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domingo, 10 de septiembre de 2023

UN SUEÑO ATERRADOR.

Juan había tenido un sueño que lo había dejado inquieto y preocupado.

Soñó que caminaba en la noche por una calle desierta y veía tendido en el suelo a un hombre, aparentemente desmayado.  Se acercaba a ayudarlo, pero el hombre se alzaba de pronto y le rodeaba el cuello con unas manos que parecían garras. Se despertó gritando y durante todo el día, lo dominó una sorda angustia que le impedía concentrarse en su trabajo.

Días después, se encontró en su automóvil, detenido frente a un cruce de trenes.  Una luz roja le avisaba que venía un convoy.  Había empezado a llover y una densa cortina de agua le dificultaba la visión. Pero aún así,  distinguió un bulto con forma humana, que yacía caído junto a las vías. 

Su primera reacción fue bajarse a auxiliarlo, pero entonces se acordó de su sueño. ¿ Y si había sido premonitorio?  ¿ Si fue una advertencia para que tuviera cuidado?

En ese momento, el tren pasó rugiendo y al cabo de unos segundos, se apagó la luz roja y se levantó la barrera. Juan aceleró y cruzó las vías sin mirar atrás.

Al día siguiente, vio en el diario una noticia pequeña, que lo dejó consternado:

"Un hombre fue encontrado muerto anoche, junto a la línea del tren. La autopsia arrojó un infarto. El médico forence opinó que un oportuno auxilio pudo haberlo salvado."

Juan se sintió embargado por angustiosos remordimientos. ¿ Por qué no me bajé?  ¿Como pude creer que mi sueño había sido una advertencia?  Pude haberlo auxiliado y por un temor estúpido lo abandoné sin hacer nada.

No le contó a nadie lo que había pasado, pero en todo el día no pudo concentrarse y  le pareció que todo en el trabajo le salía mal.

Días después, le tocó de nuevo cruzar la línea del tren.  Había empezado a llover y como siempre a esa hora, la luz roja y la barrera baja avisaban que se acercaba un tren.  La lluvia le impedía ver con claridad, pero estuvo seguro de distinguir a una persona caída junto a las vías.  ¡ No puede ser!  ¡ Otra vez!   ¡Tiene que ser una alucinación !

Dio un grito y sin vacilar, bajó del automóvil. Corrió hacia el hombre caído, que gemía pidiendo ayuda. Se inclinó para abrirle el cuello de la camisa, pero el hombre se levantó de pronto y le atenazó la garganta. Otro se acercó por detrás y le golpeó la cabeza.

Aturdido, sintió que varias manos le revisaban la ropa y le arrancaban la billetera y el celular. Luego lo arrastraron y lo pusieron sobre las vías del tren.  

Quiso gritar, intentó moverse, pero su cuerpo no le obedecía.   Lo último que oyó fue el estrépito del tren que se abalanzaba sobre él, desde la negrura de la noche.




2 comentarios:

  1. Jooo... Pobre hombre... Este estaba sentenciado. Bueno, se le acabó el remordimiento por no salvar al otro.
    Nos quedamos con la duda de saber si fue un castigo divino, y de saber si , de haber salvado al otro, no le hubiera pasado eso.
    Desde luego que si vas buscando señales, las encuentras por todos lados.
    Besoss Lillian

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    1. Querido Gabiliante, creo que solo se trató de un sueño premonitorio mal interpretado. No creo que Dios lo quisiera castigar. Anda muy preocupado de males mayores, como la guerra de Ucrania y el romance armamentista entre Putin y Kim Yon Un.

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