Bienvenidos a Mi Blog

Les doy la bienvenida a mi blog y les solicito encarecidamente que me dejen sus comentarios a mis entradas, pues su opinión es de gran valor para mí.



domingo, 22 de febrero de 2015

MARILIA.

Había una vez un hombre muy poderoso. Su poder emanaba del dinero y de un apellido que se había escuchado en la ciudad, durante muchas  generaciones.
Había llegado a los treinta años sin haberse enamorado nunca. Su dinero y su poder atraían a las mujeres y nunca le había faltado compañía femenina, pero él se mantenía distante y les demostraba su desprecio entregándoles oro a cambio de amor.
Pero, un día en el mercado, por el que se paseaba de incógnito, vio a Marilia y se enamoró de ella locamente.
Era tan hermosa, que su corazón tembló como si se hallara al borde de un precipicio.
Se acercó a ella y le ofreció cargar su canasto. Ella aceptó con una sonrisa.
Marilia tampoco había amado nunca. Pero no por un capricho de volubilidad, sino porque no tenía corazón.
Era hija de un pescador y de una mujer misteriosa que había llegado del mar. No era una sirena, puesto que tenía piernas, pero nunca habló del lugar de donde venía y su misterio hizo que el pescador se enamorara de ella aún más.
De su unión nació Marilia.
Nadie sabía que la niña no tenía corazón, pero si alguien hubiera acercado el oído a su pecho, habría escuchado, en lugar de latidos, el mismo rumor marino que hay en el interior de los caracoles.
Un día, su madre se fue al mar desde donde había venido y el pescador envejeció añorándola, junto a su hija, que lo acompañaba constantemente.
El hombre poderoso no quería que Marilia supiera que era rico, para que lo amara por sí mismo y no por su dinero.
Después de la boda, la llevó a vivir a una sencilla casita en los suburbios, y cegado por su pasión, nunca se dio cuenta de que su amor no era correspondido.
Como Marilia no tenía corazón, abandonó a su padre sin tristeza y nunca sintió nostalgia de su antigua vida.
Pero un día, al igual que su madre, escuchó el llamado del mar y se ahogó.
Hasta que cayó la noche, el hombre poderoso recorrió la playa desierta, llamándola a gritos. Durante muchos días no se apartó de la orilla y continuó llamándola, pero sólo le respondía el chillido estridente de las gaviotas.
Pensaron que se volvería loco.
Tenía un amigo que era científico y que habitaba en una vieja casa en las afueras de la ciudad. Habían mantenido su amistad desde niños y ni el dinero ni el poder de uno de ellos había conseguido separarlos.
El hombre poderoso llegó un día hasta la casa de su amigo. Con la cabeza entre las manos, gimiendo y suspirando le habló de su dolor y le dijo que no podía vivir sin Marilia.
 - Yo también la amaba- le confesó el científico.
Lo miró con sorpresa :
-Y entonces ¿ cómo has podido conformarte con su pérdida?
-He buscado consuelo en la ciencia-le confesó su amigo y tomándolo de un brazo, lo llevó a su laboratorio.
Allí, sentado en un sillón había un robot idéntico a Marilia.
Su cutis de flor, sus cabellos dorados, sus ojos...Todo había sido reproducido con sorprendente fidelidad.
Al verla, el hombre poderoso cayó de rodillas.
-¡ Marilia!- gritó.
El robot sonrió y pronunció su nombre, con la misma voz musical que él había escuchado tantas veces.
-¡ Es ella!
-No. Es un robot que he construido.
El científico suspiró con tristeza y se abstuvo de contarle que él lo consideraba un fracaso.
Había dotado a la muñeca de un cerebro parecido al de los humanos, que le permitía hablar, sonreír y tal vez pensar...Pero, por alguna misteriosa razón que no podía comprender, no había logrado fabricarle un corazón. Y el robot no podía amar.
Esa era la mayor desilusión de su vida. Y consideraba inútil haberla construido.
-Tómala, llévatela- le ofreció a su amigo- Tú debes amarla más que yo.
Loco de júbilo, el hombre poderoso se llevó el robot a su hogar y como la verdadera Marilia nunca lo había amado, no notó en ella ninguna diferencia.
Vivió feliz a su lado durante muchos años, hasta que la Muerte llegó a buscarlo, como tarde o temprano nos ocurrirá a todos nosotros.


4 comentarios:

  1. Respuestas
    1. vaya amigo...no seas así de maloso con las pobrecitas mujeres ...que lo mismo pasa a ambos lados...por conveniencia de todo tipo , algunos enamoran falsamente y duermen con otras...
      es la vida no?
      creo seré como esa mujer sin corazón!
      (es un chiste)

      Eliminar
  2. Mi querida Lilly.
    Paso desde tu mismo comentario, ya que no siempre veo lo publicado.
    Muy buen relato, triste es vivir sin corazón, pero más triste es vivir sin saber amar o nunca haber amado, ama siempre amiga mía, siempre, auque no seas correspondida, el amor es la fuerza de la vida.
    Un abrazo.
    Ambar

    ResponderEliminar
  3. Bueno , ella al menos si de alguien estaba enamorada...del mar...
    y eso ya es muchoooo...
    capaz que era una sirena ...
    bss

    ResponderEliminar