Tarea
de Taller.
A
través de los años, aquí y allá, iba recibiendo esporádicas noticias de Andrés.
Un
amigo común me mostraba una postal suya, llegada de algún país europeo. O era una pequeña nota en un diario, que recogía el comentario de
algún crítico de Arte: Andrés Urquieta,
el célebre pintor impresionista, participará en una muestra colectiva....En
otra ocasión, un catálogo de su última exposición, llegado anonimamente a mi
casilla...
Y
así, cada cierto tiempo encontraba una pista de su trayectoria, como si Andrés
quisiera hacerme saber a donde andaba. Eran las miguitas de pan del cuento de
Hansel, que él iba dejando caer en el camino, para que yo las siguiera.
Pero,
los hambrientos pájaros del tiempo se las iban comiendo, sin que hiciera nada para
acercarme a él.
Andrés. ¡Prestidigitador o mago ! De sus dedos
brotaban la luz y el color como una lluvia espléndida.
¡
Pensar que nos habíamos querido tanto! Y
yo fui la que se alejó de su lado, imposibilitada de acompañarlo en su vida bohemia, incapaz de
soportar la vorágine de su éxito. Me fui quedando atrás, retrocediendo hacia
las sombras, mientras él avanzaba hasta el círculo de luz que lo envolvía,
apartándolo de mi amor.
Al
principio me resigné a la soledad , siempre excluida del coro de aduladores que
lo rodeaba. Me acostumbré también al anonimato de los aeropuertos, a su beso
rápido, a su sonrisa impaciente al notar mi tristeza, mientras me prometía
comunicarse al llegar...
Pero,
no tuve valor de seguir siendo su sombra, esa mujer anónima que no era nada en
su vida. Y poco a poco nos fuimos distanciando.
Vi
dolor en sus ojos la última vez que hablamos en el aeropuerto. Sé que lamentaba
dejarme. Aún me quería...Pero nuestra despedida fue breve. Triunfó sobre ella la preocupación por el
embalaje delicado en el que viajaban sus obras ...
Cuando
volvió, no fui a recibirlo y nuestras vidas se convirtieron en dos lineas
paralelas destinadas a no volver a cruzarse.
Pero,
él parecía ir echando miguitas de pan para que pudiera seguirlo. Nunca pensé que
su camino, como en el cuento, lo llevaría hasta la casa de la bruja.A una casa de la que nadie volvía a salir.
Un
encuentro fortuito con una amigo común me trajo la noticia.
-Andrés
está enfermo- No me han dicho de qué. Ojalá sólo sea agotamiento por esa vida
tan bohemia que lleva...
¡
Miguitas de pan en el camino! ¡
Averigua! ¡Síguelas, antes de que sea
tarde!
Pero
no hice nada. Y él entró a la casa de la bruja
y la puerta siniestra se cerró a
sus espaldas.
Una
breve noticia en el diario : Se agrava
la enfermedad del reconocido pintor Andrés Urquieta.
Pájaros
negros vinieron volando y se comieron las últimas miguitas de pan con que él me
señalaba las huellas de sus pasos. La
enfermedad mortal, como la bruja del cuento, lo atrapó en sus fauces y lo
devoró sin lástima.
Un
obituario...El dolor de los amigos...Una exposición póstuma que tuvo gran
éxito.
Y eso
es todo.
En
las tardes de lluvia salgo a caminar sin rumbo y me pierdo, sin saber dónde
buscarlo. Ahora ya no hay miguitas de pan que me señalen sus pasos. Y tampoco
existe un camino que me lleve a donde él está.
Querida Lilly.
ResponderEliminarEl miedo y la cobardía llegan a sea indecisión que se lleva lo más bonito de la vida, el amor de alma a alma aunque no se pueda disfrutar en el plano físico, saber que estás en el corazón y mente de esa alma que sabe amar, un buen relato con un trágico final.
No te tengo en olvido, a veces paso leo rápido y salgo sin comentar por falta de tiempo.
Hoy tengo unos minutos y disfruto de tus bellas letras y todo en conjunto.
Un afectuoso saludo desde mi ausencia y un cariñoso abrazo.
Ambar
Que bello y Triste Relato.
ResponderEliminarMe ha gustado y mucho, pese a su trágico final.
Nuestras dos Publicaciones, en tu Blog y en el mio, resaltan las migas de pan, pero de forma muy distintas,
Saludos, manolo
Realmente quiero dejar de seguir tu blog, me he sentido herida por algunos comentarios. Por favor dame de baja que a mi no me lo permite.
ResponderEliminarTodo loo mejor y bendiciones siempre
El gran error de los amantes es: no saber morder y buscar las migas de pan que conducen al amor. Todos somos diferentes y desde esa diferencia se encuentra la conexión. Triste final.
ResponderEliminarAbrazos querida Lily.