Sergio
no era feliz. El fantasma del pasado, de lo que pudo ser, lo acosaba sin
descanso.
¡ Si
me hubiera casado con Gloria! Era su
pensamiento recurrente.
La
había querido tanto...
Una y
otra vez revivía en su mente lo que había sido su más grande amor. Durante años, desde que la conoció, había
esperado que ella se fijara en él. Pero
¡ era tan popular ! ¡ Tenía tantos
admiradores!
El,
en cambio, era callado y retraído. Su vida interior era intensa, pero no tenía
la capacidad de expresarse. No se le ocurría ningún tema de conversación en los
escasos momentos que lograba estar a su lado. Y Gloria, muy pronto, se distraía y empezaba a mirar a su alrededor, como
buscando una mejor compañía.
Y así
pasó los mejores años de su juventud, esperando un milagro...Hasta que supo por
otros que ella se casaba.
Siguió
frecuentando su casa, lleno de nostalgia, aunque Gloria ya no estaba ahí. Y no
supo como terminó comprometido con Lily. Ella era la menor de las hermanas y
nunca se había fijado en ella. Pero, un día comprendió que Lily lo amaba, que
lo había amado desde pequeña, sin que él se hubiera dado cuenta. ¿ Cómo podría
haberlo hecho si solo tenía ojos para Gloria?
Se
casaron y Sergio pensó que lograría olvidar...Pero fue en vano.
¡ Si todo
hubiera sido diferente! ¡ Si mi vida
hubiera sido otra!
Eso
pensaba cada tarde cuando, a la salida del trabajo, se iba a caminar largas
horas por las calles de la ciudad, mientras en su casa, Lily lo esperaba
inútilmente.
Un
atardecer, como tantos otros, caminando sin rumbo, no se dio cuenta cuando
salió de la ciudad. Pero, algo extraño ocurrió. Al transponer los límites que
ya conocía, en lugar de encontrar campos y bosques, se vio entrando a una
ciudad idéntica a la que acababa de dejar.
Parecía
que se reflejaba en un espejo.
- ¿
Será ésta " La ciudad de lo que
pudo ser "?- se preguntó- ¿ Estará aquí la vida que pude haber vivido ?
Apuró
el paso, emocionado, y lo primero que se le ocurrió fue buscar la calle donde
había soñado vivir con Gloria. Aquella casita de persianas azules que en
aquellos años iba a mirar cada tarde,
imaginando que ahí viviría con la mujer que amaba.
Caían
ya las sombras del anochecer. Al acercarse a la casa, vio una ventana
iluminada. Se aproximó con sigilo y escuchó voces alteradas que venían desde el
interior.
A
través de las cortinas divisó la silueta de una pareja que discutía con rabia.
-¡
Estoy harta de ésto!- gritaba Gloria- ¡
Nuestro matrimonio es un fracaso y tú lo sabes muy bien!
-¡
Gloria, cálmate! - se escuchó decir a sí mismo, dentro de la habitación- ¡ Por
nuestro amor te ruego que recapacites!
- ¿
De qué amor me hablas? ¡ Sabes bien que
me casé contigo por lástima!
El
trató de abrazarla y ella lo rechazó con violencia.
-¡ Tú
tampoco me quieres ya, así es que no te hagas la víctima! Terminemos de una vez este simulacro de
matrimonio y ándate. ¡ Es lo mejor que puedes hacer!
Se
abrió la puerta y Sergio vio salir a un hombre cabizbajo , encorvado bajo el
peso de sus sueños destrozados. ¡ Era él mismo, viviendo la vida que soñó
tener!
Siguió
sus pasos sin que él lo notara. Lo vio caminar sin rumbo por las calles de la
ciudad.
Al
pasar a su lado, lo escuchó murmurar con voz ronca:
-
¡ Ay!
¡ Qué no daría yo porque mi vida hubiera sido otra !
Ya lo señalas bien
ResponderEliminar"la había querido tanto"...sin embargo sujeto en ese pasado
despreciaba lo mejor que tenía en el presente...
cierto hay amores que nunca se concretan ...pero es parte de la vida
crecer y seguir adelante...y la vida nos da esa posibilidad
de los muchos amores que nos pone en el camino
cada día al despertar nos recuerda que existe lo mejor
en cada paso que damos y que lo que quedó atrás...no siempre
fue lo mejor por lo que no deberíamos seguir por ello desventurados...
una enseñanza que no debemos de pasar por alto...
como siempre circulas con maestría la psiquis humana
besos!
escribes deliciosamente humano
ResponderEliminarAbrazo desde la otra vereda
Hola Lilli, al entra en tu blog he leído tu relato que me ha encantado, así que si no te importa me quedo por aquí y te invito a que pases por el mio si te apetece.
ResponderEliminarUn abrazo.