Hortensia
amarraba las semanas en paquetitos y los apilaba uno sobre otro. La mayoría, atados con cintas grises, porque
no había pasado nada. Si en alguna
semana la llamaba alguien por teléfono, abriendo una brecha en su soledad,lo
ataba con cinta verde. Y esa semana en que , el Miércoles, la llamó el hombre
que tanto había amado, le puso una cinta rosada. Roja no, porque había sido
algo casual. Habría encontrado su número
en una agenda vieja y la habría llamado en un impulso que seguramente no
volvería a repetirse.
Y así
pasaba el tiempo, amarrando las semanas en paquetitos. Sentada en la orilla de
la vida, como al borde de un muelle, mirando pasar los barcos a lo lejos y
mirando el agua, a ver si llegaba alguna botella con mensaje.
Quizás
en la orilla opuesta, en otro muelle, había alguien que también miraba el agua.
Pero eso, ella no podía saberlo.
Hasta
que hubo una semana que sí la amarró con cinta roja.
Fue
la de ese Viernes mágico en que él apareció en su vida.
En la
casa que quedaba justo en frente de la de Hortensia, la viuda de Don Jovino
Alfaro puso una pensión para personas solas.
Primero
llegaron dos universitarios desgarbados y con un sello de hambre crónica. Luego
una ancianita llorosa, a quien fue a dejar una sobrina que nunca más regresó.
Hasta
ese Viernes de prodigio en que se detuvo un taxi en la puerta de la pensión y
se bajó un hombre con una maleta.
No
era viejo, pero tampoco joven. No era buenmozo, pero tampoco feo.
En las
ventanas, varios visillos se descorrieron expectantes y un igual número de
pechos exhaló un suspiro.
Hortensia
no suspiró, porque en ese momento no se dio cuenta de que el tiempo se había
detenido ni que su vida había dado un vuelco.
Con
los días lo supo, porque su corazón empezó a jugarle malas pasadas cuando lo
veía aparecer.
Se le
desbocaba como caballo chúcaro y luego se detenía durante unos segundos, como
diciéndole hasta aquí llegamos, Hortensia, despídete de la vida.
Luego
reanudaba su andar a tranco lento, y seguramente se burlaba de haberle dado un susto.
¿ Qué
era todo eso?
Sencillamente
que el Amor, ese chiquillo atolondrado e irresponsable, se le había metido en
el pecho, ocasionando el total estropicio de su serenidad.
Empezó
a salir tempranito a barrer la vereda, para verlo salir a su trabajo.
Barría
con tal ahinco, que una nube de polvo se formaba a su alrededor y él la miraba
de reojo, sorprendido por tanto afán.
Otro
día salió con un jarrito de agua y roció la vereda antes de ponerse a barrer. Entonces él pudo verla nitidamente por
primera vez y le lanzó un buenos días con voz de barítono.
A
Hortensia se le aflojaron las rodillas y le respondió con un murmullo,
ruborizada hasta las orejas.
Nunca
hubo nada más que aquellos saludos matinales.
A las
preguntas disimuladas de las vecinas, la viuda de don Jovino Alfaro contestaba
con monosílabos egoístas. Al parecer, no
quería competencia en las atenciones del viudo.
Porque
era viudo, eso sí.
-¿ Se
dan cuenta de lo asombroso que es el destino?
Los dos viudos.....-suspiraba
ella y sus cuatro papadas se estremecían de emoción.
Pero
parece que el destino andaba distraído o haciendo travesuras por otra parte,
porque no hubo novedades para ningún corazón en aquella cuadra...
Al
cabo de unos meses, el viudo salió con su maleta y se subió a un radio taxi que
lo esperaba en la puerta.
Fue
el jueves de una semana cualquiera y Hortensia la amarró con una cinta negra.
Porque ese día se había muerto su amor, tal como había vivido, inadvertido y
sin esperanzas.
Pasaron
varias mañanas en que no salió a barrer la vereda.
Luego
volvió a su rutina de hacer paquetitos con cintas grises y a apilarlos uno
sobre otro, en el armario del olvido.
Eso sucede cuando las personas no se juegan la vida por intentar ser felices. No se puede dejar que la vida haga todo el trabajo. El destino coloca las piezas,el resto lo deben hacer los interesados.
ResponderEliminarAbrazos querida Lily
vaya me quedé perpleja
ResponderEliminary a veces uno pone tanto ahínco que de nada vale...
no se cual cosa en definitiva vale la pena ...
mejor hago paquetes grises ...:))