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domingo, 15 de marzo de 2015

UNA AVENTURA INOLVIDABLE.

Hacía un par de meses que trabajaba en la Universidad, mientras terminaba mi tesis. Era secretario, ayudante y recadero de un ilustre profesor.
El me informó que en la semana siguiente se realizaría en Santiago, la capital, un importante Seminario sobre Energía Nuclear.
- Mi agenda no me permite ir así es que quiero que vayas tú en mi lugar. Sólo te pido que asistas y tomes nota de lo que digan los expositores. No quiero quedar como ignorante después, frente a mis colegas.
Tomé un tren , casi de madrugada, y medio dormido todavía, me dejé caer en el primer asiento que encontré vacío.
Vi que al frente mío iba una mujer preciosa, leyendo una revista.  Sólo alcanzaba a ver su pelo rubio algo despeinado y sus piernas...Pero, lo poco que veía me dejaba sin aliento.
Al rato bajó la revista y  por sobre el borde, me escrutó sin compasión.
Luego sonrió dejándola a un lado, sobre el asiento.
-Ya que viajamos juntos, conversemos mejor- dijo, y me tendió una mano blanca digna de una diosa.
-Maggie- se presentó con sencillez- ¿ Y tú?
-Genaro, para servirte- balbuceé yo y me atraganté al darme cuenta de lo estúpido que había sonado eso.
Ella se rió con cierta ternura compasiva, como si estuviera frente a un descerebrado.
No sólo me turbaba su presencia sino el hecho de que era mayor que yo y parecía una mujer de mundo.
Pero, estaba deslumbrado. No podía dejar de mirarla, mientras ella desgranaba una charla insustancial.
Cada cierto rato se callaba, esperando una respuesta, pero a mí no me salían las palabras.
Bajo su mirada, me sentía como un cubo de hielo puesto al sol.
Me fui derritiendo lentamente y al final no quedó de mí más que un charco de agua enamorada. Si es que el agua se puede enamorar...
( Abro paréntesis. Sí, si puede. El agua del mar ama a las rocas y se arroja sobre ellas embravecida por la impotencia de no poder conmoverlas. Y el agua de la lluvia ama los prados y los envuelve en un manto de diamantes, para expresarles su amor. Cierro paréntesis.) 
Supe que se bajaría en la misma estación que yo y para mi sorpresa, iba al mismo Seminario.
¿ Qué haría una mujer como ella en un sitio semejante? No me lo dijo ni tampoco se lo pregunté.
-¿ Tienes reserva de Hotel?- me interrogó .
- No, pero si no encuentro habitación, puedo dormir en un banco del parque.
-¡ Estás loco!  Ahí pululan traficantes y otros marginales peligrosos.  ¿ Por qué no te vienes conmigo? Yo tengo una reserva  en un Hotel cerca de la estación.
Cuando entramos a la habitación, vi que había una sola cama. Me quedé indeciso en el umbral.
-Puedo dormir en el sofá- musité turbado, aunque no se veía ninguno.
-¿ Por qué ?  ¿ Que crees que no cabemos los dos en la cama? -preguntó ella riendo.
Me quedé sin habla...
En la noche hicimos el amor.
Yo estaba sudando de nervios y las cosas no salieron muy bien.
-No te preocupes- me dijo ella y me besó en la frente con un beso maternal que aumentó mi humillación hasta un nivel intolerable.
Me corrí hacia el borde de la cama y me hice el dormido. Me sentía tan miserable que pensé que , al otro día, como ese personaje de Kafka, iba a amanecer convertido en cucaracha.
Al rato, ella empezó a respirar más pausadamente y sabiéndola dormida, me atreví a mirarla.
¡ Qué linda era! ¡No podía creer que estuviera a mi lado!  Me sentí más optimista pensando que al día siguiente seguramente tendría la oportunidad de revertir mi pobre actuación...
Cuando desperté, ya no estaba. Había un papel sobre el velador.- Me voy al Seminario.- decía- ¡ Nos vemos allá!
Llegué justo cuando un viejito de lentes se congratulaba en presentar a la Doctora en Física molecular, la Doctora Margot Z.... , que expondría sus conclusiones sobre el empleo de la energía nuclear en el campo de la Medicina.
Breves aplausos y al podio subió Ella...¡ No lo podía creer!
¡ Doctora en Física!... Y yo, pobre estúpido, que soñaba con poderla impresionar...
Me concentré a duras penas en el Seminario y tomé las notas que mi jefe me había encargado.
Cuando vino el intermedio para café, partí disparado rumbo al Hotel.
Le pedí la llave al  conserje y subí, sin aliento. Tomé mi humilde bolso del gimnasio, lo llené con mis cosas y salí corriendo, mientras el conserje me miraba con una insultante sonrisa de conmiseración.
¡ Parecía haberlo adivinado todo!
De más está decir que nunca más volví a verla.

 Pero  ¡ fue una aventura inolvidable !


3 comentarios:

  1. Bueno, José, no es tan raro. Ella es una mujer de experiencia, muy segura de sí misma y muy liberal. El es un chiquillo, tal vez atractivo y ella no vacila en querer parar un buen rato con él. ¿ No te acuerdas de esa canción que dice : Pobre tonto, ingenuo charlatán, yo fui paloma, en vez de ser gavilán ?

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  2. A mí también me pareció un tanto extraño el relato pero no porque fuese imposible, sino que por las excesivas inseguridades del protagonista, aún así me entretuvo.
    Un abrazo Lily.

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