Bienvenidos a Mi Blog

Les doy la bienvenida a mi blog y les solicito encarecidamente que me dejen sus comentarios a mis entradas, pues su opinión es de gran valor para mí.



domingo, 3 de septiembre de 2023

LA MALDICION.

 Mariela tenía quince años y pensaba que nunca podría olvidar a Edmundo. Hasta su nombre, propio del protagonista de una novela romántica, contribuía a hacerlo inolvidable.  Lo repetía en voz baja, a solas en su dormitorio y le parecía que su dulce sonido  hacía eco a los latidos de su corazón.

Pero, él mismo le había rogado que lo olvidara. ¿ Cómo era que habían llegado a eso?

Al principio, todo había sido perfecto. Edmundo no dejaba pasar un día sin llamarla ni dos sin correr a verla. Parecía que le faltaba el aire cuando ella no estaba cerca.  ¡ Todo era maravilloso!   Mariela  pensaba que ninguna novela de amor de las que había leído por cientos, se podía comparar a lo que estaba viviendo junto a él.

Pero, todo empezó a cambiar. De a poco, Edmundo se fue poniendo distante y silencioso, como si algo le preocupara. Ya no la llamaba tan seguido y hasta dejaba pasar una semana sin ir a verla.

-¿ He hecho algo que te haya molestado?- preguntaba ella, compungida.

-No, Mariela. No eres tú, soy yo.

-¿ Entonces ya no me quieres?

-¡ Al contrario!  Estoy loco por tí. No creí que existiera una chica tan perfecta como tú en el mundo...

-¿ Y entonces?

-Precisamente porque te quiero tanto es que tengo que alejarme de ti. 

-¿ Por qué? ¿ Qué te pasa?

-No me vas a creer...Parece imposible que algo así ocurra en la época en que vivimos...Pero sobre mí pesa una maldición terrible.

Mariela lo miró incrédula y empezó a reír, creyendo que era una broma, pero la expresión en la cara de Edmundo la hizo enmudecer.

-Todos los hombres de mi familia han heredado esta maldición.  Ya empiezo a sentirla en mí. En las noches de luna llena siento que una fuerza oscura me domina...Lucho desesperadamente contra ésto, pero sé que es en vano...

-¿ Qué quieres decir?- preguntó ella, asustada.

-Que soy un hombre lobo ¿ comprendes?  Y si me quedo a tu lado, terminaré por hacerte daño.

Se cubrió la cara con las manos y se alejó, corriendo. Desde lejos, le gritó:

-¡ No se lo cuentes a nadie, por favor!

 Justo en ese instante, la luna apareció entre las nubes y rodó por el cielo como una moneda de oro.  Mariela, llorando de pena y de miedo, se alejó calle abajo y nunca a nadie le contó se experiencia. ¡ El le había rogado que no lo delatara!

Pero, tratar de olvidarlo le parecía un esfuerzo demasiado grande para su corazón. A veces, en noches de luna llena, creía escuchar a lo lejos el aullido de un lobo. ¡ Es Edmundo!- se decía- El sufre porque todavía me ama y no puede acercarse a mí...

Probablemente no se trataba más que de un perro vago, pero Mariela era demasiado romántica para conformarse con esa explicación.

Al año siguiente, al Liceo llegó una niña que venía de otra comuna. Se llamaba Georgina y de inmediato se hicieron amigas. 

Se llevaban muy bien y pronto Mariela notó que su nueva amiga jamás tocaba el tema sentimental. Seguramente venía saliendo de un desengaño amoroso y no quería hacerle confidencias...Durante un tiempo respetó su silencio, pero cuando ya hubo entre las dos total confianza, se decidió a preguntarle.

Georgina titubeó.

-Es un secreto que no me pertenece-suspiró- Cuando nos separamos, él me pidió que no se lo contara a nadie.

Un timbrazo de alarma sonó en la mente de Mariela y aguzó el oído:

-Al principio pensé que había dejado de quererme- continuó Georgina- pero él me aseguró que no, que todo lo contrario, que yo soy la chica más perfecta que existe en  el mundo... Pero, que tenía que alejarse, porque sobre su familia pesaba una maldición que ya duraba generaciones...

Mientras Georgina hablaba, Mariela se iba poniendo roja, luego pálida y en seguida roja otra vez, a medida que la rabia y la humillación se alternaban en ella. Su amiga, con los ojos nublados por las lágrimas, continuaba su relato sin fijarse en ella.

-Me dijo que en las noches de luna llena, una fuerza oscura se apoderaba de su cuerpo. Que si seguíamos juntos, terminaría por hacerme daño...Temía llegar a convertirse en...

- En lobo ¿ no es cierto?

-¿ En lobo?   ¡ No!  ¿ Como se te ocurrió eso? ¡ Tenía miedo de transformarse en vampiro!

Vaya, innovó en el libreto el muy cínico, pensó Mariela, mientras la rabia hervía en su pecho, como la lava de un volcán.

-Me pidió que lo olvidara- se condolía Georgina-pero, no puedo...En las noches me duermo repitiendo su nombre.

-¡ Edmundo!- murmuró Mariela, sin darse cuenta.

.¿ Como? ¿ Que lo conoces?

-¡ No! ¿ Como se te ocurre? Se me vino a la mente, no más.  Debe ser porque estoy leyendo " El conde de Montecristo" y el héroe se llama Edmundo...¡ Qué coincidencia!  ¿ verdad?




7 comentarios:

  1. Muy atinada la expresion: " no eres tu, soy yo" es más de chico.
    Las chicas dicen : " tenemos que hablar".
    Son frases tan definitivas como la guillotina: lo que venga después no importa.
    me parece muy mal por parte de georgina: ha traicionado su confianza😜
    Ahora tienen la oportunidad de hacer un frente común y fastidiarle los próximos ligues.
    mientras no hagan nada ilegal... en el desamor y en la guerra todo vale, aunque es tiempo perdido
    besoss Lillian

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo creo que la niña se sintió tan estafada y abochornada que no dijo ni pío. ¡ Era demasiado grande la humillación! Así es que el muchacho estaba libre para ir por ahí inventando maldiciones. jaja Gracias miles por tu amistad y buena voluntad para leer mis cuentos.

      Eliminar
  2. En mi barrio dirían "versos de picaflor empedernido" son los que les dice Edmundo a sus novias... pero ni el Hombre Lobo ni un Vampiro son peores que un picaflor de esos, chicas...

    Me encantó, Lillian. Me estoy yendo de viaje hasta mediados de octubre. Extrañaré leerte, amiga.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Carlos por tus amables comentarios y que tengas un viaje feliz. Un abrazo para ti de LiIly

      Eliminar
  3. Tu tienes algo de poeta y amas a la literatura

    ResponderEliminar
  4. Que lata que sigan existiendo gente así...sin importarles el dolor que causan a otros...
    Abrazos.
    (me parece que ya había comentado aquí)

    ResponderEliminar