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domingo, 31 de octubre de 2021

SERVICIO A DOMICILIO.

¡ Cecilia nunca habría sabido que Ramiro la engañaba, si no hubiera sido por esa boleta de lavandería!

La encontró en un bolsillo de su terno azul, cuando lo sacó del closet para plancharlo. 

Con ternura revisaba los bolsillos, buscando algún pañuelo o un  papel rezagado y esa boleta le pareció desconocida. Ella era la encargada de llevar la ropa a la lavandería y no a ese local ubicado en el centro.

Al leer el contenido, se le aflojaron las piernas.  El detalle decía: " Abrigo de dama gris con cuello de piel natural. Mancha de chocolate en el delatero. "

Ella no tenía ningún abrigo así, solo su viejo tapado de tweed, ya deshilachado en las mangas.

Leyó el nombre y la dirección de la propietaria. Se llamaba Marina. Y se imaginó a Ramiro acompañándola a dejar el abrigo y luego ofreciéndose galantemente a ser él quién lo retirara...  

¡Decidió que le ganarían el quién vive!   La fecha de la entrega del abrigo era justo ese día...

Salió de su oficina a las seis y pasó a la lavandería. Pagó los siete mil pesos del importe y luego se dirigió al departamento de Marina.

Le abrió la puerta una pelirroja envuelta en una bata transparente..

Cecilia le alargó el paquete con el abrigo y le dijo escueta:

-De la lavandería. Servicio a domicilio.

La mujer se dirigió hacia el interior del departamento y la escuchó decir con voz melosa:

-Amorcito ¿ tienes dinero?   Vienen de la lavandería...

-Por supuesto, mi reina. ¡ Yo se lo pago!

Ramiro se acercó a la puerta de entrada abriendo ya su billetero y se quedó petrificado al ver  en el umbral a Cecilia.

Ella le extendió la boleta con rostro inexpresivo.

-Son siete mil pesos, más la propina por servicio a domicilio.

Ramiro le extendió un billete en silencio, mientras la pelirroja, ajena al dramatismo de la situación , se le colgaba del cuello haciéndole arrumacos.

Con la plata de la propina, Cecilia pasó a tomarse un café y luego se dirigió a su departamento.

Llenó una maleta con las pertenencias de Ramiro y se la dejó en el vestíbulo. Luego, se tomó un somnífero y se acostó a dormir.

No supo a qué hora pasó Ramiro a buscarla, pero, a la mañana siguiente, la maleta había desaparecido. 





5 comentarios:

  1. Me encantó la dignidad de tu personaje principal. Impactante microrrelato, muy bien construido por otra parte.

    Abrazo más que grande.

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  2. Tu manera de escribir atrae a este inculto andaluz.Te felicito.

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  3. Que trama más retorcida y malévola que has desarrollado. Me impactó cuando se descubre que esta en el piso, pero no me esperaba que además le pagara èl. Dramatimo es poco.
    Todo resultó muy digno y civilizado.
    Besoss Lilian
    Me gustó mucho

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  4. Bueee...
    A veces se que la realidad es más feroz que un cuento...
    pero me encató todo el drama y por supuesto la dignidad de la mujer para desemascarar al tipo...

    Un abrazo.

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