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domingo, 9 de octubre de 2016

LA AVENTURA DE MANUEL.

Cuando a uno le pasa algo inesperado que viene a perturbar su vida, lo primero que hace es rebelarse : ¿ Por qué a mí ?
Pero, en el caso de Manuel, era todo lo contrario. Sentía que en su vida jamás pasaba nada, ni bueno ni malo. Todas las cosas interesantes le ocurrían a los demás.
Hasta que vivió algo tan increíble, que no pudo contárselo a nadie, por temor a que lo tomaran por loco.
Fue una tarde en que había salido a pescar y como el mar estaba en calma y la pesca era floja, se quedó dormido.
 Fue muy lejos de la playa. El agua tenía un color azul profundo y hacia el horizonte, bandadas de gaviotas marcaban la presencia de alguna ballena que nadaba bajo  la superficie.
Manuel despertó con un violento chapoteo junto a la lancha y al principio creyó que había atrapado a un pez muy grande.    Pero, una mano muy blanca desenganchó el anzuelo enredado en sus cabellos...Que por cierto eran verdes...Y a continuación, se asomó por la borda una niña encantadora que lo miró sonriendo.
Lo primero que Manuel pensó fue que había naufragado en algún barco e inútilmente, buscó restos en los alrededores. No había nada. Y además, la niña no se veía ni asustada ni exhausta.
Le tendió la mano para ayudarla a subir a la lancha y entonces casi se desmayó. De la cintura hacia abajo tenía una cola cubierta de escamas relucientes.  ¡ Era una sirena !
Ella lo miraba con malicia y en un momento, pareció que iba a ponerse a cantar.
Manuel se aterró. Ya sabía lo que les pasaba a los hombres que escuchaban el canto de una sirena. ¡ Se lanzaban de cabeza al mar y se ahogaban sin remedio !
Así es que, lo más suavemente que pudo, la hizo callar cubriéndole los labios con su mano.
Ella lanzó una risita y se echó en el fondo de la lancha. Parecía querer decirle algo, pero era evidente que no podía hablar.
Manuel la miraba asombrado. Tenía los ojos y el pelo verdes como las algas y la piel tan blanca como el nácar. Era preciosa y no podía apartar los ojos de su cara.
Echó a andar el motor y rápidamente se dirigió a la playa. Anochecía ya y no había nadie que pudiera verlo.
Envolvió a la sirena en un trozo de lona y la llevó en los brazos a su casa, que no estaba lejos de la orilla.
Vivía solo y esta vez se alegró de no tener que darle explicaciones a nadie.
Llenó la tina del baño con agua de mar y la puso ahí, esperando que se acostumbrara a vivir con él.
¡ Se había enamorado sin remedio y sabía que si la escuchaba cantar, se volvería loco!  Afortunadamente, ella no hizo otro intento...Sólo se reía y para Manuel, era como escuchar música. En esa risa estaba el rumor de las olas y el soplo del viento sobre el mar.
A la mañana siguiente, se levantó al alba para ir a buscarle algo de comer.  ¡Seguramente tendría hambre!
En la puerta de su casa tropezó con un montón de gatos que maullaban frenéticos. Seguramente el olor de la cola de la sirena les había abierto el apetito....
Los ahuyentó a escobazos y partió al almacén a comprar unas latas de sardinas. Por el camino,  encontró a una vieja que vendía flores y le compró un ramo.
La sirena lo recibió con muestras de alegría y se comió las sardinas  en un segundo. Y como no sabía lo que eran, se comió también las flores.
Pero Manuel notó muy pronto que a su amada la consumía la nostalgia por el mar.
Se arrastraba fuera de la tina dejando un rastro de gua salada y se acodaba en la ventana, mirando la playa. El rumor de las olas y el grito de las gaviotas le arrancaban lágrimas silenciosas.
En las noches, cuando Manuel encendía la televisión, tratando de distraerla, le quitaba de la mano el control remoto y buscaba documentales que mostraran el océano.  Después se deslizaba hacia la tina y ahí lloraba hasta el amanecer.
Desolado, Manuel comprendió que tenía que dejarla partir.
Un anochecer, la envolvió otra vez en un trozo de lona y la llevó en la lancha hasta alta mar.
La sirena le rodeó el cuello con los brazos y trató de arrastrarlo al agua con ella.  Manuel se soltó como pudo, aunque por un instante se sintió tentado de hundirse en sus brazos. ¡ La amaba tanto!
Pero se sobrepuso y la sirena, después de mirarlo con tristeza, desapareció en el mar.
La melancolía lo puso enfermo y ya no quiso salir a pescar.
Muchas tardes fue a sentarse en la arena, con los ojos fijos en las olas. Esperaba que ella se asomara un instante siquiera...Lo devoraba la nostalgia de ese amor imposible.

¿ Cómo iba a hacer ahora para olvidar su aventura?  Hubiera querido no haberla conocido nunca. Y a menudo se preguntaba:  ¿ Por qué a mí ?  


8 comentarios:

  1. Que linda historia de amor...
    son esas historias que uno lee varias veces
    pues son mágicas...lo d e las sirenas es un decir de siempre
    que ellas existen y que son bellas ...y tanto mas

    he visto varios videos de esas posibles sirenas de mar
    pero nada no tienen esa belleza que se les da en los textos o el imaginario de uno...pero no deja de ser intrigante...

    me gusta pensar que si existen...y ojala nunca se descubra bien donde viven
    te imaginas?...sería un circo...

    abrazos.

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  2. Amiga
    agradezco de todo corazón tu bello poema que dejaste en mi página...

    sinceramente te siento muy cercana...te leo desde siempre , creo...y he podido ver como tu imaginación sigue fructífera y ensoñadora...

    el cuento es algo que yo no manejo muy bien, cuento historias en poemas tal vez...cuando algo se me comprende no?
    jajjajaja

    Pero lo valioso es esperar que sigamos compartiendo la palabra.

    te dejo un gran abrazo.

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  3. En el amor,siempre existe un principio y un final,después solo queda una vaga quietud,y un lento olvido

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  4. La imaginación de mi amiga escritora vuela al compas de las mariposas de esa fotografia
    Saludos

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  5. Tu amas a la literatura,pero tus sentimientos son los de una poeta
    Un fuerte abrazo

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  6. Amiga escritora,la belleza del cuerpo,siempre puede caducar,pero los sentimientos de amistad a veces perduran mucho más
    Un fuerte abrazo del viejo de las fantasias

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  7. Tus sueños siempre seran más positivo,y creo que facil de conseguir
    Un fuerte abrazo

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  8. Un lindo sueño de Manuel que mientras lo soñaba estuvo acompañado por esa linda sirena, al despertar sigue en soledad nostálgico soñando al borde del mar. En el vuelo del pensar y crear hay algunos que dicen que la vida considerada real es un sueño y que lo verdadero es el inconsciente del sueño. ¿En que mundo vives tú amiga?. Tu amigo

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