(
Tarea de taller)
A
veces pienso que vivir es como ir en un bus, viendo pasar el mundo a través del
vidrio, tan ajeno para uno y tan propio para otros más afortunados.
Si
miras a tu alrededor, notas que vas rodeado de caras anónimas, que te miran sin
verte. Personas de quienes no puedes esperar gran cosa, como no sea un empujón
o una mala palabra si te les atraviesas por delante, sin querer.
Voy
de pie, colgado de la barra, ignorando a donde se dirige la Vida. Como si hubiera tomado el bus equivocado, en
un paradero borrado por la niebla.
Al
principio, iba con mis padres. Mudos los tres, cada uno inmerso en su propia
tristeza. Pero al menos juntos, hombro con hombro, comunicándonos algo de
calor.
Ellos
se bajaron antes.
Primero
fue mi viejo, tan chiquitito y encorvado que casi no ocupaba espacio. Como si
una máquina trituradora lo hubiera ido carcomiendo por dentro. Apenas quedaba
de él un pellejito arrugado cuando se despidió con un gesto y se bajó en una
esquina.
Después
le tocó el turno a mi madre. Me apretó
la mano y se fue sin una palabra. La vi bajarse en un barrio gris, mojado por
la lluvia. Se perdió por una calle larga que parecía no tener final.
Y
ahora voy solo, buscando a mi alrededor alguna mirada, algún gesto amistoso
entre tanto rostro impávido.
No sé
cuanto falta para llegar a mi paradero. Me imagino que el chofer del bus me
hará una señal cuando sea mi turno.
Pero
confieso que a veces siento que no quiero seguir más y me dan ganas de bajarme sobre andando.
La vida, es eso, ese bus del que nos vamos apeando unos antes y otros despues, mientras siguen subiendo nuevos viajeros, que tambien se bajaran en algun momento.
ResponderEliminarMuy bueno.....me gusto,
Mi saludo
La vida es así, un trayecto del cual nunca sabemos en qué momento llegará a su destino y espero, nunca saber.
ResponderEliminarAbrazos querida Lilly.