Bienvenidos a Mi Blog

Les doy la bienvenida a mi blog y les solicito encarecidamente que me dejen sus comentarios a mis entradas, pues su opinión es de gran valor para mí.



domingo, 23 de diciembre de 2018

CUENTO PARA UNA NAVIDAD TRISTE.

Marina subió al altillo y sacó el árbol de Navidad y la caja con los adornos.
El árbol estaba cubierto de polvo. ¡ Hacía tantos años que no lo sacaba!  Le limpió con suavidad las ramas hasta que recuperaron el color verde. Pero, cuando abrió la caja, vio que las esferas de vidrio estaba rotas.
Se acordó de esa noche, hacía unos años, cuando su papá llegó borracho y las destrozó con el puño.
- ¡Aquí se acabó la Navidad!  ¿ Me oíste?
Su mamá los había abandonado.
Un día cualquiera, se fue sin despedirse. Al anochecer, encontraron la casa vacía y oscura. Todos sus vestidos habían desaparecido del closet.
Fue entonces cuando su papá empezó a beber. Y después de un tiempo,se fue, también.  Marina pensaba que habría ido a buscarla a ella...
Pero, ahora , a pesar de los recuerdos tristes, tenía ganas de celebrar la Navidad.
Adornó el arbolito lo mejor que pudo y preparó un vaso de leche y unas galletas, para Santa Klaus, como cuando era niña.
Se sentó a esperarlo. En medio de su tristeza, se aseguraba a sí misma que él vendría.
Empezó a tener sueño, pero luchó por mantenerse despierta.
Pasada la media noche, la puerta se abrió suavemente y entró Santa Klaus.
-¡ Sabía que vendrías! - exclamó Marina- Dime ¿ qué me has traído?
-¡ Ay!  No me queda nada...¡ Ya todo lo repartí !
Al ver su decepción, agregó:
-Pero,podría concederte un deseo...
-Mi deseo es volver a vivir una navidad de mi infancia. ¿ De verdad podrías concedérmelo?
Santa Klaus la tomó de la mano y la llevó fuera de la casa. Marina vio extrañada que los edificios habían desaparecido y que en su lugar había un bosque, tan tupido que parecía un muro infranqueable.
-La Navidad de tu infancia está detrás de ese bosque. ¿ No te da miedo la oscuridad?
Marina negó, sonriendo, y se internó entre los árboles sin vacilar. Le pareció distinguir a lo lejos, entre los troncos tupidos, un resplandor dorado.
Echó a correr, pero notó que perdía pie y se hundía en un pantano.
Vio a un hombre sentado en la orilla. Estaba bebiendo de una botella y no hacía caso de sus gritos.
Reconoció a su padre.
-¡ Papá ! ¡ Por favor, ayúdame, que me estoy hundiendo!
-¿ Quién grita así?  No distingo nada...
-¡ Soy yo!  Marina, tu hija.
-Yo tenía una hija, hace tiempo- balbuceó el hombre y siguió bebiendo, sin prestarle atención.
Marina sintió que el lodo la arrastraba hacia el fondo, pero aún pudo ver a lo lejos el resplandor dorado de la soñada Navidad.
Al amanecer, despertó asustada. El vaso de leche y las galletas continuaban intactas sobre la mesa.
No había venido Santa Klaus.




3 comentarios:

  1. Cuando las personas no tienen buenos recuerdos se aferran a la ilusión de que fueron felices alguna vez. De esa forma el ser humano -aterrado de su pasado- puede continuar viviendo.
    Un cuento triste, pero la vida es así: de dulce y agraz.
    Felices Fiestas Lilly y, un 2019 cargado de relatos y cuentos por escribir.

    ResponderEliminar
  2. Estimada
    Recibas todo lo mejor del mundo en este día y siempre
    Muchas bendiciones para ti y tu familia🎄🎍🎄🎄🎄🌼🌼💜💜🎄🎄🎄

    ResponderEliminar
  3. Personalmente,las navidades son tristes,los recuerdos se amontonan en mis sentidos,y las negruras invaden mis sentimientos.
    Las nostalgias y los recuerdos hacen llorar a mi corazón.

    ResponderEliminar