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domingo, 28 de agosto de 2016

NADA MAS QUE NADA.

Para mi amigo Juan Fuentes, de Andalucía.

En el barrio que Juan atravesaba de vuelta del trabajo, había una tienda de antiguedades. Y él siempre se quedaba como pegado a la vitrina, imposibilitado de escapar a su hechizo.
Mirar esos objetos polvorientos lo llenaba de una nostalgia por épocas en las cuales aún no había nacido. Le parecía que en esas cosas se había quedado detenido el tiempo, mientras afuera corría veloz en su marcha desenfrenada hacia la muerte.
En el mostrador de la tienda estaba la dueña, una vieja de ojos penetrantes que le sonreía, como invitándolo a entrar.
Pero Juan no tenía dinero.
A veces se atrevía a entrar y se ponía a escarbar en cajones repletos de libros viejos.  A menudo, de entre sus páginas emergía una araña, molesta al ver amenazada su privacidad.
- Veo que te gustan mucho las antiguedades- observó un día la vieja, con tono complacido.
- ¡Ay, sí !  Pero, son siempre tan caras....-se quejó Juan.
Ella lo miraba en silencio, haciendo girar entre sus dedos una cajita dorada, adornada con piedras de colores.
Juan se quedó con los ojos clavados en ella.
-Y esa cajita ¿ cuanto vale?- preguntó, esperanzado.
-Esta no se vende- respondió ella con tono seco, y la cubrió con una mano.
-Será demasiado valiosa....¿ Qué hay adentro?
-Nada.
Juan se sintió ofendido por la áspera respuesta y pensó para sus adentros:
-¡ Seguro que va a contener nada !  Por algo no la vende...debe tener adentro una joya...Pero, aunque estuviera vacía, me gustaría que fuera mía. ¡Es lo que más me gusta de toda esta tienda!
Y ya no pudo apartarla de su mente.
Todos los días pasaba frente a la tienda y veía a la dueña acodada en el mostrador, siempre dando vuelta entre sus dedos la preciosa cajita. Ella lo miraba en forma socarrona, porque adivinaba el deseo de Juan y se complacía en acrecentarlo.
Un día, entró un cliente y la vieja se paró a atenderlo, dejando la cajita olvidada sobre el mostrador.
Juan se avalanzó sobre ella y en cosa de segundos, se la metió al bolsillo y echó a correr.
Al llegar a su casa, en la soledad de su habitación, la puso en la palma de su mano y admiró el brillo multicolor de las piedras. Presionó un broche y la caja se abrió.
En ese momento, Juan comprendió que la vieja había dicho la verdad. En el interior había Nada. La Nada.
Un torrente blanco se abatió sobre él y todo desapareció a su alrededor.
Se vio en medio de un paisaje incoloro, como una infinita sábana de nieve. No había cielo ni suelo. Sólo un vacío sin orillas.
Se puso a caminar sin rumbo, porque no había horizonte hacia el cual dirigirse. Sentía que le costaba respirar en medio de ese opresivo blancor.  Pensó que así sería la Muerte.
Le pareció que había caminado durante horas, aunque allí el tiempo no parecía trascurrir. De pronto, distinguió a lo lejos un punto negro en medio del vacío total.
Se puso a correr hacia allá, esperanzado. A medida que se aproximaba, distinguió los contornos de una puerta. En su dintel había un letrero que decía:
" Todo".
Sentada en el umbral, como un centinela implacable, estaba la vieja de la tienda de antiguedades.
-¡ Tome!  ¡ Aquí la tiene!  Se la devuelvo...- exclamó Juan, desesperado, tendiéndole la cajita - pero ¡ por Dios, déjeme pasar...!
La vieja lo miró en silencio y abrió la puerta.
Juan cruzó el umbral corriendo, antes de que ella se arrepintiera.
Se encontró de nuevo en la tienda. Echada sobre el mostrador, la dueña se reía, apretando entre sus dedos la cajita dorada.

Juan corrió despavorido hasta que estuvo muy lejos de ahí y nunca más volvió a pasar por esa calle. 


11 comentarios:

  1. Vaya susto que se ha llevado Juan, y yo también, pensé que no regresaba de esa nada.
    Hay que dejar pasar esos momentos de deseo y ansiedad, son malos para salud.
    Voy a seguir repasando, he regresado hace unas semanas, y ando muy retrasada.
    Un abrazo.
    Ambar

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  2. Amigs ecritora,Juan cree no tener ego,solo admira la sabiduria y los libros,porque ellos son sus mejores amigos.
    Agracido por ese magnífico cuento que le has dedicado

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  3. He intentado mandarte un correo a tu dirección,pero no me lo permite

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  4. Eres increible con tus letras te felicito

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  5. Tu amas a la literatura,pero veo que amas un poco má a la poesia

    Un fuerte abrazo

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  6. Tus sentimientos de poeta estan latente en ese comentário

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  7. Estimada escritora,partiendo de una fantasia del viejo fotógrafo,conseguiste hacer un texto literario
    Te felicito

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  8. Tu hace literatura de una fantasia del viejo fotógrafo,tu creatividad me supera

    Un fuerte abrazo

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  9. Por aquí vuelvo y pasaré de nuevo a ver si Juan está bien, vivito y coleando entre esas bellas fotos que nos regala.
    Un abrazo.
    Ambar

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  10. Bueno
    más que rápido aprendió Juan por intruso
    como se dice no,,,que la curiosidad mató al gato
    y mira que dicen igual que este tiene vidas ....jijiji
    me hiciste reir...
    ya me imaginaba al protagonista sumido en la nada...
    pero al fin dicen otros sabios
    que la NADA ES EL TODO...vaya dilema!

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  11. Entretenida historia, Lillyan.

    Un abrazo.

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