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domingo, 12 de enero de 2014

EL CUARTO CERRADO.

Al fondo de la casa había un cuarto cerrado con un  enorme candado antiguo.
Nadie sabía donde estaba la llave ni tampoco se preocupaba por buscarla.
Era un cuarto rodeado de misterio. Se decía que allí habitaban fantasmas u otras formas de vida extrañas. Otros, más prosaicos pero no más sensatos, decían que en ese cuarto había una especie de agujero negro que se lo tragaba todo. Nada se podía guardar ahí sin que de inmediato desapareciera, como engullido por una fuerza cósmica. Y si uno cometía la insensatez de entrar, era posible que no volviera a salir y desapareciera irremediablemente.
Así es que lo mantenían prudentemente cerrado y habitaban el resto de la casa, como si el cuarto no existiera.
Pero Matilda no se conformaba con esa actitud. Y un día, en la cocina, le preguntó a su mamá:
-¿Por qué no recogemos todos los trastos inútiles que hay esparcidos por la casa y los guardamos en el cuarto del fondo?
-¡Oh, no!- exclamó ella, dejando de pelar por un momento los tomates que preparaba para la cena- Si guardáramos algo ahí, seguramente se perdería. Todo lo que se guarda en ese cuarto desaparece, como tragado por una boca sombría.
-¡Ay, mamá!- ¿Cómo puedes creer eso ?
-Tienes razón-sonrió ella- ¿Cómo puedo creerlo ?
Y siguió pelando los tomates, como si el tema quedara agotado.
Pasaron los años. Matilda se fue a vivir al extranjero y sólo volvió cuando sus padres murieron en un accidente.
Comprendió que había llegado el momento de desocupar la vieja casa y ponerla a la venta.
Con el corazón aún acongojado por la pérdida, empezó a embalar lo rescatable y a descartar en una pila, las cosas inútiles.
Su codo tropezó con un jarrón antiguo que siempre había visto en lo más alto de un anaquel, y lo hizo caer, rompiéndolo en pedazos.
Sobre la alfombra, junto a los trozos de cerámica azul, vio una vieja llave enmohecida.
Matilda la relacionó de inmediato con el candado del cuarto misterioso.
¡Por fin lo podría abrir!  Y ahora no había nadie que musitara en su oído advertencias fantásticas....
Le costó hacer girar la llave, pero al fin el engranaje cedió y la puerta se abrió con un chirrido de bisagras oxidadas.
 Al principio vio una habitación penumbrosa y vacía, sin ningún misterio. Pero, luego notó que en la pared opuesta había otra puerta cerrada.
Supuso, por su ubicación, que daría al jardín trasero y la abrió sin mayores expectativas.
Pero en lugar de los arbustos sombríos y las descoloridas hortensias, se encontró con otro cuarto igual, pero orientado en sentido opuesto, como reflejado en un espejo.
Allí había una mujer sentada, tejiendo. Una larga bufanda gris iba brotando de sus agujas y se ovillaba a sus pies, como un gato perezoso.
Matilda comprendió que se había adentrado en un mundo paralelo y decidió tomarlo todo con la naturalidad con que se viven los sueños.
-¿Quién eres?- le preguntó.
-Soy la guardiana del Pasado- respondió ella- Si quieres entrar, puedes hacerlo, pero te advierto que no está  permitido cambiar nada. Si tratas de intervenir en las cosas que ya están escritas, lo trastornarás todo y ya no podrás volver al presente.
Matilda asintió y como empujada por una fuerza extraña, casi sonámbula, empujó la puerta que custodiaba la mujer.
Nadie sabe lo que ocurrió entonces ni lo que encontró Matilda, porque ese fue el día en que ella desapareció.
¿Desoyó la advertencia y cedió a la tentación de corregir un error que la había hecho desgraciada?
Es posible, pero nadie ha podido preguntárselo.
El corredor de bienes raíces que se había citado con ella aquel día, recorrió toda la casa, llamándola inútilmente.
Al fondo de un pasillo vio un cuarto cerrado. Un candado mohoso, sin ninguna llave visible, lo mantenía clausurado quizás desde hacía cuanto tiempo. No sintió ninguna curiosidad por abrirlo. Total, era evidente que ella no podía encontrarse ahí....
Los parientes de Matilda vendieron la casa con un enorme margen de ganancia.
La compró una empresa constructora que la hizo demoler de inmediato, para erigir en su lugar un edificio de departamentos.


6 comentarios:

  1. que tremendo eso de ir por una inquietud y perderse en el nunca jamás...
    aunque a veces a uno le vienen esas ideas amiga
    sobretodo cuando anda medio tomada con cosas que pesan
    que ganas de entrar alli y pasar de largo...
    aunque igual es un gran enigma saber que mas habrá sucedido?¡¡?

    muy buena tu cuento

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  2. bueno quería decirte ademas que hace tiempo vi un programa en tvn
    donde contaban historias asi ...reales
    lo que recuerdo una vez es que un señor en el norte fue a la salitreras y nunca volvió ...
    pero si lo hizo después de 10 años y él vestía tal cual salió solo que encontro a su gente muy cambiada y hasta nietos tenia
    para morirse!!!

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  3. Hla Lilli.
    La mente humana siempre tratando de descifrar misterios, si he leído hacerca de puertas a otras dimensiones, aunque lo más creible sean los viajes astrales y personas con habilidades no muy comunes para la mayoría de nosotros, fantástico relato.
    Un abrazo y sigo leyendo ya que hace unos días que no paso por tu espacio.
    Ambar

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  4. Hola Lilly,

    tiempo sin saber de ti, una preguta, cuando demolieron la casa y construyeron los apartamentos nadie desapareció en el cuarto cerrado???, la historia puede continuar!

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  5. Los misterios de las habitaciones, muy buen relato.

    un abrazo

    fus

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  6. Este no es un cuentecito así no más. Es... ¡Un tremendo relato!
    Con una mezcla de realidad, ciencia ficción y un horror que puede respirarse.
    Y que concluye en el momento justo y preciso.
    Para leerlo, releerlo y sobre todo compartirlo.
    Vemos que la mente de nuestra querida Lilly nos sigue dando estas luminosas muestras de su genio. Dios le conserve por muchos años y que siga deleitando a los afortunados seres que han podido descubrirla.
    Mi saludo y admiración para ella.

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