Julieta
guardaba humillantes recuerdos de su romance con Julio.
El
era de esos tipos de los cuales las mujeres se enamoran a primera vista.
Alto,
rubio y apuesto como un príncipe vikingo.
Pero
de temperamento frío como el hielo de los fiordos...
Mientras
duró su relación, Julieta se sintió fea y poco atrayente. Cada día, al mirarse
al espejo se preguntaba cómo un hombre tan guapo podía haberse fijado en ella.
Fue
un castigo innecesario para su ego , que ya venía maltrecho de anteriores
escarceos de amor.
Se lo
pasó sufriendo y celándolo como una pantera, aunque el pobre no miraba a
ninguna otra mujer.
No
porque fuera un tipo fiel por naturaleza, sino porque había alguien a quién
amaba más que a nada en el mundo. El mismo.
Julieta comprendió que no tenía chance ante
semejante rival y se apartó sigilosa. Quizás él no se dio cuenta hasta un
tiempo después. No era fácil distraerlo de su adoración.
Ella
lo enterró sin ceremonia fúnebre en su cementerio privado y decidió no volver a enamorarse.
Hasta
que se encontró con Genaro.
Era
bajito, algo rechoncho y usaba lentes de cristales gruesos como lupas. Imposible prendarse de su físico.
Julieta
se sintió aliviada. Creyó que estaba a salvo.
Ignoraba
que enamorarse de un hombre feo también encierra riesgos.
Primero,
no podría alegar después que se desilusionó cuando lo miró desde más cerca.
A una
cuadra de distancia ya era feo, así es que quedó establecido de antemano que no
se enamoraba de su cara sino de su corazón. Y eso requería sentimientos más
profundos...
Y
había otro riesgo imprevisto, del cual se vino a enterar después...
Todo
había empezado cuando a Julieta se le ocurrió tomar un curso vespertino de
Inglés. No fue del todo un capricho, pues sabía que necesitaba el idioma para
postular a un empleo mejor. Y ella no había salido nunca del this is the
pencil, open the door...
El
primer día se encontró con Genaro a boca de jarro. Iba saliendo de una sala de
nivel superior y Julieta lamentó haber quedado en un curso más bajo.
Hablaron
unas palabras...Ella era experta en hacerse la despistada y le preguntó un par
de torpezas de recién llegada...Pero luego de contestarle, él se alejó sin
volver a mirarla.
Ella
quedó flechada y decidió llegar más temprano a la clase siguiente, para verlo
salir.
Había
amanecido resfriada y sentía su cabeza llena de estopa húmeda. Pero, pensó el
rechonchito indiferente bien valía la pena de agarrarse una pulmonía, con tal
de derribar sus murallas.
Y ahí
estaba él...No había crecido ni un centímetro desde la semana anterior y lucía
la misma pinta de globo a medio desinflar. Pero, esta vez la miró interesado.
Y su
romance empezó a progresar sin grandes inconvenientes. Hasta que surgió el más
inesperado. Genaro era un conquistador.
Precisamente
porque era feo. Porque cada mañana, al levantarse, el espejo le lanzaba un
lapidario:
-¡ Lo
siento, compadre! No tienes ninguna
opción.
Genaro
había decidido contradecir al espejo y torcerle la mano al Destino...Iba a tratar de conquistar a cuanta mujer se le
pusiera por delante. Y lo más notable fue que su propósito le resultaba con
bastante frecuencia.
Como
un mago que saca un conejo de su chistera, parecía extraer de lo más profundo
de su ser un encanto insospechado.
Julieta
descubrió que amar a un tipo feo era más arriesgado que prendarse de uno guapo.
En su romance con Julio, la rival había sido su egolatría. Con Genaro, eran
todas las mujeres de la ciudad...Y del país, si de le daba por viajar al muy
canalla...
Y
ella, que había creído sentirse cómoda y relajada, se sintió frenética de
celos.
Luchó
un tiempo hasta que su corazón se quedó sin combustible. Es decir, perdió toda la sangre y
terminó seco como un pedazo de charqui.
Y por
un largo tiempo no se volvió a enamorar...Hasta que llegó la Primavera y echó
por tierra todos sus propósitos.
Me encanto. Muchas veces nos quedamos pon la percha, pero vemos que esta vacia. Vaya que el guapo solo era guapo
ResponderEliminarun abrazo
La verdadera belleza se puede encontrar en los sentimientos no,en las bellezas corporal.
ResponderEliminarComo todo en la vida
ResponderEliminarhay que seguir luchando , no queda otra...
todo al fin está en uno mismo
quizás ella se da cuenta o intuye
que el mejor amor está en ella misma
y que lo que venga de fuera solo lo hará resplandecer un poco mas...
besos.
Delicioso relato... Un beso enorme
ResponderEliminarQue buen relato!
ResponderEliminarEs que la primavera hace que los corazones se energizen como las flores.
Besos.