Habían
sido amigos desde niños y cuando crecieron y se hicieron hombres, su amistad se
fortaleció aún más.
Uno llegó a ser un rico empresario, que duplicó
con ingenio la herencia que le dejaron sus padres. El otro, que no tenía
fortuna, se consagró al estudio y llegó a ser un científico eminente, inventor
de maquinarias prodigiosas.
Sus
vidas eran muy diferente, pero no por eso dejaron de estar unidos, incluso
cuando tuvieron la mala suerte de enamorarse de la misma mujer.
Ella
se llamaba Rosa y era tan bella como la flor que lleva su nombre. Como era de esperarse, -así dijeron muchos
por despecho- fue el rico empresario el que conquistó su corazón.
Se
casó con ella y se la llevó lejos a recorrer el mundo, para lucir su belleza y
mostrarle a todos lo afortunado que era.
El científico se encerró en su laboratorio,
abatido por la tristeza. No podía
olvidar a Rosa. En todo instante creía verla frente a él, con su cutis de seda
y sus ojos resplandecientes.
Decidió
buscar consuelo en la ciencia que había nutrido su vida y construyó un robot
igual a ella. Reprodujo su cara y su
cuerpo voluptuoso hasta en los más mínimos detalles. La dotó de muchas
capacidades propias de los seres humanos :
la muñeca caminaba, sonreía y hablaba, expresando en forma simple una
variedad de ideas encantadoras. Y cuando no tenía nada que decir, cantaba.
Pero
hubo algo que el científico no pudo lograr y fue dotarla de un corazón capaz de
sentir.
Cuando
apoyaba la cabeza sobre su pecho seductor, escuchaba un latido acompasado, semejante al del corazón
humano. Pero era solo un mecanismo parecido al de un reloj.
Una mera imitación de la Vida.
El
hubiera querido que ella lo amara.
Al no
poder lograrlo, se sintió fracasado. Pensó
que su invento no valía nada, que no hacía más que recordarle a Rosa,
reavivando su dolor. Ya no soportaba ni mirarla.
Así
es que una noche la tomó en sus brazos y se fue con ella hasta la orilla del
mar. La recostó en la arena y la dejó ahí, abandonada. Se alejó apesadumbrado, sin mirar atrás.
Por
un instante, ella pareció temblar de frío. Sus ojos insinuaron una mirada triste. Pero solo era
una reacción mecánica ante una situación nueva para ella. Luego se quedó muy
quieta, mirándolo alejarse hasta que la noche se lo tragó.
Todos los días, apenas el amanecer teñía de rosa el
cielo, un hombre solitario iba a pasear por la playa.
No
tenía amigos. Cuando niño, había sido abandonado y crecido sin familia, en un
hogar para huérfanos. Nadie lo había
querido nunca y él tampoco sabía lo que
era el amor.
Esa
mañana, vio desde lejos a la muñeca
sobre la arena. Era tan real, tan
perfecta, que la tomó por un ser vivo.
Asombrado
por su belleza, se acercó tímidamente y al no ver en ella ninguna señal de
rechazo, se atrevió a saludarla.
-¡
Buenos días!- le respondió ella, sonriendo.
-¿
Qué haces aquí, tan sola?
Ella
no tenía respuesta a eso, en su repertorio de frases programadas, porque no
conocía la palabra soledad. Y como no
sabía que decirle, se puso a cantar.
Cantó
con una voz tan hechicera que él cayó de rodillas y pensó que así cantarían las
sirenas en alta mar, cuando hacían naufragar los barcos.
Cuando
terminó su canción, él cogió su mano y le preguntó:
-¿
Vendrías conmigo?
Ella
lo miró con ojos sonrientes y sin dudarlo, le respondió que sí.
La
llevó a su casa y pensó que ya no volvería a estar solo.
Con el correr de los días, un sentimiento cálido y desconocido empezó a
crecer en su corazón. Sintió que la
quería, pero como a él nadie lo había querido nunca , no tuvo conciencia de que
ella no correspondía a su amor.
Le bastaba su presencia.
Su vida se llenó con la luz de su sonrisa y la
magia de sus canciones. Y fue feliz como jamás pensó que llegaría a serlo.
¡QUÉ ROMÁNTICO!
ResponderEliminaral parecer la primavera nos trae visos nuevos y esperanzadores...
nosotros somos los que debemos cambiar al ver o buscar la belleza de las cosas donde aparentemente no existen...
las paradojas de la vida, quien despreció lo que supuestamente amaba , otro lo valora por lo que regala su don de artificio...y quizás solo necesitaba un poco de esa compañía para no desfallecer de soledad.
Un lindo relato...
Bonita historia, Lillyan.
ResponderEliminarUn abrazo.
Amiga escritora,lo tuyo es escribir,y para ello tu imaginación es el motor que hace volar tus pensamientos
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Nuevamente admiro tu originalidad,y tu forma de escribir
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Amiga escritora tus comentários me ayudan a continuar con mis fantasias
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Maravilloso relato.
ResponderEliminaralgunas veces no complicamos la vida buscando lo que no se puede alcanzar.
Sin embargo hay algo tan hermoso como la comprensión y la compañia, que nos llena el cirazón sin darnos cuenta.
La vida es bella, y el precioso acróstico que me has regalado aún más, que alegría me has dado, lo guardaré en el corazón.
Siempre voy lenta visitando pero no estás en el olvido.
Un gran abrazo.
Ambar
Nuevamente tus comentarios a esa fotografia,son frutos de una mente muy poetica
ResponderEliminarUn fuerte abrazo