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domingo, 25 de julio de 2021

EL ROSAL DE GRISELDA.

Cuando la mamá de Adriana se enfermó y la llevaron a una clínica, pareció que un irremediable desastre había caído sobre la casa.

Loa doctores aseguraron que se pondría bien, pero sin su presencia, Adriana y su papá empezaron a vivir en medio de un desorden descomunal.  Siempre había platos sucios en el fregadero, porque solo se lavaban cuando no quedaba ninguno limpio que ocupar. Las camas dejaron de hacerse cada mañana ¿ Para qué molestarse, si las volverían a deshacer en la noche?

Eso dijo el papá, mientras se metía en la cocina a preparar la cena.  Al rato, un intenso olor a arroz quemado llegó hasta los dormitorios.  Así es que por cuarta noche, encargaron pizza.

Adriana estaba feliz, pero su papá le advirtió que no se acostumbrara. Que los niños deben comer verduras y alimentos sanos como los que preparaba la mamá.

-¡ Esto no puede seguir así!- exclamó preocupado- ¡ Mañana iré a una Agencia de Empleos!

Y así fue como por la tarde, apareció Griselda.

La casa lucía como si por ella hubiera pasado un tornado, pero no se amilanó.

De su maleta sacó un delantal floreado y se puso a trabajar cantando.

Media hora después, todo resplandecía y un exquisito olor brotaba de la cocina.  

Esa noche cenaron como en sus mejores tiempos. 

-La sopa de Griselda es la mejor del mundo- dijo Adriana, pero sintiéndose culpable, agregó- Despues de la de mi  mamá, quiero decir...

A Adriana le parecía que Griselda apenas trabajaba y que las cosas se hacían solas,  por arte de magia. ¿ Como puede limpiar, lavar y cocinar, todo al mismo tiempo?- se preguntaba.

Un día, la vio sacar de su maleta un palito seco. 

-En el jardín hace falta un rosal-dijo-  Lo plantó en un macetero y lo regó con total confianza.

Adrinana la miró dudosa. ¿ Como podría creer Griselda que ese palo seco iba a brotar?

Pero, al día siguiente amaneció cubierto de brotes  y al cabo de una semana, se llenó de botones rojos.

Adriana se convenció de que Griselda era mágica.

-Papá ¿ existen las hadas ? -  preguntó una noche ,  recordando el cuento de Cenicienta, que le había contado la abuelita.

-No, mi hijita - respondió él- ¡ Ojalá existieran!

Pero Adriana no quedó convencida y siguió observando a Griselda, a ver si la pillaba en mitad de un encantamiento.

Una mañana la vió en la cocina, pelando papas frente a la ventana abierta. En el jardín, el rosal resplandecía como bañado en polvo de oro. Muy orondo, mecía en la brisa sus botones rojos y parecía creer que hasta ahí no más llegaban sus obligaciones.

Griselda salió a amonestarlo.

-¡ Ya, pués, flojonazo! ¡ Llegó la hora de florecer!

Tocó los botones con la punta de los dedos. 

-¡ Todos a una! ¡ ya!

Los capullos se abrieron al unísono y el rosal pareció que estallaba en llamas.

Griselda volvió a la cocina y tranquilamente siguió pelando papas.

Por fin, la mamá volvió de la clínica y  en el corazón de Adriana la alegría de verla se mezcló con la tristeza de ver marcharse a Griselda.

Pero ella no demostró la menor contrariedad. Siguió cantando mientras limpiaba, lavaba y cocinaba y el día señalado , guardó en la maleta el delantal floreado y estuvo lista para partir.

Adriana la siguió hasta el jardín y pensó:

-¡ Al menos nos quedarán las rosas!

Pero Griselda se detuvo delante del rosal y dijo:

-Llegó la hora de irnos!  ¡ Todas a una!  ¡ Ya!

Y las rosas se desprendieron de sus tallos y la siguieron, volando. Se perdió calle abajo, como si caminara por entre una nube de mariposas y ni una sola vez volvió la mirada atrás.

Al día siguiente, el rosal se empezó a secar.

-¡ Vaya!- observó el papá, distraído- ¡ Se nos olvidó regarlo!   Y siguió caminando, mientras contestaba su celular.

En esta casa vivió un hada y ellos ni siquiera se dieron cuenta, pensó Adriana.  ¡ Qué aburrido es ser adulto!    ¡ Prometo que nunca voy a crecer !  




6 comentarios:

  1. Tu relato más màgico, Lillian. Vale. Existe gente así de mágica. Lo que no sabría es explicar su magia. Tampoco sė si habría que hacerlo.

    Abrazos y más abrazos.

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  2. Las fantasias de la escritora superan a las de este viejo

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  3. Bueno, eso de florecer rosales me gustó mucho...
    porque ya sabes me encanta el jardín y en la realidad de este tiempo por casa, como que todo se está maleando por el exceso de frío, ha caído mucho hielo y bueno, será duro mi despertar cuando me coloque a ver mi jardín...

    Un lindo relato sin dudas.

    te dejo un abrazo.

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  4. Has traido con tu relato la capacidad de creer en la magia, y por cierto que hay personas mágicas, que hacen la vida más facil y armoniosa, que nos la simplifican...y demás está decir que para algunas cosas tenemos que tener un corazon de niño, de lo contrario , es imposible creer y disfrutar.Precioso texto!!!Te dejo un abrazo grande y muy buen fin de semana

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  5. Me ha venido a la mente inmediatamente Mary Poppins. Pero tú le has dado un aire de gracia, y de cotidianeidad, y de magia, singular . Como el cariño de la profesionalidad,
    Besoss lilian

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  6. Que bonito texto posee la magia como la del relato que tanto necesitamos hoy en día.

    Me encanto visitar tu blogg le agradezco a Eli mendez haberme mostrado el camino para llegar.

    Saludos

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