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domingo, 8 de noviembre de 2015

LUZ Y SOMBRA.

Luciana murió al amanecer, cuando las campanas llamaban a la primera misa del Domingo.
Edmundo la sostuvo en sus brazos hasta que sus ojos se nublaron y su pecho exhaló el último suspiro.
-¡ Luciana, no me abandones!- gritó estrechándola contra su cuerpo. Los sones de las campanas pasaron volando y a Edmundo le pareció que se llevaban el alma de su esposa hacia la luz de la aurora que ascendía sobre los montes.
Su vida sin ella le pareció inútil y vacía. ¿ Qué hacer en este mundo donde no estaba Luciana para darle un sentido a todas las cosas?
Contemplaba el cielo día y noche, creyendo ver sus ojos que desde allí lo miraban.
Le parecía que en cada estrella estaba Luciana, llamándolo:
-¡ Ven aquí, mi amor!  Te espero. ¡ No es posible que estemos separados !
Edmundo le pedía a Dios que se lo llevara también.
- ¡ No puedo vivir sin ella!- gemía- Nos amábamos tanto. Eramos un solo cuerpo y un solo corazón.
Era tan grande su dolor, que se fue debilitando y una enfermedad mortal se lo llevó en pocos meses.
Todos los que lo conocían lamentaron su muerte.
-¡ Era el hombre más recto y más bondadoso que he visto!- decían- ¡ Ahora estará en el cielo, junto a Luciana!
En el momento de morir, Edmundo atravesó confiado un túnel de sombras. No tenía miedo. Sabía que al final lo esperaba una luz celestial que lo conduciría junto a su esposa.
Las tinieblas se disiparon al fin y se encontró frente a una puerta custodiada por dos ángeles.
-¿ Es este el Paraíso?- les preguntó.
- Sí, Edmundo- le respondieron los seres alados y se apartaron sonriendo para dejarlo entrar.
Buscó a Luciana largo tiempo sin poder encontrarla.  Al principio la llamaba con voz queda  y luego a gritos. Pero nadie le respondía. Las nubes y las estrellas se retiraban a su paso, para permitirle buscarla por los más recónditos parajes.
Vencido, al fin, se dejó caer , sollozando.
Un ángel se le acercó, sorprendido.
-¿ Por qué lloras?  ¿ No sabes que has venido aquí para ser feliz por toda la eternidad?
-Es que no encuentro a mi esposa. Ella se vino primero y sé que me ha esperado durante todo este tiempo. Me amaba como yo a ella. No ha habido nunca en la Tierra un amor como el  nuestro...
- Pero ¿ estás seguro de que ella está aquí?
-¿ Y donde crees que podría estar? - le preguntó Edmundo, indignado.
El ángel se quedó pensativo. Luego le advirtió dulcemente:
- No quisiera sembrar la duda en tu corazón...pero, es posible que esté en otro lugar.
-¿ Donde?- preguntó Edmundo con voz enronquecida por la desesperación.
-Allá abajo - suspiró el ángel y le señaló una oscuridad lóbrega que se extendía como un mar, hasta donde alcanzaba la vista.
-¿ Quieres decir....en el Infierno ?
El ángel no respondió.
-¡ No es posible!  ¡ Sería un error...!  Tengo que ir a buscarla.
El ángel, compadecido, extendió sus alas y juntos bajaron a las tinieblas.
Edmundo se encontró frente a una puerta negra, custodiada por un ser horrible.  El se rió al verlo llegar, como si disfrutara por adelantado de la escena que se preparaba.
-¿ Se te perdió algo?- le preguntó, y sus labios se curvaron en una mueca soez.
- Busco a mi esposa. Se extravió en el camino y por error llegó hasta aquí.
-Aquí nadie llega por error- se rió el demonio- ¡ Dime su nombre!
-Luciana.
-¡ Ah, Luciana!  Haberlo dicho antes....¡ Luciana, por supuesto!
Y su cuerpo se dobló, sacudido por una risa convulsa.
El ángel retrocedió ofendido y Edmundo, prescindiendo de su compañía, atravesó solo el umbral.
- Ven por aquí- lo llamó el ser maligno- ¡ No te preocupes!  Aquí todos tiene el sitio que les corresponde.  Los ladrones, los asesinos, los parricidas....  ¡y por supuesto, las adúlteras !
-¿ Qué dices?- gimió Edmundo.
Se encontraron frente a un pantano envuelto en un vaho espeso. Cientos de mujeres desesperadas se aferraban a la orilla, para no ser tragadas por el barro  pestilente.  Entre ellas estaba Luciana.
Edmundo lanzó un grito y retrocedió llorando.
 El ángel misericordioso lo recibió en sus brazos y miró con repulsión al demonio que continuaba riendo.
Luego, abrió sus alas y estrechando al hombre contra su pecho, se remontó hacia la luz.

    

6 comentarios:

  1. ¿Las adulteras/os?...vaya Lily, si fuese así, creo que la capacidad del Infierno se vería sobrepasado...Tengo mi propio pensamiento al respecto, para que una situación llegue a ese límite es porque algo andaba muy entre ambos.
    Abrazos amiga.

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  2. Ay, amiga. Reconozco que este cuento está como escrito a principios del siglo pasado. ¡ No sé cómo se me ocurrió algo así! Creo que me inspiró un cuento de Maussapan que relata lo siguiente: Un viudo va una noche al cementerio, presa de la nostalgia y el dolor de su pérdida. Ahí constata
    que durante la noche los epitafios cambiaban y decían la verdad sobre los ahí enterrados. Por ejemplo: Era miserable, donde había dicho generoso etc.
    Corre a la tumba de su amada y lee: Salió a escondidas a ver a su amante , la pilló la lluvia, contrajo pulmonía y murió.
    ¡ Ese chasco era el que yo quería resaltar en este cuento!

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    Respuestas
    1. que super amiga...así es la creatividad surge sin remedio por situaciones diversas y calzan muy bien a las cosas de la vida , verdad?

      como dice la estimada Taty...en ambos géneros el mismo error ...
      pero la peor mentira es la que se hace uno a si mismo...engañándose y de paso engañando al otro...
      muchas causas pueden ser que avalen una cosa y otra , pero uno debería siempre eser consecuente consigo mismo...
      la falta de honestidad en este tiempo es algo abrumador...

      después se cuentan solo tragedias...

      te dejo un abrazo grande

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  3. Me faltó agradecerte por tu compañía sentida y tu mirada profunda en mi poemario ALAS DEL DOLOR...GRACIAS!

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  4. Paso a dejarte mi saludo florido
    estoy contenta con mis nuevos retoños de primavera...

    cuidate!

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  5. ¡Qué cuento!! Sobre el cuento universal de la existencia de cielo e infierno. La creencia de Edmundo que se encontraría con su amada en el otro mundo lo hace desear la muerte con tal fuerza que fallece, despreciando su vida real a evolucionar hacia una vida "feliz" aquí en este maravilloso "planeta tierra". Interesante para los creyentes y los agnósticos y los ateos. Siento amiga que el tema te está rondando con cierta frecuencia. Un abrazo real

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