Julio
despertó con dolor de cabeza. Eso fue lo primero que notó. Lo segundo fue que no se encontraba en su
cama, sino vestido para salir y
recostado contra la pared de una habitación que jamás había visto.
-¿
Donde estoy?- pensó- ¿ Qué es ésto?
Escuchó
una risa burlona y vio que junto a él se hallaba un vagabundo bastante sucio y
desarrapado. Instintivamente se apartó, al notar el mal olor que emanaba de su
ropa.
- ¿
Qué le pasa, amigo? ¿ No sabe donde
está? -le preguntó el hombre con sorna y se rió aún más fuerte. Pero en su risa
se notaba amargura.
Julio
miró en todas direcciones y no vio más que paredes y cielo raso. En el rincón
opuesto, sentadas en el piso, vio a un grupo de personas desconocidas.
Eran
un anciano, dos hombres de edades y aspectos dispares y una mujer joven y muy
linda,
que
lo observaba sin mayor curiosidad.
Julio
se dirigió a ella:
-Perdone
¿ sabe usted donde estamos?
-No, ninguno de nosotros lo sabe. Llegamos aquí
como usted, de un minuto a otro y sin saber de donde venimos ni qué lugar es
éste.
Julio
se dio cuenta de que él tampoco sabía de donde había venido. Lo único que
recordaba era su nombre.
Miró
su ropa y vio que llevaba un traje gris de buen corte, una camisa fina y una
corbata de seda.
¿
Donde estaba yo ayer? Parece que
trabajo en alguna Firma importante, pero ¿ en cual?
-Hace
días que estamos aquí- le explicó el anciano-
Esperamos que en cualquier momento pase algo...Que se abra alguna puerta
y venga alguien a explicarnos lo que pasa...Pero, no hay ninguna puerta, como
usted ve...
La
mujer se levantó y Julio notó que llevaba un vestido de tul blanco y zapatillas
de ballet. Estiró sus brazos en un gesto gracioso y elegante y dio varios pasos
de danza a través de la habitación.
- ¡
Tanta inmovilidad me tiene acalambrada!
-suspiró- Se supone que pronto me llamarán a escena...No sé cuanto más
tendré que esperar.
Uno
de los hombres la miró con cierta insolencia. Era gordo y llevaba un clavel en
el ojal de la chaqueta.
-Podrías
bailarnos algo, linda...Así matamos este tiempo que se hace eterno.
Julio
los observó uno por uno. Aparte del anciano y del vagabundo, estaban el gordo
del clavel y un hombre flaco y taciturno, que no parecía interesarse por nada.
Junto a la bailarina y él mismo, sumaban seis personas encerradas en una pieza
sin puertas ni ventanas. ¿ Qué significaba eso?
De
repente, se le ocurrió una explicación:
-Creo
que estamos muertos y esperamos una especie de juicio o algo así.
-¡ No
!- gritó la bailarina, indignada- ¡ Yo
no estoy muerta! Al contrario. Estoy
llena de vida, como si hubiera nacido ayer... Y me queda mucho tiempo por
delante para bailar y bailar...
Con
una grácil pirueta, atravesó la habitación y casi cayó en los brazos de Julio.
Este
la retuvo unos momentos y pensó:
- No
sé qué nos va a pasar...Pero, si logramos salir de aquí, me gustaría volver a
verla.
-Tengo
otra teoría- dijo el vagabundo- Esto es una cárcel y estamos presos. Para mi no
sería novedad. Varias veces me han llevado detenido por vagancia, como si no
tener donde vivir fuera un delito y no una desgracia...
-¡
Nadie me puede acusar de nada!- gritó el hombre gordo, entre asustado y rabioso
- Mucha gente se está haciendo rica gracias a mi...Y mi negocio es legal, se
los aseguro.
El
anciano suspiró:
-A mi
no me importaría mucho morir aquí...Me queda poca vida y estoy tan solo...Pero
querría saber en qué consistió mi culpa, para alcanzar a pedir perdón.
-¡
Nadie tiene culpa de nada! -gritó el hombre taciturno, que hasta ese momento no
había hablado- Es el Destino el que nos maneja como a títeres...¡ Y sólo cuando
le de la gana nos explicará este misterio!
En
ese preciso instante, se encendió una luz blanca y fuerte, que casi los
encegueció y una serie de sonidos electrónicos invadieron la habitación.
Escucharon
una voz que venía desde afuera.
-¡
Bueno, bueno, bueno! - exclamó el hombre, después de echar a andar su
computador- ¡ Ya tengo esbozados los
personajes de mi novela! Ahora falta
redondear la trama...¡ Será policial y de misterio! Pero, para eso necesito un cadáver...La
bailarina tendrá que morir en el primer capítulo....Por supuesto que al
principio, todos culparán al vagabundo...Pero, el verdadero asesino será Julio.
Un psicópata escondido tras la identidad de un famoso abogado, de quién nadie
se atrevería a sospechar...jaja
Y
ahora ¡ manos a la obra! CAPÍTULO
PRIMERO.....
Amiga escrirora,tu cultura y imaginación son capaces de llevar a buen termino esa novela
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Por el temor que tenemos hacia lo desconocido,nos puede hacer ver cosas que no existen
ResponderEliminarCelebro te sigan gustando algunas de mis fantasias
Te gusta escribir y eres poeta,el viejo fotografo ha tenido la suerte de conocerte
ResponderEliminarGracias, Juan. La suerte es mía por haberte conocido a ti. Tus fotografías me encantan y tus comentarios me llenan de alegría.
Eliminarhola
ResponderEliminarcómo pasaste el 18? ...espero que bien junto a tu gente
igual que yo fui a reunirme con los míos...
Interesante tu escrito...me parece genial comienzo de algo mayor
y lo harás?
escribir una novela...aparte de ser un desafío ...será cansador pienso ...
no se he pensado en escribir una historia...la pienso ...
pero no se si llegue a salir un día...
me aburre escribir mucho...
ya sabes soy de poesías y en ellas escribo la historia
o relatos de lo que es la vida...
pero si una novela aunque sea corta es un desafío grande...
te dejo un abrazo y mi gratitud de siempre.
No me había fijado en la ilustración
Eliminares genial...el titiritero moviendo sus piezas...
es genial...
Gracias, Magdeli por tu comentario. Las fiestas las pasé en mi casa pero puse una bandera en mi balcón.
EliminarEn cuanto a escribir una novela ¡ no! Si este cuento es solo una metáfora del Destino o de Dios, como quieras llamarlo, que maneja nuestras vidas a su antojo.
Amiga escritora,conseguiste hacer una apologia a la fantasia del viejo fotógrafo,
EliminarLo tuyo son las letras,pero lo mio solo son fantasias que salen de mis pensamientos.
Un fuerte abrazo
Al leer esos comentário,cierro los ojos y creo verte pasear por esos lugares
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Llevas mucha razon en ese comentário,un desalmado le quito parte de la corteza,y ello me inspiro para hacer esa fotografia
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