquite que había estado esperando...
Lo acompañó a un café y lo dejó que hablara, sin interrumpirlo.
-Hace unas semanas que Nelly está cambiada. La noto distraída, como si algo la preocupara. Le pregunto qué le pasa, pero no quiere contarme. Hace unos días la seguí y la vi encontrarse con un hombre en un café. Ella lo miraba fijamente y hubo un instante en que tomó su mano a través de la mesa. El le hablaba como si le suplicara.... Dos veces se ha juntado con él en el mismo café.
-Bueno ¿y que quieres que yo haga?
-Quiero que la próxima vez seas tú quien la siga. Es posible que puedas acercarte lo suficiente para escuchar lo que hablan...Podría parecer una casualidad. En cambio, yo...Si me viera a mí espiándola, lo perdería todo...
-¿Como te atreves a pedirme algo así?
  La rabia y el despecho la ahogaban. Pero se calmó, porque era lo que convenía en ese momento.
Hacía ya más de seis meses que la traición de ellos dos la había dejado convertida en un guiñapo.
Sólo el odio y el amor propio herido la habían sostenido en pie, como un armazón de hierro. 
Y ahora, quizás había llegado la hora del desquite.
Accedió a la petición de Esteban. ¡Total!  Una humillación más...A veces conviene dejar el orgullo a un lado.
Una tarde, Esteban la llamó al celular y le avisó que Nelly se había reunido en el café con su acompañante de otras veces.
Ella daba la espalda a la entrada y  Paula pudo entrar sin ser vista. Audazmente, se sentó en una mesa contigua.
¡Desde ahí podía escuchar todo lo que la pareja decía!
Pero, era muy distinto de lo que Paula esperaba.
El le suplicaba que lo ayudara....Ella se mostraba dudosa.
-Mira, Ernesto- le decía con severidad- sólo porque sé que ella aún te quiere, voy a intervenir en esto. Pero, créeme que si fuera yo, no te perdonaría...
Pero, Nelly. ¡Tú sabes que estoy arrepentido! Y a ti, que eres su hermana, seguro que va a escucharte.
Paula no necesitó escuchar más.
 Sigilosamente, salió del café sin que Nelly hubiera sospechado su proximidad y se dirigió a la oficina de Esteban. El la esperaba ansioso.. ..
-Tenías razón, lo siento, amigo. Escuché lo suficiente para entender que están enamorados. Ella decía que ha luchado contra sus sentimientos, porque no quiere herirte. El le suplicaba que tome una decisión... .Cuando salí, ella estaba vencida y se preparaba a dejarte esta misma noche.
Esteban palideció y su frente se contrajo de angustia.
Paula se acordó de sus noches de llanto cuando él le confesó que había dejado de amarla y el remordimiento no encontró cabida en su corazón.
-Esteban, no permitas que te humille. Da tú el primer golpe. Ve ahora mismo a hacer tu maleta y deja el departamento. Que cuando ella llegue, lo encuentre vacío...
-Pero, no tengo a donde ir...
-Sí tienes. Esta noche parto a mi casa de la playa. Tengo una pieza vacía en la que podrás acomodarte... Unos días junto al mar te dejarán renovado.
-¡ P aula! ¡Qué buena amiga  eres!  Pensé que nunca me perdonarías...
-Yo también. Pero creo que ha llegado la hora de dejar los rencores a un lado...

1 comentario:

  1. No se que me pasa con esta historia...
    pero lo cierto es que jamás me prestaría para algo así
    ni con todo el desprecio o rabia que sienta por otro...menos por un hombre
    que vale callampa...y como se sabe mas de las veces la realidad supera a la ficción...ta tan!!
    Buena cosa...

    te dejo mi cariño de siempre amiga
    me gustaría que leyeras mi cuentito que puse en mi blog EL ULTIMO PLACER... que tú como escritora de cuentos sabes mucho...

    besos!

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