Cuando tú vienes, todo me parece hermoso.
El cielo es más azul que nunca, más luminoso el día. Y me conmueve el temblor de las pequeñas hojas en los charcos.
Es como si mi alma se engrandeciera.
Cierro los ojos y me sumerjo en un hondo pozo de felicidad.
La hierba canta y mis manos se humedecen de luz.
La ternura se aprieta en mí como un niño.
Me invade un dolor jubiloso, un éxtasis. Siento deseos de correr, de cantar . De hundir mi cara en el pasto mojado de rocío. De aprisionar el mundo entre mis brazos.
Vienes y haces brotar alas en todas las cosas.
El cielo se inclina hacia mí y es una dulce mano azul posada sobre mi frente.
Amor mío.
Que poema más hermoso amiga
ResponderEliminarcuando se habla del amor siempre es tan sublime
pues se entrgan las mejores imágenes del sentir profundo....
abrazo!
MUY PRECIOSO.
ResponderEliminarTus versos al recibir el amor cuando llega, tal como lo describes es maravilloso, debería ser siempre así.
Gracias por tu visita, tal vez te gusten los poemas, puedes leer todo lo que te apetezca.
Un abrazo.
Ambar.
Todas esas sensaciones se sienten cuando se ama, volcadas en alguien aun cuando todo nace de uno mismo.
ResponderEliminarEl poder del amor.
Bonitas palabras, Lillian.
¡Que no te falten estrellas!
José
Dice María Teresa Gonzalez:
ResponderEliminarBello tu poema, Lillian.
Expresa muy profundamente todo aquello que uno siente cuando ama de verdad. Todo resplandece, brilla y cambia de color.
Creo que no es sólo aplicable al amor de oareja sino al amor filial y al amor a Dios.
Dice Ricardo Aliaga:
ResponderEliminarHacía tiempo que mi corazón no latía tan fuerte.
Absolutamente bello.
Una nueva joya engastada en tu blog.